Tumbados a la bartola de la cultural (II)

#MAKMAEstival | Tumbados a la bartola de lo cultural (II)
Con Javier Rioyo, Ada del Moral, MacDiego, Aziza Laraki, Paco Caparrós, Felicia Puerta, Andrés Herraiz, Susana Lloret, Daniel Tejero, Carolina Fuentes, Emilio Oliete, Eugenia Boscá, Aristides Rosell, Marisa Giménez Soler, Boke Bazán e Ismael Teira

“Válgame. Somos una raza de mirones”, exclamaba la enfermera Stella a un convaleciente L. B. Jeffries, quien examina a través de sus prismáticos las vidas ajenas, abiertas de par en par, con las que sobrellevar el calor de ese tórrido verano neoyorkino que suda tras la ‘Ventana indiscreta’.

En MAKMA queremos saber, deseamos conocer, y recrearnos en el deleite de los otros, ese que a veces –como en la foto de portada que acompaña a este artículo– dibuja una estampa tan próxima para el objetivo como infranqueable para aquellos que, eventualmente, curioseamos en el privé ajeno.

Porque aquí somos (bienintencionados) mirones y tenemos la virtud de aprender e integrar en nuestro horizonte de deseos las predilecciones de quienes conforman nuestro presente (o referente) universo de conocimiento cotidiano.

Por ello, hemos invitado a algunos amigos y colaboradores a que abran sus ventanales de verano y nos permitan asomarnos, por un momento, a su intimidad estival. Una serie de candentes testimonios que continuaremos publicando en sucesivas entregas.

Javier Rioyo: «Si nadie hubiera aprendido a leer, muy pocos se habrían enamorado. Lean, por favor»

Los azares, el cultivo de la amistad y un poco de suerte permitieron que el ocio veraniego comenzara de manera irreal pero cierta. En barco nos acercamos a la sombra del Vesubio. Naturalmente, acompañado de un ejemplar de ‘La Odisea’, que nos empujó a un viaje a los farallones de las sirenas de Ulises. El excelente libro de Daisy Dum, editado por Siruela, también fue inesperada y feliz compañía por aquellos mares. La vida de Plinio, de los “plinios”, es una dedicación al placentero trabajo entre la naturaleza y la ciudad, el campo y el foro, las intrigas del Imperio y el refugio en sus jardines, en sus campos.

Yo soy más epicúreo, pero no me viene mal una dosis de estoicismo. Así pasé, en compañía de Virgilio y sus ‘Geórgicas’, días y noches en Castilla. “No sean los perros el último de tus cuidados, sino que a los cachorros y al impetuoso Moloso aliméntalos a la vez con graso suero; jamás con guardianes tales, tendrás que temer para tus establos ni al ladrón nocturno ni las incursiones de los lobos ni las traiciones del no aplacado ibero”. Esa fama de salteadores nos gastábamos ya.

En fin, de la tierra de iberos me voy a la de los celtas. Conmigo viaja la extraordinaria y contradictoria Emilia Pardo Bazán. La biografía de Isabel Buriel es obligada para los que quieran conocer nuestra cultura, política, el oficio de escritor y la vida del periodista español entre el siglo XIX y el primer XX…

Y así se pasará el verano, entre caldos y libros, entre animales terrestres y marinos, plácidas semanas de mares, tierra y jardines. Pero, sobre todo, he pensado en aquello de La Rochefoucauld: «Si nadie hubiera aprendido a leer, muy pocos se habrían enamorado». Lean, por favor.

Ada del Moral. ‘Por mares de tierra y piscinas del crepúsculo de los dioses’

Cada año hago acopio de libros y me largo a un sitio viejo y agreste donde es necesario ir con clavos y un martillo en el bolsillo. Pronto me olvido de todo. Las rosas atigradas florecen, se me caen los gresites de la piscina del crepúsculo de los dioses, los pinos están matando a los almendros con su acidez, los tilos reclaman agua y los ciruelos han escupido frutos que me disputo con pájaros que comen en mi mesa.

Salgo al campo, un mar de tierra y cereal dorado, en compañía de corzos, zorros, jabalíes y corros de conejos, lo más cerca a los tertulianos del ‘Sálvame’. Me someto a mi poni cada tarde a las ocho y mi perro lobo moro da serenatas desde su mezquita particular. Una tarde, me encuentro un ratoncillo con la cola aplastada. El estupor le mantiene quieto. Nos miramos a los ojos, los suyos, dos gotas de aceite en una carita parda. Con tijeras cortaúñas, secciono la parte aplastada del resto. Despacio, casi a cámara lenta, se pierde entre la avena salvaje. Me gusta más que el mejor cuento.

MacDiego. ‘Disfrutando como un cura de colegio en los libres años 80’

Por suerte, los días ya son más cortos, refresca y los conocidos y dípteros empiezan a desaparecer. Hubo un tiempo que no me importaba rebozar los pies en la arena, llevar el pelo enmarañado y la misma camiseta durante días. Pero ahora el verano lo destroza todo, hasta el calor. Así que me he quedado en casa y he clasificado cientos de revistas solo de los creativos, divertidos y libres años 80.

Han aparecido revistas culturales como Tintinman, Madrid Me Mata, La Luna, Valencia Dorada o Sur Exprés, que alimentaban tertulias junto al nacimiento de la tele en color, el fax o el microondas.

También un buen número de revistas del destape tardío como Macho, Papillón, Bazaar, Súpersex, Mastia, Hombre, Penthouse, KingKonazos, Climax, Sal y Pimienta, Pen, Maxim, Emmanuelle, Private, Bocaccio, El Miko Koñón, Lib, Marcha, Club, El Trompa, Boom, Playboy, Vidas Secretas, Siesta, Interviu, Tanga o Lui, entre otras, donde ya no se insinuaba sino que se enseñaba.

Y muchos cómix con cabeceras como Orgasmo, Tentetieso, Escuela de Placer, Tabú, Ardientes, Ragazza, Luzifera, Malavida, Lady Ardor, DossierX, Odeón, Mata Ratos, Fauno, Magnum, Sade, El Cuervo o Crimen.

Este verano lo he disfrutado como cura en un colegio, y todo ese material lo he ordenado por recuerdos.

Aziza Laraki: «El pasado y el futuro se juntan en un espacio de libertad creativa todas las estaciones del año en Gallery Kent»

Hemos experimentado un verano cultural muy activo. En Madrid hemos visitado en el Museo Reina Sofía la exposición ‘Trilogía marroquí’, un verdadero puente de unión entre los dos países

En Tánger, una vez más, hemos colaborado con la plataforma cultural SureS y en nuestra galería hemos presentado su último libro, ‘El peso de lo intangible’, junto a su director, el es escritor Santiago de Luca, y él escritor marroquí, premio Goncourt, Tahar ben Jelloun. Ese mismo día, también hemos organizado con ellos una lectura bilingüe español-árabe de poemas, que ha sido muy emotiva. Ha sido un verano de encuentros múltiples: pintores, músicos, escritores… Y esto me pone muy contenta porque ese es el espíritu de mi galería.

Y otra vez en Tánger, nos comprometimos con los artistas marroquíes y sus propuestas innovadoras y vanguardistas en la exposición ‘Lmn’art’, con la que hemos apostado por el arte contemporáneo y todos los planteamientos innovadores y revolucionarios de este Marruecos moderno. A través de estos artistas se atraviesan todas las fronteras y los límites que permite la imaginación, a pesar de las pandemias y las visas.

El pasado y el futuro se juntan en un espacio de libertad creativa todas las estaciones del año en Gallery Kent.

Paco Caparrós: ‘Celebrando 67 “cumpliditos años de vellón” junto a Berlanga, Barthes y García Rodero»

Parece que agosto de 2021, con el bicho suelto y desbocado, invitaba más al recogimiento monacal que a intrépidas aventuras inciertas. Además, cerniéndose la amenaza de una “nueva ola” de calor, los primeros días se fueron conformando en modo homenaje a Berlanga, disfrutando de títulos como ‘¡Bienvenido, Mister Marshall!’, ‘Calabuch’, ‘Paris-Tombuctú’ y ‘Tamaño Natural’.

Releer con tranquilidad las ‘Meditaciones’ de Marco Aurelio, ‘La cámara lúcida’ de Roland Barthes y un bello libro de poemas de Vilar-Bou: ‘Puro Ser’, con obras de Felicia Puerta, que me ha enviado mi querida amiga Felicia.

Y como tenía previsto, un viaje de unos días a Asturias, para disfrutar del clima benigno, la maravillosa gastronomía, hacer algunas fotografías del lugar y visitar de nuevo el Centro Niemeyer, donde se estaba exhibiendo, entre otras, la exposición ‘Tres Mujeres Magnum: Eve Arnold, Inge Morath, Cristina García Rodero‘, comisariada por Rosa Olivares.

De vuelta en casa, visita al estudio de Alfredo Llorens, más lectura y musiquita “de la buena”, procesando fotos, disfrutando con la familia y cumpliendo 67 “cumpliditos años de vellón”.

Felicia Puerta: «Alargando el tiempo intencionadamente, dejando que surjan obras a partir de restos»

Como cada verano, vuelvo al pueblo para estar con la familia, lugar donde pasé mi infancia, El Escobar, una pequeña pedanía de Cehegín, con paisaje de secano, sonido de cigarras y restos de casas que visité (inevitable convivir con tantos recuerdos).

Un reencuentro obligado, que me conecta y me distancia a la vez; con el deseo insatisfecho de un poco más de recogimiento para repensar nuevos proyectos y ante la ausencia de toda actividad cultural y social, me enfrento al origen de mis propias referencias; aquí donde cada mirada incluye algo que reconozco, ya sea paisaje, libros, objetos, acumulo en mi memoria escenas y cosas en una búsqueda continua de lugares donde intervenir, recolecto inútiles y viejas herencias textiles, ropas, manteles.

Son aquí y ahora espacios compositivos; coser, restaurar, dibujar, reparar, pintar, es otorgar otra oportunidad para seguir existiendo; así, alargando el tiempo intencionadamente, dejando que surjan obras a partir de restos, recomponiendo fragmentos, con la fuerza de lo precario el impulso curativo del proceso creativo se hace más auténtico.

Acordándome de Cecilia Vicuña.

Andrés Herraiz. ‘Celuloide en Roma. Entre alegrías y tristezas de la Città Eterna’

Tras la confirmación de mi estancia de investigación en la Sapienza Università di Roma, mi período estival comenzó revisitando las producciones cinematográficas italianas que la plataforma Filmin acoge en su inmensa oferta fílmica y documental, desde ‘Roma, città aperta’ (1945), de Roberto Rossellini, hasta el último filme de Marco Bocci, ‘A Tor Bella Monaca non piove mai’ (2019).

Estos días me he empapado de narrativas muy diversas que exponen las alegrías y tristezas de los habitantes de la Città Eterna en lapsos temporales paradójicamente alejados y próximos entre sí. Entretejidos con los dramas romanos y la redacción de una tesis doctoral, los encuentros con familiares y amigos han supuesto un soplo de aire fresco en este tórrido verano. Sentado en la mesa familiar, venían a mi mente secuencias de comedias como ‘Mine vaganti’ (2010), de Ferzan Özpetek o del ‘Latin Lover’ (2015) de Cristina Comencini, que como tantos otros filmes, ahondan en las farsas de la vida y la familia mediterránea.

Susana Lloret: «Por muy inteligente que uno sea (o se crea), nadie se libra de cometer alguna estupidez»

En verano me gusta leer. Este verano he leído ‘Eres lo que comunicas’, de Manuel Campo Vidal, al tiempo que también estoy releyendo ‘Por qué las personas inteligentes pueden ser tan estúpidas’, de Robert J. Sternberg, y ‘Capitalismo consciente’, de Mackey y Sidodia. Me gustan mucho los ensayos, me gusta mucho la lectura que estimula la reflexión y que me aporta conocimiento o puntos de vista interesantes.

Soy curiosa y prefiero leer sobre cuestiones poco convencionales, como la estupidez. ¡Da mucho juego…! Y una cosa está clara, por muy inteligente que uno sea (o se crea), nadie se libra de cometer alguna estupidez. O sobre temas que me ayudan a crecer, como la buena comunicación. Y Manuel Campo es todo un referente en nuestro país, con mucho que decir. ¡Y creo que mucho que callar…! Nadie como él para explicar el valor del silencio en la comunicación. Y el valor de la comunicación en la vida.

También me gusta leer sobre cuestiones que rompen con los marcos de referencia clásicos para aportar ideas capaces de impulsar cambios a mejor, como ‘Capitalismo consciente’ (siempre diré que está mal traducido del inglés, y que me parece más adecuado capitalismo “con valores” que no “consciente”, que no significa lo mismo en inglés y en español).

Y en esta línea va el próximo libro que tengo en mi mesita: ‘Sociedad en Jaque, sentido común al rescate’, de varios autores entre los que está Pilar Gómez Acebo. El sentido común –que como dice Pilar, es el menos común de los sentidos– es la clave que puede catalizar en la sociedad civil un movimiento para impulsar un cambio, más que necesario, imprescindible.

Que la clase política es necesaria nadie lo duda, pero que sean los únicos responsables de tomar decisiones e impulsar cambios sociales…, eso no es cierto. Es cómodo. Y ya está bien de acomodarnos. Tenemos que pasar a la acción. Eso es lo que plantea este libro (cuya presentación acogió Bombas Gens). Y no puedo estar más de acuerdo. A los hechos me remito.

Además, disfrute muchísimo de viajar a San Sebastián a conocer la obra de Cristina Iglesias, que el Ayuntamiento ha regalado a la ciudad y a todo aquel que reserve visita al faro de la isla de Santa Clara. Impresionante y sobrecogedora, esa escultura viva suena tan suave y tan atronadora como la misma naturaleza. Que Cristina domina la materia ya lo sabía, pero que domina igualmente el sonido…, eso lo acabo de descubrir.

Hay mucho más…, ¡pero no me queda espacio!

Daniel Tejero. ‘Comenzar tras sobrevivir a las consecuencias del dichoso 2020’

¿Un titular?: comenzar tras sobrevivir a las consecuencias del dichoso 2020.

¿Un descubrimiento? Albacete ciudad, a destacar el Museo de Albacete, edificio del arquitecto Antonio Escario Martínez (1935-2018), y dos ríos: el Jucar y el Segura. Jorquera y Alcalá del Júcar, así como Ayna y Bogarra.

¿Una lectura? Mejor tres: ‘Clara y la penumbra’ (2001), de José Carlos Somoza; ‘Las historias de la abuela Carmen’ (2019), de Carmen Olivares Pascual ; y ‘Sira’ (2021), de María Dueñas.

¿Una exposición? Sin duda, la premio Julio González 2020, Mona Hatoum, en el IVAM.

¿Una acción? Sentir, limpiar, recapitular, ordenar, preparar el taller para los nuevos proyectos.

¿El futuro inmediato? Elaboración de memoria de implantación de un Programa de Doctorado en Creación Artística para el Campus de Altea de la UMH.

¿Mientras tanto? Cenas, comidas, amigos, familia…

Finalmente, unos amigos de una publicación cultural me solicitan que cuente en 150 palabras como vivo el verano a nivel cultural y lúdico.

Carolina Fuentes. ‘Entre fenómemos paranormales de los 80, surrealismos de Murakami y aires de José Mercé’

Mis grandes del verano, ‘Mad Max’, ‘Tiburón’, ‘La niebla’, ‘Deseando amar’, ‘Mi noche con Maud’, ‘Melancolía’, ‘El faro’ y una larga lista de títulos de los 70 y 80 de fenómenos paranormales, zombies, monstruos y alienígenas que llegan a enamorarme como el ‘Starman’ de Carpenter.

En la carretera, haciendo kilómetros con Dean Martin, Nat King Cole, Bob Dylan, Marvin Gaye, Paul Simon, The Stooges, Led Zeppelin, Jamiroquai, Daft Punk, Fever Ray, Fasenuova, Kraftwerk y “abrimos las ventanas” con ‘Aire’, de José Mercé.

Llegamos al fondo de un pozo, salimos, no aparece el gato; llueven peces, hablamos con los gatos, nos perdemos en un bosque; buscamos un carnero; nos persiguen los tinieblos, somos lectores de sueños. Enganchada al surrealismo de Murakami, ‘Kafka en la orilla’, ‘El pájaro que da cuerda al mundo’, ‘La caza del carnero salvaje’, ‘El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas’. ¡No puedo abandonar estos mundos!

Emilio Oliete. ‘Un deleite guardado en la memoria y a buen recaudo’

Este período estival he podido disfrutar de buen cine como, por ejemplo, la comedia argentina ‘El robo del siglo’, con los fantásticos Diego Peretti y Guillermo Francella, y del cine al aire libre con un bocadillo con chorizo de pueblo en el Cine de Verano La Bombilla (Madrid), viendo ‘El padre’, con el maravilloso Anthony Hopkins, y ‘Otra ronda’, ganadora del Óscar a mejor película extranjera.

Guardaré en mi memoria, a buen recaudo, la ópera ‘Tosca’, la cual pude disfrutar en el Teatro Real.

Entre las lecturas de este verano están ‘Patria’, de Fernando Aramburu, que lo tenía pendiente; ‘Quirque en San Sebastián’, de Benjamin Black; ‘Delparaíso’, de Juan del Val; y ahora estoy con ‘Como polvo en el viento’, de Leonardo Padura.

Durante mis días en Cádiz pude llevar a mis nietos a la visita teatralizada en el Castillo de San Marcos, El Puerto de Santa María, que fue divertidísima y con la que disfrutamos mucho… ¡Grumetes al ataque!

Por último, contarte que ya tengo las entradas de la obra de teatro ‘El alivio o la crueldad de los muertos’, en los Teatros de Canal, en la que actuará la gran Nata Moreno, a la que tuve el placer de conocer a través de su documental ‘Ara Malikian. Una vida entre las cuerdas’.

Eugenia Boscá: «Y yo que creí que el verano me depararía poca cosa y, ¡¡¡zas!!! La vida siempre sorprende»

Y yo que creí que el verano me depararía poca cosa y, ¡¡¡zas!!! La vida siempre sorprende. Con vistas a hacer, solo un supercurso de esmaltes en la Bisbal Girona. Como, ¡guauuu!, planazo estival y para de contar, me encuentro que mi mejor amiga dice: “Au, a Mérida, que tengo entradas para ver ‘Edipo’”. Mérida mola a pesar de sufrir 44 gradazos Fahrenheit.

Antes de Mérida fui al conciertazo de Maria Arnal y Marcel Bages, ‘Maravilloso’ con mayúsculas. También fue una propuesta sorpresa. He ido dos veces al cine d’estiu, a la Filmoteca y L’Eliana, que quien no lo sepa siempre tuvo una programación muy buena. Tengo a caballo dos lecturas, ‘La joven de las naranjas’ de Jostein Gaarder, y ‘1Q84′, de Murakami. Y una recomendación: I Love Dick’, una serie, digo.

Dos veces a la playa, tres a la piscina, cero exposiciones (las dejo para septiembre), salvo el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, que no cuenta porque, a mitad, nos fuimos. Es que hervían los mosaicos, las columnas, los frisos… y, en sí, todo el edificio.

Mañana me voy a Francia también por sorpresa. ¿A qué? A una ruta que sigue los pasos de María Magdalena, un rollo espiritual y transgresor al mismo tiempo. Por último, lo que os conté al principio…: placer y curro en un curso, que espero sea enriquecedor, pues es lo único que he planeado.

Aristides Rosell. ‘Una ruta por los pueblos blancos de Cádiz para sortear la incertidumbre’

Normalmente, en el periodo estival, suelo perderme entre la naturaleza y la montaña. La sierra de Cádiz, en Andalucía, me ofrece la paz que necesito para recomponer el alma; y en estos momentos de tanta incertidumbre, me resulta el mejor remedio. Disfrutar de la familia, el descanso, el buen comer y disfrutar del mejor queso del mundo –el queso payoyo es un deleite sin comparativos–.

En plena Sierra de Grazalema, el pequeño pueblo de Villaluenga del Rosario (lugar donde más llueve en España), me recibe con sus puertas de par en par para dejarme llevar por sus extraordinarios paisajes y la fuerza de la montaña. El tiempo pasa sin preocupaciones, sin conexión a Internet, sin redes sociales, largos paseos en familia, disfrutando del entorno y de sus habitantes.

Entretanto, queda espacio para la lectura y la vida contemplativa, conocer las historias contadas de los mayores y compartir con ellos largas tertulias. Siempre me ha llamado la atención el Museo del Queso que alberga la localidad; cada vez que puedo lo visito, para conocer las costumbres y tradiciones del lugar. Debo destacar, también, la visita a la Casa Museo de Pedro Pérez-Clotet, escritor perteneciente a la Generación del 27, donde los guías del museo nos adentran apasionadamente por la vida y obra del autor.

Todo, en un pequeño municipio de la ruta de los pueblos blancos con apenas 400 habitantes, y la mitad de ellos somos familia. Como premio final, el retorno a casa, Russafa aguarda impaciente.

Marisa Giménez Soler: «Me inspira mucho leer en el campo, bajo cielos cambiantes»

Pues está siendo un verano muy activo, ya que se han ido solapando exposiciones y alguna otra iniciativa en las que participo. A mediados de julio se clausuraba la exposición de Calo Carratalá en el E CA de Riba-roja, en la que fui comisaria, y el día 28 finalizaba la muestra de Rosalía Banet en La Fundación Giménez Lorente. Tres día después celebrábamos en Alarcón (Cuenca) un encuentro sobre el papel del arte contemporáneo en la revitalización de entornos rurales. Por otra parte, Discos Sféricos estamos trabajando en la publicación de ‘Páramo’, el nuevo disco de Petit Mal, y escucho una y otra vez sus canciones.

Aquí, en Alarcón, estos días están siendo especiales porque ayer inauguramos una exposición, en el Museo del Ruso. Un homenaje a Vicente Talens que ha generado muchos momentos emotivos y bonitos al lado de artistas queridos y muchos amigos.

Sobre libros, al comienzo del verano, en la playa, leí la novela de la valenciana Bárbara Blasco, ‘Dicen los síntomas’, y ‘Tormenta de verano’, de Juan García Hortelano. Más tarde, ya en tierras de interior, ‘Todo arde’, de Nuria Barrios, y luego fui directa a Luis Landero y su ‘Huerto de Emerson’.

Me he dado cuenta, escribiendo estas líneas, que durante los últimos agostos siempre me ha acompañado algún libro de Landero, que debe de ser que me inspira mucho leerlo en el campo, bajo cielos cambiantes.

Boke Bazán: «No hay nada que una buena cerveza con gente no pueda arreglar»

‘Work in progress’ /// 499 líneas de 2’50 x 375 cm compuestas con 19 colores en una pared de 14 m /// Ya no hay más datos numéricos.

Sí emocionales, físicos, energéticos… y que el lugar, día o la hora no sean importantes.

Por cierto, Merche, voy con retraso siempre en esto, pero me han molado mucho las dos temporadas de ‘Fleabag’ y la relectura de ‘La vieja sirena’ de Sampedro.

Y en cualquier caso: que no haya nada que una buena cerveza con gente no pueda arreglar.

Ismael Teira: «El aburrimiento, dadas las circunstancias: antonimia del estío»

Como es habitual, el verano transcurre en el noroeste de la península. Con una personita de dos años no hay demasiado tiempo para el relax, pero sí aprovecho momentos para escuchar música. Últimamente estoy volviendo a Antònia Font, sobre todo el álbum ‘Lamparetes’ (2011), esperando el regreso del grupo, al parecer, el año próximo.

A ratitos, también llevo un tiempo disfrutando de ‘Shtisel’ (2013), en Netflix. Bien narrada y didáctica, consigue acercarnos a una cultura poco conocida, al menos para mí, e invita además, a visitar algún restaurante kosher por sus continuas referencias gastronómicas. Y a propósito de la comida, los veranos también son tiempos de empanada, pulpo y zamburiñas.

En lo que atañe a las lecturas, desde hace algunos años son monotemáticas, pasando una y otra vez por ‘Walkscapes’ (Gustavo Gili, 2002), de Francesco Careri. Por lo demás, calor y kilómetros. El aburrimiento, dadas las circunstancias: antonimia del estío.

Tumbados a la bartola de la cultural (II)
Entre naúticos de regatas y clubes de verano. Foto: Merche Medina.

Merche Medina