Moreátame

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‘Moreátame’
Presentación de la publicación monográfica ‘Átame’ dedicada a José Morea y de una exposición con obras de 23 artistas
Saad Ali, Monique Baastians, Jorge Carla, Juan Carrión, Fernando Casanova, Pol Coronado, Mavi Escamilla, María González, Javi Herrero, Toshiyuki Iwasaki, Roberto Martínez, Salva Martínez, Isbel Messeguer, Sera Miró, Xavier Monsalvatje, Óscar Mora, Ana Morea, José Morea, Josep Navarro, Carmen Ortiz, Jesús Poveda, Manolo Sánchez y Eugenia Simó
La Torreta
La Olivera 25, Chiva (València)
Viernes 22 de julio de 2022, a las 19.30h
Hasta el 7 de agosto de 2022

Sincero, tímido, hiperactivo, atávico y, precisamente por esto, enraizado en la cultura agrícola de su pueblo natal, Chiva, del que fue embajador por el mundo a través de su pintura, donde recogió todos esos adjetivos que definen, al fin y a la postre, a José Morea. Su muerte, en noviembre de 2020, no es que pillara de improviso (“soy cáncer, pues hala, jódete”, dijo un año antes de su fallecimiento, coincidiendo con su exposición ‘Moreatón’ en el MuVIM), pero dada su vitalidad nadie pensaba que el “bichito” -como él lo llamaba- pudiera con él tan temprano.

“La muerte la tengo asumida, la he visto mucho”, llegó incluso a decir Morea, en el transcurso de esa muestra. Una muerte que ha dejado tras de sí el legado de una obra que ahora Chiva pone en valor, tras haberle nombrado Hijo Predilecto, en el decretado como Año Morea. Un conjunto de 23 artistas rememora ahora su genio y figura mediante una serie de retratos, reinterpretación de sus cuadros y de su mundo, ya sea a través de la pintura, la escultura, el collage, la ilustración digital e incluso alguna instalación.

Obra de Ana Morea, en la exposición ‘Moreátame’, en la Torreta de Chiva (Valencia). Imagen cortesía de los responsables de la muestra.

La exposición ‘Moreátame’ estará hasta el 7 de agosto en La Torreta de Chiva, siendo acompañada por la publicación monográfica ‘Átame’, que da pie al título de la muestra. Una publicación que empezó su andadura hace 20 años, con el propósito de dar a conocer aspectos singulares del municipio, desde el punto de vista de la historia, la fotografía, la poesía y un variado anecdotario, y que, tras su desaparición en 2016, vuelve a la carga impulsada por el sentido homenaje de quienes la pusieron en marcha.

“Siempre estuvo dispuesto a colaborar en todo aquello que ‘Átame’ le propuso, colaboró con nuestra publicación de manera desinteresada, aportando imágenes de sus obras, creando originales para ilustrar algún artículo o realizando la serigrafía que cerraría la colección gráfica que creamos desde ‘Átame’. Por ello, si hay algo que nos podía volver a unir no es otra cosa que rendir homenaje a Morea”, apunta Óscar Mora en ‘Siempre Morea’, el escrito que acompaña el conjunto expositivo.

Obra de Óscar Mora, en la exposición ‘Moreátame’, en La Torreta de Chiva (Valencia). Imagen cortesía de los responsables de la muestra.

“Será mejor que me ates, ¡Átame!”, le dice Marina (Victoria Abril) a Ricky (Antonio Banderas) en la película de Pedro Almodóvar precisamente titulada ‘Átame’, que coincide con el de la publicación dedicada a Morea. “En nuestro caso, se refiere a la cuerda del toro que, en los pueblos, sirve para que la gente pueda controlarlo en uno de los tradicionales actos festivos”, explica Óscar Mora, como “metáfora del espíritu colaborativo” que ha animado siempre la publicación y, por extensión, el propio espíritu del artista.

De manera que el imperativo fílmico -ese ¡Átame!- se convierte, en este caso, en una generosa prestación creativa sin más retorno que el derivado del mutuo interés por ensalzar Chiva y, más concretamente ahora, la figura de Morea. “Nuestro paisano reivindica lo atávico, sus raíces rurales, su amor por la tierra, la agricultura o las personas del pueblo”, apunta Mora en el citado escrito, recogiendo la serie de adjetivos que definen su personalidad y genio, con el que arrancamos este texto.

Obra de Roberto Martínez, en la exposición ‘Moreátame’, en La Torreta de Chiva (Valencia). Imagen cortesía de los responsables de la muestra.

“Todos los críticos coindicen en que la obra de Morea es sincera, que lo que pinta es lo que vive; obsesivo con la pintura, ha hecho dibujo, cerámica, escultura, grabado, serigrafía, pero pintar es por encima de todo lo que más dentro lleva y lo que le identifica. Superando su timidez con hiperactividad, fue un pintor que se lanzó a su trabajo sin miedo y sin reglas”, recoge Óscar Mora en ‘Siempre Morea’.

Los 23 artistas que se hacen eco de su trabajo -cada cual poniendo el acento en diferentes aspectos y siguiendo igualmente diferentes técnicas expresivas- lo hacen también con la sinceridad de quien lo ha conocido y sabe que esto de los homenajes tampoco iba mucho con su timidez no exenta de arrojo. Así, hay ilustraciones -como la de su hija Ana Morea- que lo recuerdan con una sonrisa en blanco y negro con fondo de un color azul marino y mejillón.

Mejillones que le sirven a Monique Baastians para esbozar una suerte de instalación elocuentemente titulada ‘Clochina Party para ti’, jugando a su vez con las palabras que al propio Morea le gustaba utilizar como trasunto irónico de sus obras. Roberto Martínez hace lo propio en ‘Nadie es profeta en mi pueblo’, donde además de ese juego de palabras destaca el carácter simbólico con el que el artista de Chiva impregnaba muchos de sus trabajos.

Obra de Xavier Monsalvatje, en la exposición ‘Moreátame’, en La Torreta de Chiva (Valencia). Imagen cortesía de los responsables de la muestra.

Xavier Monsalvatje, en ‘Uma viagem’, recoge diferentes aspectos relacionados con el espíritu viajero que anidaba en el interior de Morea, en una síntesis repleta de sutileza de algunos de sus elementos más característicos, como el plano de Chiva, el automóvil, el ‘Ducados’ que fumaba, el tique válido para un viaje y, sobre todo, ese brazo agarrado a una maleta, compendio sin igual de la inquietud por las andanzas y las aventuras del genio chivano.

“La constante vital es el guion de la obra de José Morea: su vida, sus viajes, sus casas, sus estudios, sus relaciones, animales, plantas, personas, etc. Muchos han sido los lugares donde ha pasado su vida para poder desarrollar su trabajo: de Madrid a Brasil, pasando por Mallorca o Sicilia, su vida ha sido intensa y plena, llena de sensaciones y de vivencias”, subraya Óscar Mora, quien lo extiende a la obra con la que él se hace eco de esas vivencias.

Mavi Escamilla aúna el misticismo antropológico que atraviesa el trabajo de Morea, con el sentimiento de muerte que igualmente acompañaba al artista, poniendo el foco en lo real de la experiencia humana -por mucho que la publicidad y el estado del bienestar lo oculte- que, sin duda, nos deja a todos patidifusos; sorprendidos por una fatalidad que los 23 artistas de ‘Moreátame’ combaten a base de ingenio, humor y amor, mucho amor, hacia el genio y la figura de José Morea.

Obra de Mavi Escamilla, en la exposición ‘Moreátame’, en La Torreta de Chiva (Valencia). Imagen cortesía de los responsables de la muestra.