‘Arqueología de un icono. El Guerrer de Moixent en el tiempo’
Saló de Respecte
Palau dels Scala
Diputació de València
Plaza Manises 4, València
Del 7 de octubre de 2020 al 9 de enero de 2021
El Guerrer de Moixent regresa a la Diputació de València, la que fue su casa durante más de 30 años antes de instalarse en la Beneficència, actual sede del Museo de Prehistoria de la corporación provincial. La pequeña pieza de bronce fundido, de poco más de siete centímetros de altura, capitanea la exposición que conmemora los 90 años de su hallazgo en la Bastida de les Alcusses, cuando Vicente Espí desenterró la bellísima escultura del siglo IV antes de Cristo durante las excavaciones del Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación.
El presidente, Toni Gaspar, ha dado la bienvenida al Guerrer durante la presentación de la muestra ‘Arqueología de un icono. El Guerrer de Moixent en el tiempo’, organizada por el Museo de Prehistoria y la Oficina Técnica de Restauración del Patrimonio (OFITEC) de la institución provincial. En palabras de Gaspar, “la trascendencia del hallazgo de este guerrero a caballo, pequeño en tamaño pero enorme en valor histórico y simbolismo, se demuestra con el uso que de la imagen han hecho y siguen haciendo instituciones públicas y privadas de cualquier ámbito”.
“Estamos encantados de que el Guerrer se vuelva a hospedar de forma temporal en el Palau dels Scala y de acercar al corazón de la ciudad su legado y el de la Bastida de les Alcusses en este viaje apasionante por la ruta de los íberos, tan presente en nuestras comarcas”, añadió el anfitrión durante la apertura de la exposición.
Por su parte, la directora del Museo de Prehistoria, Mª Jesús de Pedro, señaló que es “la primera vez que se trata de manera monográfica el importante hallazgo del Guerrer de Moixent y su influencia en la sociedad valenciana incluyendo diferentes puntos de vista, desde el contexto arqueológico hasta los usos contemporáneos que nos permiten explorar las relaciones entre la arqueología y la sociedad”. Los aspectos técnicos, sociales y simbólicos de la pieza se presentan a través de “un discurso sencillo y divulgativo dirigido a escolares y público familiar, con un diseño museográfico moderno que utiliza la interacción y el audiovisual para reforzar la estrecha relación entre pasado y presente”.
El comisario de la muestra y director del proyecto arqueológico de La Bastida, Jaime Vives-Ferrándiz, explicó que el viaje en el tiempo junto al Guerrer de Moixent contiene cuatro módulos interactivos pensados para alumnos de Primaria, ESO y Bachillerato y público familiar, que ayudan a entender la relevancia del personaje en las élites de una cultura contemporánea de griegos, etruscos, púnicos y romanos, pero con una organización social, ritos, creencias y manifestaciones artísticas propias que se evidencian en los hallazgos de la Bastida de les Alcusses.
El primero de los módulos presenta la Bastida de les Alcusses de Moixent como la nueva Pompeya. Una maqueta de la antigua ciudad ibérica sitúa a los visitantes sobre la superficie del poblado, donde deberán situar el punto exacto en el que se hallaron distintos objetos arqueológicos siguiendo las pistas que ayudan a descubrir la información sobre los habitantes y su forma de vida. El Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación lleva casi cien años trabajando en las excavaciones del yacimiento, que desde finales de siglo se convirtió en un espacio visitable que se encuentra en proceso de ampliación para mejorar la experiencia histórica y divulgativa.
El segundo módulo explica los elementos empleados para convertir el guerrero a caballo en una representación icónica, y lo hace a través de un puzzle imantado que deben montar los asistentes. El protagonismo del Guerrer se mantiene en el siguiente módulo interactivo, que propone calcar en un banco retroiluminado las distintas armas utilizadas por los guerreros ibéricos en cada período. El recorrido finaliza con una última interacción que plantea al público reflexionar sobre lo que ha visto y depositar en un buzón su percepción sobre el Guerrer.
La muestra está compuesta por 44 piezas, incluyendo materiales arqueológicos, documentos y objetos contemporáneos particulares, y cuenta con un refuerzo audiovisual para un formato interactivo. Entre el contenido, destaca la réplica de Pinazo de la Dama d’Elx, en escayola pintada, y el diario de excavación de la Bastida con la carta remitida por el responsable de los trabajos en el momento del hallazgo del Guerrer de Moixent que, armado con falcata en la mano diestra, escudo redondo en la extremidad izquierda y protegido con un casco coronado por un gran plumaje, es el principal reclamo de la exposición.
Más allá de la belleza y el valor artístico de la escultura, el Guerrer de Moixent nos acerca a la historia de los asentamientos íberos en la provincia, que actualmente podemos visitar en municipios como Moixent, Olocau, Llíria, Caudete de las Fuentes, Moncada, Gátova, Aras de los Olmos, Sagunto, Camporrobles y Villar del Arzobispo. La ruta de los íberos es fruto del trabajo de recuperación y conservación que realiza la Diputación, a través del área de Cultura y el Museo de Prehistoria, en colaboración con los Ayuntamientos de estos municipios en la organización de rutas senderistas, visitas guiadas y talleres didácticos, entre otras actividades que incluyen la gastronomía.
La exposición aborda todos los detalles que rodean la figura del Guerrer, que pudo formar parte de la coronación de un símbolo personal o familiar o quizás fue esculpido para transmitir los valores del uso de las armas en la intimidad de la casa, en este caso de la Bastida de les Alcusses, uno de los yacimientos de la red íbera que custodia y conserva la Diputació de València.
La Bastida de les Alcusses fue un importante asentamiento fortificado del siglo IV a.C. que controlaba las comunicaciones y los recursos económicos en la actual comarca de La Costera. Las excavaciones de los técnicos del Servicio de Investigación Prehistórica han proporcionado datos para entender cómo era la sociedad que habitaba esta zona, con la jerarquía de sus moradores, el cultivo de la tierra y el comercio con recursos agrarios, metales y tejidos, innovaciones tecnológicas como la plantación de árboles frutales y el desarrollo del trabajo del hierro, la elevada consideración de las mujeres como transmisoras del poder familiar y el uso de las armas, reservado a una minoría cualificada de la que forma parte el Guerrer.
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