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‘Itinerarios XXX’
Comisaria: Bárbara Rodríguez
Artistas: Javier Bravo, Noa & Lara Castro, Diego Delas, Gelen Jeleton, Nader Koochaki y Eduardo Navarro
Centro Botín
Muelle de Albareda s / n, Santander
Hasta el 19 de abril de 2026
“Envejecer es una experiencia bella y aterradora”, escribe la artista y miembro del jurado de esta edición de ‘Itinerarios XXX’, Filipa Ramos, en el catálogo que acompaña a la exposición. La edad de algo o alguien siempre es señal de perseverancia, ya sea en la vida o en el hincapié en un terreno concreto.
Este año, la muestra anual del Centro Botín celebra sus 30 años presentando en la Sala Uno del centro expositivo de la capital cántabra las obras de los artistas Javier Bravo, Noa y Lara Castro, Diego Delas, Gelen Jeleton, Nader Koochaki y Eduardo Navarro, seleccionados en 2023 y beneficiarios de la Beca de Arte de la Fundación Botín.
Una edición en la que se presentaron más de 800 solicitudes provenientes de 24 países, cuya selección final contó con un jurado formado por las comisarias Irene Aristizábal y Filipa Ramos, junto con los artistas Juan López y Jorge Satorre, ambos antiguos becarios de arte de la Fundación Botín.
Como subrayó la directora de exposiciones y de la colección del Centro Botín, Bárbara Rodríguez, “se trata de una edición muy especial, pues marca tres décadas de un apoyo incondicional basado en la confianza mutua entre la Fundación Botín y los artistas”. Y añadió: “Una continuidad que permite acompañar los distintos momentos vitales y creativos de los artistas, sosteniendo la madurez del arte con la misma disposición con la que se impulsa su nacimiento”.
De esta manera, ‘Itinerarios’ genera en el propio artista un espacio donde poder trabajar, reflexionar y experimentar con los elementos que rodean a la persona y a su propio entorno de investigación. En esta 30ª edición, los seis proyectos expuestos en sala indagan en mundos etéreos y oníricos, como la naturaleza, la memoria y las formas de conocimiento no racional.
Es esta culminación del proceso creativo, como señala Filipa Ramos, donde “las becas de arte suponen un espacio donde artistas de distintas edades, trayectorias y orígenes pueden detenerse, revisar su práctica y reinventarse”.
Para esta edición, los artistas participantes han dispuesto en seis espacios individuales proyectos que, mediante diferentes perspectivas –ya sean afectivas o simbólicas–, estén rodeados de paisajes o tan solo repletos de un lugar que albergó vida, o simplemente sean una espera para encontrar una flor, irradiando temas tan profundos y cuestiones tan volátiles como la propia jerarquía entre lo humano y lo no humano.
Los seis trabajos reivindican la creación como un instrumento práctico con el que ayudarse para la transmisión de antiguos conocimientos, rescatando historias invisibles —que pueden confundirse con leyendas o mitos— que habitan en los márgenes de lo escrito en la propia ciencia o en el mismo arte.
En este sentido, tenemos el proyecto del peruano Javier Bravo ‘Vieron algo en el cielo. Ufolatrías y desierto, 2025’, un trabajo que entrelaza arqueología, ciencia ficción y cosmovisiones en una investigación realizada acerca de las rocas de Ica –piedras ovaladas grabadas que se encontraron en la década de los 60 en el departamento homónimo de Perú–. A estas rocas se les atribuyen millones de años y en sus grabados se relatan historias de una supuesta civilización ancestral y alienígena que habitó en la Tierra.
Pese a su consideración de bulo fruto de análisis científicos y la propia confesión del granjero local, desmintiendo cualquier teoría respecto de su procedencia, las piedras siguen estando vivas y despertando interés en la comunidad especializada. De esta forma, roza los ámbitos entre el mito, la ciencia y la especulación.
“He tratado de llenar los vacíos que la historia ha sido incapaz de cubrir”, apuntaba Javier Bravo durante la presentación de la muestra. De este modo, el trabajo del artista está compuesto por registros, artefactos, dibujos animados, murales, esculturas y sonidos con los que confrontar la realidad con la especulación sin ofrecer respuestas, solo información.
Una articulación de materiales y formatos con los que exhortar al público a perderse en la crónica, la ciencia ficción y los relatos ancestrales que hablan de orígenes dudosos y civilizaciones llegadas de más allá de las estrellas.
Las artistas gallegas Noa y Lara Castro se centran en su memoria familiar pesquera, y el argentino Eduardo Navarro, en la empatía por el mundo no humano, donde el arte, el afecto y el océano se confunden en uno solo. Los vídeos de estos artistas se fusionan con el entorno expositivo y otorgan una paz que solo es capaz de conceder el mar.
A ellos debemos sumar el acto pausado y contemplativo del florecimiento del cerezo que propone Gelen Jeleton; los amuletos susurrantes de voces desaparecidas del mundo premoderno de Diego Delas; o la línea de tiempo en la que lo natural se convierte en artificial de Nader Koochaki.
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