Spatium Hermeticum, de Jesús Herrera
IV Beca de Investigación Rambleta
Hasta el 14 de enero de 2018

“Toda representación es ficción”. De ahí que para Jesús Herrera, ganador de la IV Beca de Investigación Rambleta, sea “mentira que haya objetividad en la imagen”. Lo que hay, y mucha, es subjetividad, precisamente de la que trata dar cuenta en la exposición Spatium Hermeticum planteada como un “viaje iniciático”. Un viaje al fondo de esa melancolía tan característica del barroco que Herrera, junto al comisario de la muestra, Luis Vives-Ferrándiz, actualiza para extraer de ella los temperamentos que figuran en el proyecto expositivo.

“En Estados Unidos ya no se aceptan las fotografías como prueba documental en los juicios”, señala el artista de Petrer (Alicante), que ahora reside en Dinamarca. Porque las imágenes, por muy fotográficas y realistas que sean, “siempre obedecen a un punto de vista, cierto enfoque y determinado encuadre”, subraya Herrera. Por eso él destaca ese carácter ficcional de la representación, mediante la simulación pintada de la propia cinta adhesiva que sujeta las diversas imágenes, al tiempo que se vale de obras clásicas y contemporáneas, con el fin de rastrear el espíritu que anima su proyecto.

Jesús Herrera ante el retablo de su exposición. Imagen cortesía de Rambleta.
Jesús Herrera ante el retablo de su exposición. Imagen cortesía de Rambleta.

“Trata de encontrar la piedra filosofal y el proceso de transformación interior”, explica el comisario, a través del aire, el fuego, la tierra y el agua que vienen a corresponderse con los humores de lo melancólico, lo flemático, lo sanguíneo y lo colérico de los diversos temperamentos. “El elemento humo me obsesiona”, reconoce el artista, que observa en dicho humo “el indicio de que algo ha ocurrido”. Siguiéndole el rastro, aparece el fuego que viene a consumir el cuerpo humano, el de un pájaro o una salamandra, generando cierto efecto purificador.

Como se apuntó en la exposición que sobre los tiempos de melancolía acogió hace un par de años el Museo de Bellas Artes de Valencia, esa melancolía expresa “la máxima temperatura de la creatividad”, tal y como destacó María Baños, comisaria de aquella muestra. Melancolía que mama de lo subterráneo, de la tierra y del otoño reflejando ese “ambiente oscuro de la bilis negra”. Una bilis que, en el caso de Spatium Hermeticum, rima plásticamente con ese humo negro que se eleva en la gran pieza central del retablo urdido por Herrera, a modo de gran marco escenográfico.

“Me interesa mucho la teatralidad que tiene el barroco”. Y Jesús Herrera incide en ella subrayando el carácter “de trampantojo, de truco”, mediante el cual se atrapa la mirada del espectador para conducirlo por los vericuetos de la representación. “La pintura y el arte tienen un poco de alquimia”, añade el artista. Representación y alquimia, cosmogonía y temperamentos que convenientemente ligados propician ese viaje al interior de uno mismo y del mundo que le rodea. “Se propone un recorrido intelectual; descifrar los elementos, el más allá de las imágenes”, precisa Vives-Ferrándiz.

Spatium Hermeticum, de Jesús Herrera. Imagen cortesía de Rambleta.
Spatium Hermeticum, de Jesús Herrera. Imagen cortesía de Rambleta.

Es el comisario quien a su vez destaca la fusión existente entre la ficción y lo real, visible en los diferentes objetos que, insertos en las imágenes, se descabalgan de ellas para mostrarse en su plenitud física: “Son objetos representados e igualmente tangibles”, dice. Todos ellos reunidos en diversas peanas que rodean el retablo central de la exposición, cuya tramoya salta a la vista para destacar la ficción y el relato que propicia. Una actualización del barroco cuya sacralidad toca tierra en la obra de Herrera: “El peso de lo religioso, de lo sagrado, se ve desde lo pagano”, comenta el comisario, que ve en la alquimia y la tradición hermética “la alegoría y los dobles sentidos” que interpelan al espectador dirigiéndose a “los ojos del alma por medio de un lenguaje mudo”.

Spatium Hermeticum, que permanecerá en Espai Rambleta hasta el 14 de enero, establece relaciones con artistas como Edward Hopper o Bill Viola, entre otros, mediante colores que el artista entiende “más profundos”, al igual que ha “subido el tono de frecuencia e intensidad”, quizás debido a su estancia en Dinamarca. “El tiempo allí parece dilatarse porque estás más recogido; igual me estoy volviendo más introvertido”, concluyó irónico. Tiempo de melancolía con el que Jesús Herrera ha ganado la beca Rambleta a la que concurrieron 130 proyectos. Una beca dotada con 6000 euros que no para de crecer.

Jesús Herrera
Jesús Herrera. Imagen cortesía de Rambleta.

Salva Torres