One piece

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One piece
Reparto: Iñaki Godoy, Mackenyu Arata, Emily Arata, Jacob Gibson, Taz Skylar, Vincent Regan, Jeff Ward, Morgan Davies, Ilia Isorelys Paulino, Peter Gadiot
Creadores de la serie: Matt Owens y Steven Maeda
Manga original de Eichiro Oda
Netflix, 2023

La brisa marina golpeando tu cara, el sabor a sal que envuelve los mares, la mezcla de colores entre el azul infinito, el blanco espumoso, la gris tormenta, el verde alga e infinidad de mezclas más. La sensación de libertad, la búsqueda de nuevos amigos, el encuentro con peligrosos enemigos. La vida, la experiencia, los tesoros, las aventuras. Todo esto y mucho más es ser un pirata. 

One piece’ (en acción real, o live action como se dice ahora), de la megaconocida plataforma Netflix, ha sido la ganadora. Por fin, una adaptación de un manganime (fusión de los conceptos manga, historieta japonesa, y el anime, serie o película de animación) ha salido como todos los seguidores de estos géneros querían que saliera. Muy bien.

Aunque las adaptaciones predecesoras no fueran un gran indicativo, pues ahí tenemos las series como ‘Cowboy Bebop’ y ‘Death Note’, ambas de Netflix. Estas adaptaciones fueron un fracaso absoluto, pues ni los fans las quisieron (aunque sus animes fueran queridísimos por el público y la crítica).

Otras adaptaciones fuera de la megaplataforma son los de ‘Dragon Ball Evolution’, del año 2009 (que es, según las notas en Filmaffinity, de las peores películas realizadas en la historia del séptimo arte, ya que posee un 1,6 sobre 10 de votación media) y la adaptación del clásico actual ‘Ataque a los titanes’ (Shingeki no Kyojin), que aparte de no ser una gran adaptación… tiene una segunda parte.

‘One piece’ cuenta la historia de Monkey D. Luffy y su afán por convertirse en un pirata y encontrar el legendario tesoro del One piece que da título a la serie, escondido en los confines del mundo por el mítico pirata Gol D. Roger. En su camino por hallar el tesoro irá encontrando la tripulación que necesita para llegar a su destino.

Fotograma de ‘One piece’, con el Going Merry al zarpar del puerto.

En esta primera temporada, vemos cómo Luffy comienza su viaje y va reclutando a su variopinta tripulación. Desde el guerrero que ansía ser el mejor espadachín del mundo, Roronoa Zoro, pasando por la navegante Nami, el cocinero Sanji, el tirador Ussop y el barco, el Going Merry, uno más de la tripulación de ‘Los Sombrero de Paja’.

Y de momento hasta aquí escribiré, puesto que no sé qué rumbo tomará la serie de Netflix en el futuro. Pero, por lo que parece y hablan las redes, una segunda temporada es más que probable. Y esto, hablando de la adaptación de un anime, es más un logro de los creadores de la serie live action, Matt Owens y Steven Maeda, que de la propia plataforma de streaming.

Cada línea de guion, cada plano de la serie, cada nota musical es un regalo para los fans, que recuerdan aquellos primeros 45 capítulos en los que Luffy sonreía sin parar, mientras no cesaba de repetir que se convertiría en el rey de los piratas. Pero que nadie tocara a sus amigos, pues eso es algo que no permite el capitán.

No es la típica adaptación que trata de tirar de nostalgia. Intenta, mediante los medios disponibles, de “enganchar” a esas nuevas generaciones que aún no conocen a Luffy y sus amigos. No plagia plano a plano, ni historia a historia. Eso sería un error. Una adaptación televisiva es muy diferente al lenguaje narrativo que una serie de anime utiliza.

La banda de los sombreros de paja, en un fotograma de ‘One piece’.

Aunque es cierto que hay planos copiados, es solo una forma de hacer guiños a los fans del anime y del manga. Se trata de planos cargados de una fuerza y una emotividad tal que hacen que los sentimientos afloren y los pelos se pongan de punta. Por ejemplo, (¡ATENCIÓN SPOILER!), es el caso en el que Luffy le pone su sombrero a Nami antes de ir a luchar contra Arlong. La carga emotiva de esa imagen, que a todos los que la vimos se nos hizo un nudo en la garganta al volver a vivirla, aunque sea de noche en esta ocasión, no pierde ni un ápice de sentimiento.

Los guionistas han tenido que crear un mundo en el que esta nueva tripulación siga siendo la misma que muchos conocemos, pero -y esto es muy importante- sigan manteniendo la esencia original del personaje del manga, publicado en el lejano año de 1997 y que tanto cariño ha suscitado capítulo tras capítulo.

Los arcos argumentales están tan bien adaptados que apenas se da mayor importancia a aquellas cosas que faltan en la trama. Incluso se llega aceptar de buen grado las variaciones que han hecho con algunos personajes, por ejemplo (¡ATENCIÓN, NUEVO SPOILER!) el personaje de Koby, el chico que quiere entrar en la marina para proteger a los débiles, en esta live action es el nexo de unión con ese mundo militar que tanto nos cuesta conocer en el anime.

Mientras en la serie de anime no volvemos a ver al muchacho hasta casi quinientos episodios después, en esta adaptación es un personaje secundario digno de dicho nombre; con él vemos los entresijos internos de la marina y vemos la relación que tiene con el vice-almirante Garp, el superior que va en busca de la banda de ‘Los Sombreros de Paja’.

El vicealmirante Garp, en un momento de la serie ‘One piece’.

Aunque es lógico que falten cosas y hasta normal que mezclen historias para dar un mayor dinamismo a la trama que hay de fondo, todo esto no resta para que las emociones y las aventuras copen los minutos de cada uno de los ocho episodios de la serie. Lo dicho, la esencia de la serie sigue ahí.

No podemos dejar de mencionar la música. En esta live action de Netflix, la música es completamente original; puede que nos recuerde a las tonadillas de ‘Piratas del Caribe’ con sus tambores, violines e instrumentos de metal haciendo resonar melodías que acompañan a escenas de luchas que no tienen nada que envidiar a las vistas en el anime: Zoro con su espada, Sanji con sus patadas y Luffy estirando los brazos, mientras grita eso que tanto hemos oído de ‘¡¡Galleta, galleta, metralleta!!’

Pero no podía faltar, a modo de homenaje, la música del primer opening del anime. Aunque la estemos esperando desde el primer episodio, nos pilla por sorpresa un par de veces. La primera, cuando el Going Merry zarpa del puerto, y la segunda, ya al final de la temporada. Como tampoco podía faltar, de fondo en una cantina frecuentada por piratas, la canción de ‘El Sake de Binks’ (‘Binks no sake’), que nos dibuja una sonrisa melancólica en los labios, sabiendo de dónde viene y a dónde nos llevan sus notas.

El casting que da vida a la banda de ‘Los Sombrero de Paja’ son exactamente tal y como se podía esperar. Las actitudes de los personajes, los guiños a las relaciones entre ellos, las inseguridades que cada uno lleva en su camino, todo eso está reflejado en la pantalla, y sin esos actores difícilmente podríamos haber vivido esas sensaciones de nuevo como hace años lo hicimos con el anime.

Con esta primera temporada, los que hemos vivido con Luffy y su tripulación su camino (y aún continuamos a bordo) nos hace recordar aquellos primeros momentos. Pero para esas personas que empiezan a conocer a la banda de ‘Los Sombrero de Paja’ es una suerte poder hacerlo de esta manera tan bien cuidada y con el mimo que tan solo los verdaderos fans son capaces de imprimir a lo que se quiere desde hace tantos años.

‘One piece’ es más que una serie de un grupo que se junta para ir en busca de un tesoro escondido. Trata de la amistad, de la fidelidad entre compañeros, de perseguir los sueños, y, en definitiva, de ser un pirata. Pero, ¿qué es ser un pirata?… Luffy lo describe a la perfección con sus propias palabras en uno de los capítulos: “Ser pirata es vivir aventuras y seguir tus sueños”. Creo que ante esto nada podemos objetar. Solo coger un bote, salir al mar y poner rumbo al horizonte, como dice el entrañable capitán Jack Sparrow.