‘Geografía del Ocaso’
Juan Ricardo Mejía
Galería Espai Nivi Collblanc
Masia Costeres 2, Culla, Castellón
Hasta el 15 de julio de 2023
Espai Nivi Collblanc inauguró la exposición ‘Geografía del ocaso’, una muestra de los procesos creativos del artista colombiano Juan Ricardo Mejía Botero (Medellín, 1965), quien ha realizado una residencia artística en los talleres de la galería, ubicados en el mismo complejo de edificios de la misma. Dentro de la línea de programación de Espai Nivi Collblanc, se sigue la dinámica de invitar a un artista internacional para realizar una exposición. En este caso Juan Ricardo Mejía ha realizado una investigación sobre la despoblación que vive actualmente la provincia de Castellón.
Arquitecto, urbanista y escultor, Mejía desarrolla una geometría dinámica donde la superficie se vuelve espacio. Sus intereses radican en la exploración de materiales y la refinación de su factura, que definen un lenguaje propio en su obra. Ha tenido exposiciones colectivas e individuales a nivel nacional en Medellín, Bogotá, Ibagué y Montería e internacional en Estados Unidos, Suiza, Panamá o España. Además, ha participado en las ferias KIAF- Corea, FIA – Caracas, ODEON y ArtBo en Bogotá y Art Lima-Perú. Su obra puede verse en museos como: Museo de Antioquia, Medellín, Colombia; Museo de Arte del Tolima MAT, Ibagué, Colombia; o Museo de Arte Contemporáneo, Panamá entre otros.
La exposición titulada Geografía del ocaso ha sido comisariada por los arquitectos Rafael Belda & Ana D. Prada [artarc], quienes explican que los paisajes deshabitados de Juan R. Mejía, construidos mediante un conjunto de volúmenes con relaciones espaciales entre ellos, son el medio por el cual pone de relieve la realidad actual de los territorios desocupados.
A través de las distintas obras presentadas en la exposición saca a la luz, con su interpretación personal, los 200 municipios con menos de 30 habitantes que hay en la España vaciada.Las obras, tienen como referente a los municipios de Castell de Cabres, Herbérs, Matet y Zorita del Maestrazgo, así como cualquier otro de los pueblos semiabandonados que el espectador ponga en su mente, cualquiera que tenga más cercano en su experiencia.
«Son obras que permiten visualizar unos volúmenes que nos introducen en un espacio complejo, como corresponde a los paisajes habitados desde hace mucho tiempo. Un espacio representado mediante volúmenes llenos y vacíos, mediante superficies con texturas finas y gruesas, mediante materiales ligeros y pesados», explica Mejía.
Todo ello para acercarnos a un paisaje construido pausadamente a lo largo del tiempo, que al mismo tiempo es conocido e incluso vivido por el espectador, pero cada vez menos habitado. Ejecutados en metal, mortero y papel, materiales que nos referencian a las construcciones tradicionales, pero también a la translación de la vida desde el paisaje rural al paisaje urbano. Un paso desde la producción artesanal, herrerías, hornos de cal y batanes de papel en los talleres tradicionales, a la producción a gran escala en los talleres primero y posteriormente en las industrias urbanas.
Es una obra artística que realiza una abstracción del paisaje vivido, mostrándonos perspectivas y puntos de vista de los cuales no solemos ser conscientes. Realizadas con un conjunto de volúmenes y sus relaciones que arropan su espacio delimitado, al mismo tiempo que cualifican el paisaje abierto del entorno rural. Un espacio sensible, con aristas y arrugas, el mismo espacio sensible, con toda la fuerza del paisaje rural. Un espacio que podremos percibir si visitamos o rememoramos en nuestra memoria los paisajes deshabitados.
Unos paisajes construidos en los que sólo percibiremos su materialidad visual y espacial, la apariencia actual de un paisaje rural. Pero si prestamos mucha atención podremos percibir un ligero susurro de los antiguos habitantes de estos municipios, personas silenciosas porque la mayoría ya no están en ellos. Los paisajes rurales actuales… deshabitados.
