Entornos Musoegráficos. CTAV

#MAKMAArte
MAKMA ISSUE #08 | Entornos Museográficos
Presentación en el Colegio Territorial de Arquitectos de València (CTAV)
Hernán Cortés, València
10 de junio de 2025

En su artículo publicado en MAKMA ‘Inteligencia artificial: despidos, algoritmos y algo de arte’, el diseñador José Antonio Campoy, autor de la portada de ‘Entornos Museográficos’, afirma con respecto a los usos y costumbres de la IA, que “ya hay modelos para todo y todos: fotografía, ilustración, vídeo, animación, escritura creativa, diseño y desarrollo web, periodismo” y un generoso etcétera.

“Que levante la mano –exhorta Campoy– quien crea no estar; pero, al levantarla, lo estará. Y, cuando la robotización supere sus limitaciones y madure –que lo hará–, la lista será aún más larga. E inquietante…”.

Un horizonte de inquietud al que no deben ser ajenos los responsables y profesionales del muy diverso orbe cultural del que formamos parte, desde cuyo presente reflexionar junto a aquellos que participan en el presente número, partiendo de las puertas abiertas de una portada, la de ‘Entornos Museográficos’, cuyo resultado, compulsa el diseñador murciano, “es un todo activo que alude a los entornos museográficos como espacios contenedores vivos”.

Portada de ‘Entornos Museográficos’ | MAKMA ISSUE #08, diseñada por José Antonio Campoy.

Espacios agudos y orgánicos “capaces de propiciar dinámicas de circulación e interacción entre personas y experiencias”, asevera Campoy respecto de las líneas maestras de una edición cuya maqueta rubrica la artista y diseñadora Marta Negre.

Una vínculo decisivo, en tanto que, según Carla Tarruella Plandolit, jefa de Exposiciones de Arte y Colección de la Fundación “la Caixa”, “está demostrado que la participación no solo mejora la experiencia del visitante, sino que también enriquece el proceso de aprendizaje y reflexión”.

Un devenir ante el que “las nuevas generaciones están inmersas en el nuevo paradigma y la cultura no puede, ni se puede permitir, mantenerse al margen de este cambio de ciclo”, advierte el director de Bombas Gens Centre d’Arts Digitals, Artur Duart, quien considera que semejante escenario “sería fatídico no solo para la cultura, sino para la misma sociedad”.

Carlos Salazar. CTAV
El arquitecto Carlos Salazar, vocal de Cultura del CTAV, presentó el acto. Foto: Fernando Ruiz.

Conviene entonces recordar cómo a mediados del siglo XIX “la Academia se convertía en una amiga inseparable del museo, a la vez que forzosa compañera de viaje, pareja no siempre bien avenida, hasta hoy mismo”, matiza Vicente Samper Embiz, técnico del departamento de Exposiciones del Consorci del Museus de la Comunitat Valenciana.

Y, frente a aquel horizonte decimonónico que viene evolucionando de manera irrefrenable, “la realidad y el contexto que nos rodea nos demuestra que, hoy en día, la creatividad es probablemente más importante que nunca”, apunta Fátima Sánchez Santiago, directora ejecutiva del Centro Botín de Santander. Por ello, “los desafíos del siglo XXI nos exigen idear nuevas formas de pensamiento y nuevas formas de acción”.

Métodos de actuación para los que “las exposiciones son el medio de comunicación específico de los museos”, compulsa Francisco Baena, director del Centro José Guerrero de Granada, quien subraya que “los responsables deben conocerlo bien y ser precisos en la articulación de los discursos que ponen en circulación y cuidar las sintaxis”.

Salva Torres, Jose Ramón Alarcón y Merche Medina. MAKMA. CTAV
Salva Torres (director de MAKMA), Jose Ramón Alarcón y Merche Medina (miembros del Consejo Editorial de MAKMA), durante un instante de la presentación en el Colegio Territorial de Arquitectos de València. Foto: Fernando Ruiz.

Un territorio en el que entra en juego, a la par, “la responsabilidad en la gestión de las colecciones de arte”, tal y como refiere Rafael Alcón Traver, presidente de la Fundación Bancaja, según el cual dichas colecciones “ejercen de guardianas de la evolución histórica, cultural y social que nos ha traído hasta nuestros días”.

Por razones semejantes, el director artístico del Centro de Arte Hortensia Herrero, Javier Molins, se interroga: “¿Cómo va a aprender un joven de hoy en día sobre arte moderno y contemporáneo si no le damos las herramientas para ello y escondemos en el almacén de los museos las obras más valiosas?”.

Un horizonte de presencias, ausencias y desvíos desde las colecciones ante el que Nuria Enguita, directora del Museo de Arte Contemporánea / Centro Cultural de Belém, en Lisboa (MAC/CCB), alerta: “Conservamos muchas de las herramientas, vocabularios e imaginarios de la modernidad que deben ponerse, de nuevo, en funcionamiento si queremos recuperar su potencial emancipador”.

Cervezas Alhambra. MAKMA. CTAV
Cervezas Alhambra colaboró en la presentación de MAKMA ISSUE #08 | Entornos Museográficos en el Colegio Territorial de Arquitectos de València. Foto: Fernando Ruiz.

Igualmente, una respuesta posible a aquella incógnita debemos encontrarla en la perspectiva que nos ofrece la investigadora y comisaria de arte Sonia Martínez Navarro al plantear que “quizás eso podría ser un museo más allá de su colección y sus exposiciones temporales: apostar por poner el foco en las maneras de hacer, en lo vibracional, y no tanto, aunque también, en la exhibición”, rubrica la exdirectora adjunta del IVAM.

Modos de ejecutar que pasan, verbigracia, por el horizonte del diseño museográfico que nos plantea Ángel Luis Rocamora Ruiz, responsable de Rocamora Diseño y Arquitectura, quien revela que “con cada exposición que diseñamos construimos un puente entre el contenido y una arquitectura que no solo informa, sino que también emociona y provoca una respuesta duradera”.

Un campo de propósitos y réplicas para las que, según Joan Seguí, director del Museu Valencià d’Etnologia (L’ETNO), entra en curso determinante la museología social. Un presencia que “en este contexto”, asevera, “los museos de etnología pueden ser una tipología de museos privilegiada para abrir sus funciones y sus objetivos a otros retos”, como “proteger y difundir un patrimonio percibido como próximo y clave para la identidad local”.

Un contexto en el que “el museo no puede ser neutral y ha de tomar partido”, defiende Rosa Mª Castells González, conservadora de las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA). Un tipo de museo “valiente y desafiante; un territorio donde, entre todos, creamos contenido y transmitimos conocimiento”.

Una actitud y transferencia de saber que requiere, tal y como resuelve la directora del Museo de la Ciudad de València, Marta López Ricarte, de unos museos que “deben actuar, escuchando, dialogando y respondiendo a los nuevos retos sociales, comprometiéndose a cambiar junto a las sociedades a las que pertenecen”.

Labor y sentido de pertenencia que germina, en numerosas ocasiones, desde el epicentro del relato urbano, para el que “los equipamiento culturales y, en concreto, los museos de arte son actualmente las infraestructuras con mayor capacidad para definir a las ciudades y aquellas que, bien diseñadas, influyen en mayor medida sobre su urbanismo”, evidencia Pablo González Tornel, director del del Museo de Bellas Artes de València.

No por ello en vano, Miguel Ángel Díez Matilla, director del Museo de Ulia, en Montemayor (Córdoba), acentúa que “tratamos de diseñar exposiciones accesibles y adecuadas, pero huyendo en todo momento de cierta visión condescendiente, muchas veces proyectada desde las grandes ciudades sobre el entorno rural”.

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Y, desde semejante núcleo, Sandra Guimarães, directora del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear de Cáceres, se cuestiona: “¿Puede el archipiélago entrar en el museo?”. Una cuestión con la que forjar una relación, a través de los proyectos museológicos, entre la “obras y el mundo contemporáneo, con todas sus urgencias y discontinuidades”.

Una combinación disonante que equilibrar concibiendo “el arte como derecho” y “la democratización del arte como obligación”, sostiene Margarita Asuar, directora gerente de la Fundación ENAIRE de Santader.

Se evidencia, entonces, ante semejante reto, “la necesaria colaboración que pueda fomentar la inclusión de estrategias innovadoras entre museos de diferentes tamaños para generar sinergias y compartir recursos y conocimientos y participar de redes profesionales”, suscriben de manera polifónica Ana Martí Testón, profesora en la Universitat Politècnica de València y codirectora de REMED; Salvador Ernesto Troncoso, de la UPV; Jessica Beatriz Ramírez, de la Universidad Nacional Autónoma de México; y Noemi Abajo Vega, historiadora del arte, gestora cultural y diseñadora.

Sin embargo, “la cultura y, por ende, el sistema museístico se encuentran en continua alerta incesante por conseguir ofrecer buenos resultados, con los pocos recursos de los que se suele disponer”, previene la gestora cultural María Ramis Carrasco, coordinadora del equipo de Educación y Mediación de los museos MACE y MAHE de Elche.

Una disposición de recursos que poner, igualmente, al servicio de la accesibilidad, en tanto que, para Begoña Torres González, directora gerente del Museo Lázaro Galdiano de Madrid, “un museo accesible e inclusivo es aquel que conoce a su público más que a sí mismo, lo que sin duda garantizará el cumplimiento de las necesidades y exigencias de las sociedades contemporáneas y, además, asegurará la continuidad futura del museo como institución”.

Entrevista al catedrático y crítico de arte Román de la Calle, a cargo de Maite Ibáñez.

Instituciones museísticas que “deben devenir, siempre, en auténticas cajas de sorpresas”, requiere el catedrático de Estética y Teoría del Arte de la Universitat de València, Román de la Calle, en su entrevista con la gestora cultural Maite Ibáñez.

Museos y centros de arte abiertos “a nuestras experiencias vitales, es decir, directamente relacionadas con la educación y con el descubrimiento simultáneo de un personal hedonismo, respaldado en el disfrute, la reflexión, el ejercicio crítico y los intercambios de conocimiento”, defiende De la Calle. “Un reto de primer orden que es necesario poner a prueba cada día”.