Lauren Moffatt: «Me interesa la relación entre algo vivo y algo sintético; esa decadencia, ese compost»

#MAKMAArte
Lauren Moffatt
Premio Adquisicón MAKMA en Abierto València 2022
‘I wish you could hear what I remember’
[Ojalá pudieras escuchar lo que recuerdo]
The Liminal
Plaza de Vannes 3, València
Hasta el 25 de noviembre de 2022

“Hablo de la fragilidad de otros mundos que hemos construido para vivir, de esas realidades que tan cuidadosamente creamos y que pueden desmoronarse en cualquier instante”, comienza Lauren Moffatt (Australia, 1982). La artista, que expone actualmente en The Liminal una de las propuestas más sólidas e internacionales de Abierto València 2022, resultó premiada por MAKMA con la adquisición de una de sus obras titulada, como otras de la misma serie, ‘Compost‘ (2021).

El compost, ese abono natural que proviene de residuos orgánicos, recorre su obra reciente, ideada y desarrollada en el contexto pandémico. “Hablo de un ciclo de la naturaleza que se refleja también en los mundos digitales: archivos dañados, papeleras de reciclaje o cosas imprevistas. Me interesa esa relación entre algo vivo y algo sintético. Esa decadencia, ese compost”, comenta la australiana.

“Mi modo de trabajar habla de lo real y de cómo lo percibimos en la fotografía, una realidad en sí misma”. En este sentido, Moffatt no representa ejercicios de fotografía botánica, pero sí es cierto que la vegetación floral que nos muestra habita otros mundos (llamémosle) virtuales.

“Estos mundos suelen adoptar la forma de ficciones y entornos especulativos, permanentemente cambiantes y repletos de contradicciones visuales, puesto que han sido concebidos en la mezcla de tecnologías obsoletas y pioneras”, explica Pablo Vindel, director de galería y comisario de la muestra.

“Hace dos años, comencé a trabajar en torno a las flores empleando tecnología 3D y fotogrametría junto a la pintura tradicional. Sobre el resultado final, considero que es algo híbrido, sin ser estrictamente ni una cosa ni la otra”, destaca. En su proceder, no fotografía con una cámara física como tal, sino que aborda los referentes desde múltiples puntos de vista, con todo lo que ello conlleva.

“Realizando modelos para videojuegos me di cuenta del ruido que generaba el software, y empecé a trabajar con esas fallas. Desde entonces trabajo con el noise [ruido] y los glitch”, esto último referido a aquellas características no previstas, una suerte de interferencias, por ejemplo, en el mundo de los videojuegos que, al no afectar a la estabilidad del programa, tampoco pueden ser considerados propiamente como errores.

Las flores de Lauren Moffatt convierten a The Liminal en un curioso vergel. Una particular manera de ver un mundo fabricado donde conviven la selva y el jardín, que también es algo artificial, dado que se trata de una naturaleza domesticada.

El jardín se alza como un lugar agradable, seguro, y resguardado de lo de afuera –como el hortus conclusus medieval–, que sirve de refugio frente al locus horridus, es decir, frente a los lugares peligrosos y hostiles para la especie humana, como lo son hoy ciertos lugares del mundo online y como lo fueron, en otro tiempo, las oscuras selvas plagadas de alimañas.

Moffatt nos invita a habitar su particular mundo de realidad aumentada en tiempo real. Al otro lado del iPad surgen esferas permeables, una suerte de burbujas virtuales e interactivas que son para la artista “un mundo cerrado, pero muy vulnerable al espacio exterior”.

Vindel explica: “De alguna manera, creo que el trabajo de Lauren Moffatt huye de fetichizar la realidad virtual, de enfocarla como espectáculo, a favor de una opción más sinestésica. Cuando entras, a través de las tablets, en esas burbujas, hay un sonido que fluctúa y depende de tu recorrido y tu situación en el espacio, como algo natural. Digamos que estás escuchando una imagen; eso es casi sinestesia”.

Releyendo un libro de Federico López Silvestre sobre el paisaje virtual -publicado hace casi dos décadas- se puede advertir en Moffatt algo de neobarroco digital, por sus múltiples puntos de vista, cierta distorsión de la imagen visual y cierta fascinación, en definitiva, por la ilegibilidad de la realidad que, de alguna manera, representa.