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’14 de abril’, de Paco Cerdà
II Premio de No Ficción Libros del Asteroide
Premio de la Crítica Valenciana 2023
Paco Cerdà nunca imaginó que reconstruir un día, un solo día de la historia de España, iba a costarle tanto esfuerzo. Claro que no se trataba de un día cualquiera, sino de una de esas bisagras que cambian el rumbo de un país.
Una jornada extraordinaria que suspendió por unas horas la normalidad y el ritmo de la rutina mientras la gente invadía las calles, entusiasmada y enardecida, atraida por la flauta de Hamelin, metáfora que usa Cerdà para representar los señuelos con los que se seduce y manipula a las masas.
Unas masas que, en la España de 1931, eran mayoritariamente analfabetas, machacadas secularmente por la monarquía, la Iglesia y los latifundistas, ansiosas de libertad y de dignidad.
Hablamos, naturalmente del día que se proclamó la Segunda República en España, ‘14 de abril‘, tercer título de Paco Cerdà editado el pasado año por Libros del Asteroide que supuso un ímprobo trabajo de documentación y ha merecido varios premios: el de No Ficción Libros del Asteroide, el de los Libreros de Navarra y el de la Crítica Literaria Valenciana en modalidad de ensayo, que se falló el pasado 20 de mayo en Rambleta.
El jurado consideró que “este relato de no ficción es merecedor del premio por contar de manera innovadora hechos intrahistóricos vividos a pie de calle el 14 de abril de 1931, por múltiples protagonistas, con un discurso ágil y envolvente, que deja abiertas las interpretaciones a los lectores”.
Paco Cerdà es un escritor afincado en la realidad. Se alimenta de hechos y datos, los metaboliza y los transforma en un producto intermedio entre la ficción y el ensayo, lo que él denomina ‘no fricción’: “Un género que permite el deslizamiento de una narración de hechos reales sin obstáculos, roces ni resistencias”, dice. “Con las técnicas de la ficción, pero con el compromiso con la realidad de la no ficción”.
Según este principio, ha elaborado una crónica literaria del 14 de abril, con un punto humano y poético, inspirada en grandes cronistas como Chaves Nogales, Ramón J. Sender, Joseph Mitchell, Emmanuel Carrère o Gay Talese. “La no ficción narrativa tiene mucho de reto. Toda la documentación debe quedar debajo del tablero, en la tramoya del artefacto literario. Que no se note en absoluto”.
Cerdà está curtido en estas lides, pues sus dos anteriores obras exigieron un laborioso proceso de documentación por lo que ha ejercitado la sección big data de su cerebro. “La verdad es que me encanta manejar muchos datos y muchas historias y encontrar la fórmula para que encajen. Una mirada, diríamos, ajedrecística. Con toda la poesía que encierra el ajedrez”.
El detonante de su primer libro, ‘Los últimos’, en el que describe la vida de los escasos habitantes de la Serranía Celtibérica conocida como la Laponia española, fue un reportaje publicado en El País. El del segundo, ‘El peón’, un documental que vio en el AVE sobre el campeón de ajedrez, Arturo Pomar. En este caso, fue la obra de Éric Vuillard, ’14 de julio’, su punto de arranque. Y a partir de esa idea matriz, captar los acontecimientos de una jornada histórica a base de armonizar un coro de voces, tanto de personajes conocidos como anónimos, se desencadenó la investigación.
Hizo acopio de los diarios publicados en España el 15 de abril de 1931 y los leyó de cabo a rabo, anuncios incluidos, para empaparse de la atmósfera de esa época. Fue en esa fase cuando, a través de necrológicas y noticias breves, decidió dar un enfoque muy personal a su obra para convertirla en un homenaje a todos los muertos de ese día, víctimas de la euforia y los conflictos, alborotos y tiroteos, que desmienten el tópico de que la República llegó pacíficamente.
“Uno de ellos, Emilio Arauzo Honorio, abre y cierra el libro. Un encuadernador en paro, que se desangra lentamente en la madrugada del 14 de abril, después de haber sido tiroteado en una manifestación que pedía el fin de la monarquía”. Cerdà aporta datos inéditos sobre su caso, la última víctima del reinado de Alfonso XIII, y también rescata las historias de Cándida, una pescadera de Moaña; de Teresa Claramunt, la virgen roja anarquista; del joven telegrafista Pàmies, tiroteado aquella noche; de Antonio el jornalero, de Francisco el manifestante, o del militar Eduardo. “Todos ellos, vidas rotas en aquel 14 de abril. Es un esfuerzo por restituir su memoria”.
Después de estudiar los periódicos, se metió de lleno en las memorias, los dietarios, las biografías, las autobiografías, las tesis doctorales, los trabajos fin de máster, las cartas, etcétera y en una hoja Excel iba agrupando las historias. “Apuntaba la localización y una breve descripción cuando tenía claro que ahí había un suceso digno de contar, un fragmento, porque tenía claro que quería estructurar el libro de manera fragmentaria”.
A partir de la seis de la mañana del 14 de abril, que en 1931 cayó en martes, de prima a laudes, Cerdà compone un mosaico mediante pequeñas teselas que describen episodios ocurridos en distintos puntos de España. “Fue una explosión popular en todas partes y por ello he intentado que sea un mapa de historias sucedidas en Madrid, Barcelona, València, Zaragoza, Granada, Salamanca, Tarragona, Eibar, Jaca, Huesca, Palma, Cartagena, Moaña, Huelva, Cádiz o Melilla, así como sus repercusiones en París, Roma o Washington. No se entiende el 14 de abril desde una óptica centralista”.
Sobre lo ocurrido en València, relata una manifestación que tuvo lugar por el centro en contra de la monarquía y a favor de la República que espontáneamente se convirtió en un entierro paródico de un tal Gutiérrez, como se apodaba despectivamente al monarca.
Una farsa, una sátira muy propia de la mentalidad valenciana que empezó festivamente y acabó en tragedia a causa de una carga de la Guardia Civil durante la cual un teniente entró a caballo en la cafetería Lauria desatando el pánico. No hubo que lamentar bajas pero sí heridos, entre ellos la niña María Sales de doce años.
En ese retablo histórico tejido a base de microrrelatos destacan el protagonismo del pueblo, pero también el del Rey destronado. Cerdà acompaña a Alfonso XIII en su último viaje por España hasta Cartagena, donde embarcará rumbo al dorado pero triste exililio. Una moneda de duro con la efigia del monarca joven ha acompañado a Cerdà en esta travesía histórica a modo de talismán o amuleto.
“El trono de España no ha sido un sillón muy seguro. Supongo que Alfonso XIII lo sabía. Había sido criado muy al antiguo régimen dentro de las paredes aislantes del Palacio Real. Aquel día debió de ser traumático para él. Su huida. Para la reina también. En un fragmento del libro reconstruyo esas despedidas, con la pobre Victoria Eugenia recluida en un Palacio que parecía cárcel mientras la multitud amenazaba con asaltar el palacio y quién sabe qué habría pasado. Era rey, pero acabó en la misma caja que los peones y lejos del tablero que un día dominó”, concluye Cerdà.
Paco Cerdà (Genovés, 1985) es periodista, editor y escritor. Es autor de dos libros editados por Pepitas de calabaza: ‘El peón’ —Mejor Libro del Año 2020 en España en los Premios Cálamo, traducido al francés y próximamente al inglés en Estados Unidos— y ‘Los últimos’ traducido al francés. Fundador y director editorial de La Caja Books, sello especializado en no ficción, trabajó diez años como reportero del diario Levante-EMV y ahora escribe en El País, Cuadernos Hispanoamericanos y colabora con la Cadena Ser.
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