Juan Muñoz

#MAKMAArte
‘Juan Muñoz. Dibujos 1982-2000’
Comisariada por Dieter Schwarz
Centro Botín
Muelle de Albareda s/n. Jardines de Pereda, Santander
Del 25 de junio al 16 de octubre de 2022

El mes de junio en el norte de España no es sinónimo de sol y calor. Y, claro, el 23 de junio de 2017 no fue una excepción. El día se levantó con las típicas nubes grisáceas que no amenazaban con lluvia, pero que tapaban el sol lo suficiente para tener que llevar algo puesto encima de los hombros, lo cual no debía de ser ningún impedimento para todas las personas que se reunieron en los recién estrenados jardines de Pereda.

¿Por qué tanta gente? La respuesta es sencilla. Ese 23 de junio de 2017 iba a ser un punto de inflexión en el ámbito de la cultura cántabra y española e internacional. Iba a haber un antes y un después; ya nada volvería a ser lo mismo. El Centro Botín abría sus puertas por primera vez y para mucho tiempo.

Los encargados de inaugurar el edificio, diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano, fueron los reyes de España -Felipe y Letizia-, arrancando con la exposición titulada ‘Ligereza y Atrevimiento. Dibujos de Goya’.

Obra de Juan Muñoz sobre la naturaleza de la ilusión visual, en ‘Juan Muñoz. Dibujos 1982-2000’, en el Centro Botín de Santander. Foto: Néstor Navarro.

Un lustro después, tras casi 20 exposiciones y un parón obligado por la pandemia que trastocó los planes iniciales del Centro, la Fundación Botín celebra su quinto aniversario con uno de los mayores desembolsos por parte de una fundación privada -alrededor de 80 millones-, para dedicar la primera exposición retrospectiva de la obra dibujística del artista español Juan Muñoz (1953- 2001).

La exposición, titulada precisamente ‘Juan Muñoz: Dibujos 1982-2000’, nos muestra una colección de 204 obras del artista madrileño, contando entre ellas los dibujos, esculturas, instalaciones y collages del autor. La muestra retrospectiva está estructurada mediante 12 pequeñas salas independientes, como si fueran 12 miniexposiciones de Juan Muñoz. La idea de realizarlo de esta manera ha sido del comisario Dieter Schwarz, autor y experto en arte moderno y contemporáneo.

‘Late portrait I y II’, en la exposición ‘Juan Muñoz. Dibujos 1982-2000’, en el Centro Botín de Santander. Foto: Néstor Navarro.

La organización de las obras tiene un sentido lógico, como explica el propio comisario: “La habitación con la puerta abierta nos abre la opción de querer entrar en la exposición”. Esto se explica porque, al entrar en la sala, lo primero que nos han dejado ver son dos pequeñas puertas -esculturas de Juan Muñoz- acompañadas a su lado por dos ojos semiesféricos que nos miran escrutadoramente, como quien pregunta, ¿quieres entrar o te vas a quedar ahí de pie plantado?

Una vez dentro de la exposición, las salas al principio se te hacen un poco pequeñas, pero a medida que avanzas vas comprendiendo cómo esos trazos dibujados a mano alzada sobre diferentes soportes -que van desde el papel hasta el algodón de gabardina- mantienen una línea argumental propia, expandiendo las salas hasta hacerte sentir diminuto.

‘Untitled’, 2000, de Juan Muñoz, en la exposición ‘Juan Muñoz. Dibujos 1982-2000’, en el Centro Botín de Santander. Foto: Néstor Navarro.

Pero el tema principal de la obra de Muñoz está ahí, frente a nuestros ojos: la condición humana.  En cada dibujo o ilustración podemos observar cómo las figuras interactúan entre sí o nos hacen fijarnos con más detenimiento en cómo se desarrolla la escena que estamos viendo, para darnos cuenta que no son meros dibujos sin más. Hay algo dentro de ellos que nos quieren contar una historia acerca de la humanidad que todo ser consciente lleva en su interior, y que tan solo debe dejarla salir.

Según Dieter Schwarz, “esta exposición permite al espectador experimentar de una manera diferente la increíble obra de uno de los artistas europeos más relevantes”. Una obra que muestra cómo el color no es lo que de verdad importa. Los tonos oscuros reinan en la simplicidad y complejidad de los dibujos que se pueden disfrutar en cada una de las minisalas, y las esculturas irradian tal humanidad que un visitante despistado puede llegar a confundir alguna de las obras con una persona sentada en el suelo mirando a la pared, mientras sostiene algo entre las manos, o llegar a asustarse con las figuras de los pies hundidos en el suelo, al tiempo que sonríen mirando los techos de la sala.

Esto es lo que da un sentido más humanista a las obras escultóricas de Juan Muñoz: que insuflan vida a materiales inertes, hasta el punto de que uno tiene que acercarse mucho para comprobar que esas sonrisas están ancladas en el tiempo, siendo una de las cosas que más impregnará el espíritu del futuro visitante a la muestra.

Esta exposición, producida por el Centro Botín en colaboración con el Juan Muñoz Estate, pone en valor la trayectoria del artista como dibujante y refleja los registros explorados en su práctica a lo largo de dos décadas. Asimismo, los 45 prestamistas -nacionales e internacionales- han cedido obras para esta retrospectiva de uno de los artistas más prolíficos y polifacéticos del territorio español.

El primer lustro ya ha pasado para el Centro Botín, celebrándolo con esta magna retrospectiva de Juan Muñoz que, junto con la exposición que se muestra en la planta superior de Ellen Gallagher y Edgar Cleijne, ofrece una oportunidad inestimable de explorar y conocer un poco más el interior del ser, fundamento último de la obra de arte.

Juan Muñoz
Vista de sala de la exposición ‘Juan Muñoz. Dibujos 1982-2000’. Foto de Belén de Benito por cortesía del Centro Botín de Santander.