Despidiendo a Serrat, el digno retratista de nuestra vida

Joan Manuel Serrat

Joan Manuel Serrat se ha despedido de los escenarios con su gira ‘El vicio de cantar: 1965-2022’, dando epílogo a una trayectoria musical convertida en un modelo de dignidad. Porque estuvo donde tenía que estar cuando más difícil era estar donde se debía.

Clifford: de fantasmas, asombros y obras públicas

Clifford. Fundación Canal.

La Fundación Canal acoge, hasta el 13 de febrero, la exposición ‘Clifford. Vistas del Madrid de Isabel II’, en torno de la obra capitalina del británico Charles Clifford (1819-1863), considerado el primer gran retratista fotográfico de aquel Madrid decimonónico a punto de irrumpir en la modernidad a través de las canalizaciones de agua.

Lo profano del amor sacro

Entre amores sacros y profanos, Manuela Partearroyo (autora del ensayo ‘Luces de varietés’) recorre una Fuentecilla miraculosa, henchida de fábula y miseria en ‘Los jueves, milagro’. Un artículo publicado en MAKMA ISSUE #04 | Centenario Berlanga, monográfico en papel editado en junio de 2021.

Cuando las sábanas del cine clásico tienen grutas de algodón, penumbra y llama

Una jornada particular. Sábanas del cine clásico

Un trayecto cinematográfico por las sábanas blancas del celuloide que separan a Claudette Colbert y a Clark Gable en ‘Sucedió una noche’; dan un paso adelante en cómo contar, o sugerir, el erotismo a través del tejio en ‘Rebecca’; y cuentan amores que se guardan entre algodones y penumbras en ‘Una jornada particular’.

Sobresaliente sin querer: Rafael Azcona, a pesar de sí mismo

Rafael Azcona

Solo en sus últimos años se dejaba ver en algún plató discreto, y más por contratos que por puro ego. En cualquier caso, a estas alturas nadie puede dudar que Rafael Azcona (Logroño, 1926-Madrid, 2008) ocupe un puesto de honor en el Olimpo de nuestro cine, aunque, pensándolo mejor, seguramente él cambiaría la vida eterna por una comilona con amigos.

Lola Herrera y sus penúltimas tardes con Mario

Lola Herrera. Cinco horas con Mario

Y se abrió el telón. Carmen Sotillo (Lola Herrera) se presentó ante nosotros con su conveniente luto, sentada en su escritorio con el rosario en la izquierda. Acto seguido, un montaje de voces intercalaba los momentos públicos del duelo llenando el silencio de frases manidas, pésames y bochornos. Josefina Molina había resuelto en dos trazos el punto de partida de la historia y nos obligaba a tirarnos de cabeza hacia dentro, muy adentro.