Custo Barcelona

#MAKMAEntrevistas | Custo Dalmau (diseñador de moda)
‘I trust me’, de Custo Barcelona
Fashion Show: sábado 30 de octubre a las 21:00
CLEC Fashion Festival
Hemisfèric | Ciudad de las Artes y las Ciencias
Av. del Professor López Piñero 3, València
30 y 31 de octubre de 2021

Geometría, troquelados, comodidad, riesgo, elegancia, sensualidad, atrevimiento, tornasolados, brillos y transparencias son algunos aditamentos con los que podríamos describir la esencia de ‘I trust me’ (‘Yo confío en mí), toda una declaración de intenciones que el diseñador y creativo Custo Dalmau (premio honorífico al Diseñador de Moda 2020 que otorga el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo) propone para su nueva colección ‘SS 22’ y que continúa su tourné dentro de CLEC Fashion Festival, cuya segunda edición se sitúa durante el presente fin de semana en el Hemisféric de la ciudad de València.

Porque, tras una primera edición previa a la pandemia, Miquel Suay, presidente de Dimova, diseñador, creativo (y mente inquieta donde las haya), consiguió ilusionar y transmitir la necesidad de crear un festival de moda 360º, donde se pudieran aunar y confluir disciplinas creativas e intergeneracionales con el diseño de moda como hilo vertebrador.

“Un lugar de encuentro, un espacio de libertad donde expresarte creativamente”, tal y como afirma Suay, en el que diseñadores, fotógrafos, estilistas, chefs, músicos, artistas y un sinfín de técnicos y profesionales conviven bajo el lema que reza como impronta del CLEC: “Amarás la moda sobre todas las cosas” para visibilizar la creatividad, el talento, el estilo propio y la mediterranía, tanto de participantes como de asistentes, “con el propósito de transmitir felicidad”.

Una dicha a la que se suma y que imprime en sus creaciones, desde que hace más de 40 años, Custo Dalmau, cuando comenzara su andadura profesional en Barcelona, ciudad que, a buen seguro, forjó ese espíritu viajero y creativo y que le acogió en sus momentos infantes y juveniles.

Una urbe a partir de la que trasladarse a Estados Unidos junto a su hermano David, donde descubrieron en primera persona otras reglas y otra forma de vida en el ámbito de surf –concepto y contexto que impregnó su espíritu y sus retinas para luego transmutarlo en diseño e innovación sobre sus famosas camisetas–. Comienzo, azicate y trampolín de lo que desde hace cuatro décadas viene siendo Custo Barcelona.

Afirmaba Cicerón que “nadie que confía en sí envidia la virtud del otro”. ¿Tal es la semántica de ‘I trust me’?

Sí, la verdad es que sí. ‘I trust me’ va dirigida a las mujeres que confían y están seguras de sí mismas, que quieren transmitir esa seguridad en la manera de vestir, arriesgándose un poquito y atraviéndose con lo nuevo. Nosotros procuramos crear piezas emocionales, no tratamos de seducirlas, sino de vestirlas a través de la emoción, intentanto ser muy creativos con lo que hacemos.

Tras 40 años de ejercicio profesional, ¿prosigues manteniendo, más que nunca, que la naturaleza de tu firma se asienta, fundamentalmente, sobre la pulsión creativa por encima de su desarrollo comercial?

Si, nosotros somos mucho más creativos que comerciales, y seguimos así. Te diré que, cada vez más, nos sentimos muy cómodos en el trabajo creativo, en el trabajo comercial; evidentemente, esto es una empresa y tienes que vender. Pero no, no queremos sacrificar la creatividad en pro de lo comercial.

El diseño gráfico y la arquitectura conforman tu orbe formativo y académico. ¿Consideras que ambos te uniforman creativamente?

Sí. Esto viene derivado de la curiosidad y creo que la creatividad va asociado de su mano. Yo siempre, desde pequeñito, he tenido curiosidad por viajar; siempre he viajado con la mente y, al final, logré viajar con el cuerpo. A la postre, todo es curiosidad por lo nuevo, que se traduce en creatividad.

Por tu forma de vida, vinculada al deporte profesional en los inicios, ¿qué prima con mayor énfasis, la creatividad o la disciplina?

La creatividad con disciplina suele ser más efectiva. Puedes ser creativo y no disciplinado, pero en un trabajo corporativo como este no somos artistas para el mercado. Somos creativos y para ello necesitas una cierta disciplina.

En calidad de espectadores y potenciales clientes, ¿se ha empobrecido la lectura profesional que nos llega desde la comunicación de moda y las redes sociales?

Creo que se ha perdido con tanta información que hay hoy en día. Pienso que la moda se transmite desde un ángulo mucho más comercial que creativo. En moda, hay mucho más estilismo que creatividad, que diseño, y esto creo que es porque hay mucha gente que ha entrado en el gran circo de la moda, en el que los profesionales son mucho más comerciales y estilistas que creativos.

En todo caso, no sé qué es empobrecer. Si hablamos de emprobecimiento a nivel de creatividad, creo que se ha empobrecido un poco, y a nivel comercial, tal vez se ha enriquecido.

¿Cómo ha evolucionado la morfología de los fashion films y su influencia durante los últimos lustros?

Supongo que los fashion films no es algo de ahora, pero sí que ha tenido un boom con la pandemia. Cuando no puedes presentar tu proyecto en una pasarela, al final se ha optado por ellos. No estoy muy al corriente de lo que se hacía durante los últimos años, pero con las consecuencias de la covid sí se han desarrollado y ha habido trabajos de fashion films espectaculares, producciones más dignas de Hollywood que de la industria de la moda.

Desde luego, han venido para quedarse. Creo que van a convivir las pasarelas convencionales con las plataformas digitales.

A este respecto, en esta edición de CLEC se va a proyectar el fashion film con el que participaste en la pasada New York Fashion Week. ¿Qué pretendes trasmitir con esta pieza?

La emoción de nuestras piezas. Una cosa es hacer ropa –que es una necesidad– y la moda es una compra totalmente impulsiva y emocional. Por ello, queremos emocionar a las mujeres y todo lo que hacemos –desde las piezas hasta nuestras presentaciones en forma, digamos, física o digital, como los fashion films– tratamos de crearlo desde la emoción, y seducir.

¿Cuál es la propuesta que vais a presentar en CLEC?

La colección que se presentó en Nueva York, Madrid y, hace dos semanas, en Los Ángeles. Nunca habíamos hecho un desfile en València y poder presentarlo en este enclave es increíble. Cuando Miquel Suay me llamó, le dijimos que sí enseguida; no tuvo que insistir. Desfilar aquí es una maravilla. El próximo fashion film me encantaría hacerlo en este enclave. No tienes que hacer nada, solo tienes que apretar el gatillo y ya está.

Una de las áreas de encuentro, intercambio y suma de disciplinas creativas que propone CLEC son los show cooking. ¿Cuáles son las pautas que le has transmitido al laureado chef Berd Köller para que conciba vuestra colaboración?

Estamos buscando siempre el nuevo sabor en la moda, entonces le hemos transmitido fusión de muchos materiales, mucha creatividad e innovación.

El chef Berd Köller junto a Custo Dalmau durante el show cooking celebrado en CLEC. Fotografía cortesía del festival.

Decía Coco Chanel que “la moda es como la arquitectura: se trata de una cuestión de proporciones” ¿Qué opinas?, ¿cómo entiendes la moda?

La moda es dosificación y la entiendo a partir del equilibrio. No deja de ser una una proporción, un equilibrio entre la apetencia y, en nuestro caso, entre la realidad y la creatividad.

Puedes tener un equilibrio, pero hay una realidad a la que enfrentarse, y entonces te preguntas: ¿saldrías a la calle con esto?, ¿te atreves a ponértelo? Tratamos de ser muy creativos, pero que la gente diga: me atrevo a ir a una cena, salir a la calle con esto e irme a una fiesta.

¿Cómo observas tu evolución profesional a lo largo de estas cuatro décadas?

Empezamos sin tener ni idea de lo que era la moda, haciendo un trabajo de diseño gráfico aplicado a una camiseta (ahora no tiene ningún misterio, pero entonces sorprendió). Nos dimos cuenta de que esto funcionaba y de que formaba parte de un circo que se llamaba moda. Si hemos aprendido algo de ella ha sido practicándola y, además, tratando de ser nuestros propios maestros.

De alguna manera, no nos servía que alguien nos enseñase, porque nosotros queríamos ser auténticos y originales, y si te lo enseña otro acabas pareciéndote a él. Queríamos ser nosotros mismos para, de alguna manera, crear una genética y un adn propio. Hemos sido capaces de aguantar 40 años (que es mucho en esto) y supongo que algo habremos aprendido. Nos entendemos a nosotros con lo que hemos hecho y hacia dónde tenemos que ir.

¿Cuáles son las inquietudes de Custo Dalmau a nivel creativo? ¿Qué te falta por hacer?

Nos falta mucho. La única inquietud es: ¿seré capaz de continuar con esto? De momento, estamos contentos con lo que hemos conseguido, cómo nos han ido las cosas, lo que hemos hecho. La duda más importante es si seremos capaces de seguir dentro de cinco o diez años. Este es el gran interrogante.

¿Consideráis necesaria la conexión con las generaciones más jóvenes?

Claro, es fundamental. Esto es otra inquietud. Nos ha ido bien en una generación: La pregunta sería: ¿nos irá bien con la siguiente? Porque los hijos suelen no querer parecerse a los padres. Entonces, si te ha ido bien con los padres, a ver cómo cuentas la historia para que les guste a los hijos. Reto grande.

Custo Dalmau
Custo Dalmau junto a una modelo vestida con sus creaciones. Foto: Merche Medina.