La muerte de Mikel / Días contados (Imanol Uribe)
Cines Babel
35ª Mostra de València
Del 22 de octubre al 1 de noviembre de 2020
Sábado 31 de octubre

La Mostra de València ha acogido en su sección ‘Miradas en torno al conflicto vasco’ siete largometrajes de diferentes temáticas, pero con una común en todas ellas: la fusión de las relaciones personales con los conflictos de ETA en España.

‘La muerte de Mikel’ (1984) es el tercer largometraje dirigido por Imanol Uribe, que forma, junto con ‘El proceso de Burgos’ (1979) y ‘La fuga de Segovia’ (1981), una trilogía sobre el País Vasco contemporáneo. La trama del primero de ellos está inspirada en un hecho real sucedido en esos días y su tema central es la intolerancia.

Imanol Arias, en ‘La muerte de Mikel’, de Imanol Uribe. Imagen cortesía de la Mostra de València.

Una sociedad realmente intolerante en todos los aspectos: una Policía que tortura sin miramientos a los ciudadanos y un entorno familiar que no permite que nadie del clan rompa las normas establecidas. También reina esa intransigencia en los ciudadanos del pueblo, que sólo encuentran placer en los cuchicheos, y en un partido político que desprecia a un militante por su orientación sexual y que, tras su muerte, lo ensalza utilizando su cadáver para la obtención de unos fines muy concretos.

No obstante, la clave del filme se encuentra en la gran pregunta: ¿Quién ha matado a Mikel?Tanto a la cara tan conocida de ‘Cuéntame cómo pasó’ -Imanol Arias-, como al idealismo de Uribe, lo han matado entre todos.

Carmelo Gómez, en ‘Días contados’, de Imanol Uribe. Mostra de València.

Uribe demostró un gran talento al armonizar por medio del flashback las secuencias del funeral de Mikel con el relato de su historia. Tanto en la resolución técnica como en los contenidos, la apuesta de Uribe funciona a la perfección. No es extraño que ‘La muerte de Mikel’ se convirtiera, tras su estreno comercial, en la película más taquillera del cine vasco de los ochenta.

Por otro lado, ‘Días contados’ es un excelente thriller nacional con toda la tensión y la buena factura de un director que sabe lo que tiene entre manos. El filme es duro y está caracterizado por la pura y cruda realidad del tenebroso mundo de las drogas, una visión realista de unos ambientes marginales escalofriantes, la prostitución y, por supuesto, conflictos etarras. Esos cuatro ingredientes generan un agridulce sabor de boca y un toque nostálgico de la sociedad de los noventa.

Fotograma de ‘La muerte de Mikel’, de Imanol Uribe. Motra de València.

Irene Valdés