#MAKMAArte
‘La plaza de las series’
Elías Taño, Núria Tamarit, Víctor Visa y Andrea Oliva (o Laoliwa)
Festival LABdeseries
Juan Verdeguer 28, València
El festival LABdeseries de València cerraba el pasado 30 de abril su cuarta convocatoria tras una intensa semana de encuentros y proyecciones en torno al mundo de las series para televisión. Y la verdad es que tanto David Brieva como Mikel Labastida y Áurea Ortiz, organizadores del certamen, pueden estar satisfechos. Bastaba acercarse a cualquiera de las sesiones que formaron parte del programa de este año para tomar nota del entusiasmo con el que ha sido acogido por parte del público de nuestra ciudad.
En el plantel de asistentes al evento, lució lustrosa la visita del productor Christopher Newman, responsable de series tan conocidas como ‘Juego de tronos’ o ‘Los anillos del poder’, además de poseedor de una amplísima carrera en distintas funciones de dirección colaborando con monstruos de la industria como George Lucas, Steven Spielberg, Woody Allen, Sally Potter o Jim Henson.
Pero no fue el único caso. Junto a Newman, creadores como Ruth García (‘Los Protegidos’, ‘Paraíso’), Estíbaliz Burgaleta (‘Tú no eres especial’), Gabi Ochoa (‘Sin huellas’), Patricia Picazo (‘La Ruta’), Ana Rujas (‘Cardo’), Luis Caballero (‘Hit’) o Mireia Vilapuig (‘selftape’), entre otros, nos animaron a reflexionar sobre la conexión de las series con cuestiones tan interesantes como la relación entre ficción y realidad, la construcción y representación de las distintas identidades sociales, la salud mental o la pervivencia de géneros como el thriller.
Pero no nos pongamos melancólicos. Que LABdeseries cerrara su edición de este año no quiere decir que se haya marchado del todo. En las paredes del número 28 de la calle Juan Verdeguer, junto al centro cultural Las Naves, quedaba la huella indeleble de la exposición que, bajo el título de ‘La plaza de las series’, nos presentaba un amplio mural homenaje a la ficción televisiva.
La exposición, comisariada en colaboración con las Naves, Centro de Innovación del Ayuntamiento de València, consta de diez amplios murales realizados por los artistas Elías Taño, Núria Tamarit, Víctor Visa y Andrea Oliva (o Laoliwa). La propuesta continúa la idea ejecutada ya en la edición anterior de LABdeseries por los propios Núria Tamarit y Elías Taño y que, con el título ‘El poder de las series’, ya homenajeaba en un amplio panel a este formato de ficción, si bien convertida, ahora, en una instalación de carácter permanente.
Presentado dentro del contexto de una de las mesas redondas del certamen titulada ‘¿Cómo son las ciudades de las series?’, el proyecto nos propone una reflexión sobre ese vínculo, siempre complejo, poliédrico, entre la producción audiovisual y el espacio de la ciudad.
Una exposición que aportaba nuevos elementos al amplio tema planteado en la mesa de debate y que nos habla de una urbe entendida, no solo como espacio de acogida para el rodaje de una pieza de ficción para la pequeña o la gran pantalla, como un mero fondo, escenario, representación, también tergiversación, según los casos, espacio de significación cultural o de proyección turística, sino como un entorno para establecer un diálogo directo entre lo narrado y el ciudadano que la transita.
Situada en un callejón lateral junto a los edificios de Las Naves, la propia composición de la instalación nos anima a imaginar el espacio de un museo al aire libre. Dispuestas en los dos laterales de la calle, distribuidos entre los soportales (hasta ahora anegados) de las paredes de dos naves vecinas, esta propuesta invita al espectador a un recorrido circular sorteando el espacio ajardinado que queda en el centro de esta sala improvisada.
Aparece, así, la idea de plaza, es decir, de punto de encuentro, de reunión popular, de espacio de diálogo y conversación. Será ahí, cuando la mirada del visitante cobre toda su relevancia.
En un juego de formas y colores vivos, planos, limitados a una paleta formada por el ocre, el rojo, el turquesa, el blanco y el negro, cada uno de los murales que componen la instalación está dividido en distintas viñetas, cada una de las cuales representa, a su vez, una imagen icónica de alguna serie de televisión.
“Como eran diez paneles diferentes, decidimos hacer en cada panel una temática distinta para que tuviera un sentido, un recorrido. En cada uno pusimos un tipo de ciudad de forma que cada panel se refiera, por ejemplo, a la ciudad inventada, a la ciudad industrial, a la ciudad de los negocios, a la ciudad más ligada a Valencia, a la ciudad rural… Para cada temática distribuímos las series según cuadrasen con cada tipo de ciudad, y dividimos el espacio de cada panel en diferentes cuadraditos para poner en cada uno una escena de la serie que habíamos elegido”, comenta Laoliwa para MAKMA.
A pesar de las distintas manos que han compuesto el mural, la visión del conjunto da una sorprendente impresión de unidad de estilos. “Algo que sabíamos desde el principio es que la peleta de color tenía que ser la misma para todos, y para todos los paneles. Eso le iba a dar mucha unidad al proyecto».
«A partir de ahí –prosigue–, el trabajo de Elías, de Núria y el mío es más similar en tanto que usamos un estilo de dibujo más sintético. A Víctor quizá fue al que más le costó acoplarse al lenguaje porque él hace otro estilo de dibujo, pero, aun así, se ha demostrado que tenemos capacidad para amoldarnos al proyecto y a los compañeros, lo que hizo que, al final, consiguiéramos que tuviera una unidad”, explica Laoliwa.
“A mí me costaba porque yo soy muy pictórico. Pero, al final, no hubo que hacer nada. Simplemente la propia restricción de la paleta de color y por las posibilidades que te da el material en un muro, te vas a la tinta plana, lo que te lleva a que, dentro de que cada uno tenemos una línea, saliera una cosa coherente”, comenta Víctor Visa a propósito de su participación en el proyecto.
Tras la primera impresión, el visitante recorre, así, cada uno de los paneles en el sentido que desee, tratando de adivinar, de entre las pistas que dejan cada una de las imágenes, a qué series pertenecen. Títulos como ‘Doctor en Alaska’, ‘Los Soprano’, ‘Breaking Bad’, ‘The Last of Us’, ‘Juego de Tronos’, ‘Twin Peaks’, ‘Expediente X’, ‘El Ministerio del Tiempo’, ‘La casa de papel’, ‘Friends’ o ‘El embarcadero’ aparecen representados en los disitntos murales a modo de un mapa del tesoro que ese visitante avispado tendrá que desentrañar.
Pero, más allá de este juego de adivinanzas, en el mismo ejercicio de reconocimiento de las imágenes aparece un nuevo elemento emocional que nos implica como observadores activos de esta instalación. Sin ser un fenómeno nuevo, esta reciente era dorada de las series que estamos viviendo busca en el espectador algo más que un mero consumidor de tramas más o menos ingeniosas, una forma de ficción que aspira a ir más allá del simple producto de entretenimiento.
No hablamos solo de historias; hablamos de una relación emocional con ese universo con el que conectamos durante varias temporadas, lo que implica, en ocasiones, algunos años de nuestras vidas. Así, espacios, personajes, situaciones, elementos de diseño de vestuario o ambientación (un sofá, la fachada de un restaurante) acaban construyendo una relación emocional con el público que, cuando toca con las teclas adecuadas, llega a ser muy íntima.
“Nosotros ya sabíamos que eso iba a ser divertido y que iba a funcionar. Está esta cosa de adivinar la serie y, luego, sentirte identificado. Eso lo pensamos cuando vimos a la gente que pasaba y cómo enseguida se sentía identificada en algún punto. Y es que creo que no hay nada más popular para pintar un mural que las series, que a todo el mundo le llegan de alguna manera. Eso lo notábamos ya desde el momento en el que estábamos pintando”, explica Víctor Visa.
Pasajes, momentos, relatos que, en ocasiones, terminan alimentando el imaginario de varias generaciones. Es en ese espacio sentimental cuando las imágenes que componen cada uno de los murales de esta ‘Plaza de las series’, apresa al visitante.
“Tiene un punto de nostalgia y eso se notaba a la hora de elegir las series que íbamos a pintar cada uno. Generalmente, tendían a ser series que veías cuando eras pequeño. Esto es algo que tienen mucho las series, que te recuerdan a un momento de tu infancia. Son momentos en los que deseas quedarte. Eso pasa mucho con las series y espero que, con este mural, también”, subraya Visa.
No es solo, pues, reconocimiento, es memoria íntima del espectador. “Supongo que, al final, todas las piezas generan ciertas sensaciones al espectador. Estás viendo una escena y, a lo mejor, te acuerdas de cuando viste esta serie, qué sentiste, o una escena está al lado de otra que te provoca un sentimiento distinto. Es esa parte más subjetiva del espectador cuando lo está viendo y que genera ciertas emociones”, asevera su compañera Laoliwa.
Una idea que entronca muy claramente con las premisas de un festival que no es un mero programa de proyecciones, anticipo de novedades para la próxima temporada o de proyectos aún en curso, sino un lugar, físico y metafísico, para reflexionar sobre este formato de ficción, sus formas y temáticas, pero también sobre el hecho mismo de cómo vemos en esta nueva era de las plataformas y transformación digital. ‘La plaza de las series’ queda, pues, como un espejo en el que observarnos, para siempre.