Umbrales, G109 y Autismo Vaginal
Museo del Centro de Arte de Vanguardias La Neomudéjar
C/ Antonio Nebrija s/n. Madrid.
Hasta el 4 de septiembre de 2016
La Neomudéjar de Madrid nos propone un extraordinario viaje a través de los sentidos y la estética humanista durante todo el verano. Por un lado, arranca la retrospectiva sobre la obra de Antonio Alvarado que es, sin duda, el artista precursor del net art y el arte electrónico en España. Un trabajo imaginativo y muy reflexivo que se ajusta y dialoga con su tiempo. Durante los meses de julio y agosto de 2016 se expondrán en el Museo La Neomudéjar algunas de las obras electrónicas que ha realizado en los últimos veinte años, es el caso de ‘El escursionista’, ‘Inasible luz’, ‘Los comportamientos de la realidad’, ‘La ciudad de los cantares’ o ‘Ternuras de guerra’.
Señala Alvarado: “Esta exposición aunque no habla ni de política ni de dinero, sí habla del poder. Habla de sentimientos, de personas y de máquinas, de sus relaciones y de los múltiples caminos que existen para que se produzcan estas relaciones. En definitiva habla de cuerdas, de hilos, de redes y de capas de cebolla. En ellas el caos se desordena y desestructura formando un entramado de coherencia. La máquina y el hombre caminan juntos como creador y criatura. Y estas criaturas se revelan, como lo hacen todas las criaturas conscientes, contra su creador. Estas relaciones son las que dan la imagen de nuestra grandeza o nuestra miseria. A partir de ahora vosotros tenéis la palabra”.
Se acompañará la muestra de una performance llamada ‘Las palabras’. Se trata de una acción concebida en 2006 que se multiplica y bifurca en DVD, instalación e ilustración. Las palabras son solo una convención de su significado, las mismas palabras podrían significar otra cosa, su propio reflejo forma otras palabras y si las traducimos a otro idioma forman palabras nuevas que en el nuestro tienen también un significado. Esta acción muestra como la entonación, la repetición aleatoria y el recitado en grupo, pueden distorsionar el significado e incluso anularlo. La acción consta de dos proyecciones móviles sobre elementos transformables; en su presentación se proyectaba sobre plásticos translucidos que podían ser movidos libremente tanto por el artista como por el público. Cada una de estas proyecciones consta de un software que muestra aleatoriamente frases escritas, entrecortadas y grabaciones sonoras de las frases mostradas. Hay tres grabaciones sonoras, una por cada proyección y una otra independiente, en total tres recitados grabados de los textos. Existe un cuarto o más recitados de estas frases, dependiendo del número de participantes. Cada uno de estos recitados se entonará de una manera diferente, incluso distorsionándolo. El público, que se le darán unas hojas con los textos y se le incitará a recitarlo, debe de moverse entre la proyección.
Sumando voces nuevas a esta disciplina electrónica, la Sala Generador acogerá la obra ‘G109’, del artista Miguel Martín. Se trata de un trabajo interactivo entre la máquina, el hombre y el reciclado lumínico de la ciudad de Madrid.
La segunda remesa de trabajos llega de la mano del fotógrafo José Luis Sanz y la artista feminista Diana Blázquez. Ambos exploran de manera frontal umbrales de diferencia. Son trabajos basados en experiencias y narrativas de vida que desde la fotografía o la pintura reflejan estados humanos de oscuridad y de reflexión. ’Umbrales’ muestra este trabajo fotográfico como un recorrido uterino donde la mujer está siempre presente, su mirada y composición del plano está más alla de una técnica depurada, vibra de una manera que solo la luz sabe hacer cuando choca con la textura de una piel vivida. ‘Umbrales’ posee una metáfora precisa de lo que podría ser un nuevo viaje de Dante. Los umbrales que abren esas puertas que todo ser humano recorre a lo largo de su vida, viéndose afectado manera inequívoca para seguir creciendo.
José Luis Sanz es un fotógrafo humanista, su recorrido vital le expone de una manera valiente ante los ojos del espectador y nos muestra sus infiernos y sus glorias, sus temores o su ansia de libertad. El cuerpo de la mujer es la metáfora con la que él presenta sus recorrido vital, una experiencia trasladada a la figura femenina, para que esta sea voz narradora de aquello que uno no sabría expresar si no es a través de la imagen del otro. ‘Umbraleses’ en sí un espejo del alma de este hombre, de sus miedos, de sus cadenas, de sus vicisitudes, afectos y fetiches. Un rostro sin rostro donde lo que realmente importa es el umbral que atravesamos. No existe un juicio sino una reflexión humana que debe permitirnos reflexionar.
Diana Blázquez en cambio reflexiona, con ‘Autismo Vaginal’, sobre un testigo. Y parte de un hecho concreto que es también una certeza: “dentro de todas nosotras hay un testigo”. Un testigo que siempre está ahí: si le miramos, nos mira; como un yo auténtico que mira al otro y falso yo.
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