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‘Tutankamon, la experiencia inmersiva’
Coproducción: Layers of Reality, Som Produce y Stardust International
Bombas Gens Centre d’Arts Digitals
Avda. Burjassot 54-56, València
Inauguración: 20 de noviembre de 2024
El cinematógrafo, como ahora está sucediendo con las tecnologías que dan pie a la realidad virtual, nació con la misma mezcla de ciencia y de vértigo escópico asociado a las barracas de feria. Como ciencia, pretendía ser un fiel documento de la realidad (obreros saliendo de una fábrica o la llegada de un tren a la estación) que, de tan fidedigno, causaba más de un sobresalto entre el público. He ahí la actual fascinación que provocan las exposiciones inmersivas.
Con el tiempo, tamaña atracción visual –propiciada por la propia herramienta científica y la cualidad fantasmal de las imágenes– dio pie al extrañamiento propio del sujeto confrontado con lo real de la experiencia humana, allí donde la ficción se erige como fundamento de una verdad que escapa a la lógica de las propias imágenes embalsamadas.
“La tecnología no es más que un vehículo para llevar la narrativa hacia donde nosotros queremos”, aseguró Jordi Sellas, director artístico de Bombas Gens Centre d’Arts Digitals de València. Lo dijo para proclamar, a continuación, “estar militando en contra de la frivolidad”; frivolidad asociada a ese uso más propio de las antiguas barracas de feria –hoy caracterizando, igualmente, a ciertas exposiciones de realidad aumentada–, que del vehículo más propiamente artístico que luego convirtió al cine en el séptimo arte.
Bombas Gens Centre d’Arts Digitals quiere subirse a lomos de la revolución tecnológica para, sacudiéndose el sambenito de esa frivolidad, ofrecer exposiciones donde el vértigo escópico no esté reñido con la experiencia plástica, allí donde esta nos sitúa en las grietas del conocimiento archisabido. “Queremos que la cultura y la tecnología vayan de la mano”, de manera que este “proyecto extraño” se vaya consolidando, porque “un centro de estas características le faltaba a València”, apuntó Artur Duart, director de Bombas Gens.
Susana Lloret, vicepresidenta ejecutiva de la Fundació Per Amor a l’Art, responsable del centro cultural, destacó aquello en lo que se había convertido el espacio tras el giro hacia este tipo de exposiciones inmersivas: “Una caja mágica” en la que, gracias a la tecnología, “podemos mudar de piel”.
Alejados, pues, de la frivolidad y a base de “mucha pedagogía” (Duart), para que la tecnología sea el medio, y no un fin en sí mismo, con el que “crear relatos”, Bombas Gens presentó su programación 2024-2025, precisamente, a lomos de una muestra digital que ha tenido más de 300.000 visitantes en la sala Matadero (Madrid) y 240.000 en el IDEAL de Barcelona: ‘Tutankamon, la experiencia inmersiva’.
A través de ella, como Alicia lo hiciera a través del espejo en la novela de Lewis Carroll, el espectador podrá sumergirse en la tumba del gran faraón egipcio y en la cultura de su tiempo para, más allá de la fascinación a la que nos convoca el metaverso, percibir sus huellas como si fueran las nuestras. De hecho, aquella civilización “sigue cautivando por todos sus enigmas”, tal y como se asegura en el concepto expositivo.
“¿Qué pensaban los antiguos egipcios de lo que ocurría después de la muerte?”. Este es uno de esos enigmas, que Jordi Sellas amplió: “Buscamos, más allá de la tecnología, saber del porqué de esa tumba y qué era la vida y la muerte en el antiguo Egipto”. Una diferencia entre vida y muerte que “no existía: era un camino a seguir, como el concepto de la creación, de la vida seguida”, añadió Sellas.
Qué mejor, por tanto, que Tutankamon para metaforizar ese tránsito de Bombas Gens de las exposiciones tradicionales a las inmersivas de su nueva etapa, y de la vida que se nos ofrece fascinada por las imágenes de la era virtual, con el fin de sentir lo real de la experiencia humana a la que nos convocan los relatos en torno a la muerte. “Llegué por el dolor a la alegría”, que proclamara el poeta José Hierro.
“Una novela está conformada de palabras. Nosotros no renunciamos a lo físico, que los límites sean cada vez menores”, subrayó Duart, refiriéndose a la capacidad que tiene, precisamente, la tecnología para mostrarnos un objeto y poder implicarnos con él físicamente. “Venimos de una estética de carácter rectangular y en el siglo XXI ese rectángulo se está rompiendo. Estamos viviendo esa revolución”, señaló Sellas.
Además de esa inmersión en la tumba de Tutankamon, de cuyo descubrimiento se cumplió un siglo en 2022 –que es cuando partió en Madrid la exposición que ahora recala en València tras su paso por Barcelona–, Bombas Gens también acogerá otras muestras de carácter más local fruto de sus alianzas con artistas y diferentes proyectos culturales de la ciudad.
Así, el centro cultural ofrecerá el estreno de la película ‘Des/Composición (Flores para Suzanne Clair)’, de la artista australiana afincada en València Lauren Moffatt. Artista a la que MAKMA premió con la adquisición de una de sus obras, precisamente titulada ‘Compost’, en su exposición en The Liminal durante el Abierto València de hace dos años.
“Hablo de la fragilidad de otros mundos que hemos construido para vivir, de esas realidades que tan cuidadosamente creamos y que pueden desmoronarse en cualquier instante”, explicó en una entrevista realizada por Ismael Teira para este medio. “Me interesa esa relación entre algo vivo y algo sintético. Esa decadencia, ese compost”, añadió como si fuera una premonición de lo que ahora muestra en Bombas Gens.
El centro cultural también será sede del Festival Volumens, acogiendo las instalaciones ‘Verge’, de Radiante Light Art Studio e Iván Llopis, y ‘Forces’, de Vitamin, así como participará en Open House Valencia y ofrecerá las Media Server Sessions, colaborando igualmente con iniciativas como Festin, el Festival 10 Sentidos y LABA Valencia, entre otros.
Las producciones propias ‘La ruta. Modernidad, cultura y descontrol’, sobre la ruta del bakalao, y ‘València memoria fotográfica’ han quedado pospuestas para más adelante, ya que se hallan todavía en su proceso de creación. “Nuestras exposiciones están vivas, porque aprendemos y mejoramos al introducir nuevas herramientas tecnológicas”, explicó Sellas. “Somos un laboratorio abierto; programamos con más libertad que una institución pública”, precisó.
“Con la museografía convencional no hubiéramos podido hacer lo que hemos hecho con la exposición de Dalí’, sostuvo Duart, refiriéndose a la muestra recientemente finalizada que ha contado con más de 75.000 visitantes. Ahora llega Tutankamon para continuar alimentando, con él, las contradicciones propias de la tecnología y de la existencia misma.
Suya es la maldición de la condena a muerte para quien se acerque a su tumba y, al mismo tiempo, la de ser protector de ciertas enfermedades. Lo mismo sucede con la tecnología, como bien apuntó el director de cine documental Godfrey Reggio: “No es que usemos la tecnología, vivimos con la tecnología”. Bombas Gens la usa y ahora vive en íntima conexión con ella.
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