Voluntarios: la riada silenciosa. La Rambleta

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Voluntarios: la riada silenciosa
Dirección: Víctor García Ros
Idea original: La Rambleta
Una producción de Playroom Media, con la producción asociada de Puerta 3 Producciones
Colaboración creativa: La Rambleta

La riada destructiva de aguas voraces y descontroladas desencadenó una riada de humanidad. Sin necesidad de que nadie las convocara, miles de personas, conmovidas por la tragedia que el 29 de octubre de 2024 afectó a sus vecinos del sur, acudieron en tropel dispuestos a hacer lo que hiciera falta. Armados con palas, botas de agua y simples escobas se adentraron entre montañas de coches arrastrados por la corriente, bajos anegados de barro, enseres empapados apilados en las calles.

Son los protagonistas del documental ‘Voluntarios: la riada silenciosa’, que se estrenará el próximo 18 de junio simultáneamente en el teatro de La Rambleta, en el RAM Club y en la plaza donde todo comenzó, y se repondrá el 3 de julio para pasar luego por festivales y, posiblemente, por Á Punt. El acceso es gratuito mediante descarga de invitación a través de la web de Rambleta. Tras la proyección, el público está invitado a un brindis por la memoria, la gratitud y la fuerza de una comunidad que supo estar a la altura.

La oleada de solidaridad no arrasó calles ni anegó hogares, pero transformó profundamente la ciudad. Fue una riada silenciosa de solidaridad, surgida del instinto más humano: ayudar.

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En las horas posteriores a la catástrofe que azotó València el 29 de octubre de 2024, dejando 228 víctimas mortales, un torrente de voluntarios convirtió La Rambleta en el epicentro de una respuesta ciudadana ejemplar. Allí, sin plan ni aviso, nació una red espontánea de ayuda que desbordó toda expectativa.

La ciudad amaneció entre el lodo y el silencio. Apenas unas horas después, La Rambleta era una de las zonas que comenzaba a ser testigo de la generosidad humana. Un grupo de personas, movidas únicamente por la urgencia de hacer algo, llegaba a la plaza del centro cultural con lo que tenía: manos, energía y empatía.

Voluntarios: la riada silenciosa. La Rambleta
Un instante de ‘Voluntarios: la riada silenciosa’. Imagen cortesía de La Rambleta.

Sin estructura, sin normas, sin recursos, sin esperar indicaciones, solo con el valor que les dio ponerse en el lugar del otro, improvisaron un centro de operaciones que comenzó en la plaza y se extendió rápidamente por el espacio cultural, acogiendo a miles de voluntarios anónimos.

Durante los siguientes once días, más de 21.000 personas voluntarias pasaron por La Rambleta. Allí se descargaron 200.000 kilos de comida, bebida y material. Llegaron más de 350 furgonetas y camiones de donantes. Se prepararon y distribuyeron más de 20.000 comidas a la zona cero y otras 19.000 raciones para los voluntarios, además de 3.600 pares de botas, 2.800 palas y rastrillos, y 19.000 pañales y botes para bebés.

Con esta red solidaria, se logró asistir a más de 32.000 familias, gracias al esfuerzo coordinado de voluntarios y voluntarias que, a pie, en bicicleta, en coche o furgoneta, llegaron allí donde se necesitaba.

La Rambleta, testigo y parte de esa extraordinaria labor, quiso documentar aquellos días y para ello contó con Víctor García, productor con varios documentales en su haber. «Fue una experiencia peculiar y memorable», recuerda García. «Empezamos el cuarto día tras la riada; primero, yo solo, y, luego, con otros colegas, grabamos durante cinco intensas jornadas sin planificación previa. En el escenario de Rambleta entrevistamos a un puñado de personas que se habían impuesto como líderes o cabezas pensantes del movimiento. Grabamos también a algunos afectados y la zona 0, y lo montamos en un documental de 50 minutos, trabajando todos de forma altruista».

Víctor García comenta que, al principio, se resistió a filmar las imágenes más truculentas por respecto a las víctimas, aunque luego se arrepintió de no haberlo hecho. «Da que pensar que seamos capaces de colaborar ante una desgracia y que, sin embargo, en la vida normal, no paremos de discutir y enfrentarnos por banalidades», sentencia el productor.

Con una mirada íntima y respetuosa, ‘Voluntarios: la riada silenciosa’ describe los días frenéticos que siguieron al horror. A través de varios protagonistas, la película reconstruye una historia colectiva de generosidad, donde la ayuda se organizó al margen de instituciones, impulsada por la compasión y la fuerza de las personas.

Es testimonio de la generosidad de vecinos y vecinas, voluntarios y voluntarias, empresas y organizaciones que, desde el primer momento, se volcaron aportando lo que estaba en su mano para ayudar. Un homenaje audiovisual que muestra cómo, sin ser llamados, miles de desconocidos se convirtieron en uno solo, compartiendo el mismo impulso: ayudar y aliviar el dolor de quienes lo habían perdido todo.

Gracias a esa riada silenciosa, el estruendo del desastre fue acompañado por una corriente de humanidad. Voces que abrazaban, que tendían la mano, que consolaban y sostenían. Voces de esperanza. «Este documental es un gesto de gratitud hacia quienes hicieron posible lo imposible», señalan fuentes de La Rambleta. «Un ejemplo vivo de esa humanidad con mayúsculas en la que nos gusta seguir creyendo».

La DANA abrió una herida muy profunda que tardará en cicatrizar, porque, además de la reparación material de ingentes daños, requiere un proceso de sanación espiritual. En este camino, desempeñan un papel esencial las creaciones colectivas que parten de la tragedia como materia prima para intentar darle un sentido en clave positiva.

Iniciativas como la obra ‘Un instant de bellesa’ (‘Un instante de belleza’), que Escena Erasmus ha llevado este verano por los pueblos de la Comunidad, o la colección de cuentos en la que un grupo de chavales de instituto explican su experiencia. Así, es previsible que, con el tiempo, surjan otros muchos relatos en torno a aquel aciago día de otoño que dejó huella.