#MAKMALibros
Cultura en coma (o punto y aparte) por la DANA (I)
Libros y barro
La mayoría de los trabajadores de la cultura no disfrutan, precisamente, de estabilidad laboral. Se ven obligados a lidiar contra viento y marea, al albur de los cambios políticos; a surfear sobre impredecibles olas el favor o el desapego del público, que les pueden llevar a buen puerto, pero también a golpearse contra los arrecifes.
Los que han sido afectados por la DANA, esa especie de tsunami fluvial que asoló los municipios de la provincia de València, se encuentran ante un panorama desolador, debatiéndose entre la pesadumbre, el estupor, la incertidumbre y la rabia. Librerías, editoriales, talleres de artistas, músicos, compañías de teatro… Todos destrozados.
Tras la descarga de adrenalina de la primera semana del horror, se ven obligados a soportar, en una inquietante espera, la llegada de ayudas para reemprender su forma de vida bruscamente suspendida entre toneladas de viscoso fango. Parece que una buena parte de la cultura valenciana ha entrado en coma, pero esperamos que esta situación sea como unos puntos suspensivos. O un punto y aparte.
Con esta serie de artículos, MAKMA quiere dar altavoz a los compañeros y compañeras de distintos ámbitos culturales damnificados por la DANA para que den cuenta de su situación, de sus expectativas, y poder evaluar así el verdadero alcance de unos daños no solo materiales, sino también humanos. Sobre todo humanos.
Libros y barro
«Solo pido que no nos olviden y que lleguen pronto las ayudas», suplica Yolanda con voz entrecortada y temblorosa. Hace ya varios días del horror, pero no es fácil superar el trauma que sufrió al descubrir que el lugar en el que había invertido su trabajo y sus ilusiones se había convertido en un amasijo de papel y barro. Cientos de libros irrecuperables, además de otros múltiples daños materiales.
Bufanúvols Llibreria (Catarroja)
Hace un par de años, Yolanda Girón abrió, en la avenida la Rambleta de Catarroja, la librería Bufanúvols, nombre de un mítico personaje de Castellón: un pacífico gigante que sopla las nubes. «Una librería generalista, donde la temática infantil-juvenil y la educativa tienen un peso importante, con vocación de ser un espacio abierto a la cultura y al conocimiento, promoviendo el gusto por la lectura y el aprendizaje de forma lúdica, sobre todo para los más pequeños», consta en su página web. «En definitiva, nos postulamos por encima de todo como librería de proximidad».
La DANA ha congelado por un tiempo indeterminado esa vocación de servicio cultural. Que el local se encuentre en la avenida la Rambleta explica, en parte, la magnitud de la tragedia, y hace pensar en la irresponsable actuación de alcaldes y urbanistas.
Somnis de Paper (Benetússer)
Somnis de Paper, en Benetússer, también ha sufrido siniestro total, aunque sus propietarios, la pareja Jorge Cabeza y Laia García, comienzan a salir del estado de shock. «Estamos mal, pero un poco menos mal que hace unos días», dice Cabeza. El hecho de ser dos les proporciona apoyo mutuo.
Afectados por la crisis de 2008, pensaron en buscarse la vida en otro lugar, pero al final optaron por hacer realidad un sueño, la librería Somnis de Paper, especializada en literatura infantil y libros ilustrados. Tras las arduas labores de limpieza, se encuentran a la expectativa de recuperación cuando lleguen las ayudas previstas del Consorcio de Compensaciones del Seguro. Valoran sus pérdidas materiales entre ochenta y cien mil euros.
Llibreria Samaruc (Algemesí)
Enriqueta Polo y Laura Paredes, las libreras de Samaruc, en Algemesí, han tenido más suerte. La riada solo alcanzó unos cuatro o cinco centímetros de altura, destruyendo solo los libros de las estanterías inferiores. «Hemos tenido ayuda de muchos vecinos y las distribuidoras nos han dicho que aplazan los pagos», dice Polo. «Estamos resignadas confiando en las ayudas, parece que hay buena disposición y podremos salir de este atolladero».
Camacuc Edicions (Paiporta)
La veteranía y el sentido del humor del equipo de la editorial Camacuc, en Paiporta, epicentro de la zona cero, es lo único que les separa de la absoluta desesperación. «El agua se lo llevó todo, solo dejó las paredes», dice Joan Escrivà. Y cuando dice todo se refiere al cuantioso fondo editorial –originales, proyectos, etcétera– de cuarenta años de existencia. «Solo se ha salvado la furgoneta», añade Escrivà, que confiesa sentirse emocionado por las múltiples muestras de apoyo que ha recibido, y convencido de que Camacuc se recuperará para seguir adelante.
Editorial Gusanillo (Algemesí)
Lara Ferrer y su socio Amadeo Espinosa, de la editorial de libros infantiles Gusanillo, han perdido una parte de sus fondos almacenados en Algemesí. «Podríamos haber perdido todos los libros, pero como vivimos en Alzira recibimos a tiempo el aviso de la AEMET y fuimos a sacar los que pudimos, aunque unos 250 han sido dañados», dice Ferrer.
Es un dato revelador que en Alzira se adelantaran a los acontecimientos. «El propio alcalde de Compromís avisó a la población el fin de semana, se cancelaron las clases y se levantaron las tapas del alcantarillado», relata la editora. Un testimonio que hace pensar.
Las ocho librerías afectadas son Librolandia y Somnis de Paper, en Benetúser; Bufanúvols, en Catarroja; La Moixaranga, en Paiporta; Passarella, en Picanya; Samaruc, en Algemesí; y L’Espali en L’Alcúdia. La mayoría de pequeñas o medianas dimensiones y generalistas, aunque centradas en la literatura infantil.
#TornemlaVidaalesLlibreries (Gremi de Llibres de València)
El Gremi de Llibrers ha reaccionado con prontitud ante la tragedia. «Se han creado los hashtags ‘#TornemlaVidaalesLlibreries‘ y ‘#DevolvamoslaVidaalasLibrerías‘, y se ha abierto una cuenta corriente para recoger fondos que se distribuirán de forma proporcional a los desperfectos que han sufrido las ocho librerías afectadas», explica su presidente, Juan Pedro Font de Mora.
«También hemos cancelado los eventos que iban a celebrarse con motivo del Día de las Librerías, el 11 de noviembre, con distintas actividades para niños y adultos, y destinaremos ese dinero a ayudar a los damnificados. Más adelante organizaremos un acto solidario».
Font de Mora fue uno de los setenta representantes de los distintos sectores culturales afectados por la DANA que se reunió el pasado martes con la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Pilar Tébar. «El objetivo del encuentro fue empezar a evaluar los daños para gestionar las ayudas y, próximamente, tendrán lugar reuniones de cada sector con el correspondiente representante de la Generalitat, en nuestro caso el director general de Cultura, Miquel Nadal. La situación es extremadamente compleja. Los empresarios estiman que las pérdidas económicas suponen un 20 % del PIB de la provincia», concluye Font de Mora.
Por otra parte, librerías como Ramon Llull y Bartleby, en València ciudad, han paralizado sus actividades como muestra de solidaridad e incluso algunos autores que venían a presentar estos días sus libros han declinado hacer acto de presencia en señal de duelo y solidaridad.
También varias editoriales de la zona, como Andana, Afers y Bromera, han sufrido pérdidas de su stock. Miles de libros almacenados en una nave de Ribarroja de la distribuidora Gea Llibres, situada cerca del fatídico barranco del Poyo, donde el nivel del agua alcanzó los seis metros de altura. Un mar de libros y barro.
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