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‘Scream VI’, de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett
Con Melissa Barrera, Jenna Ortega, Courteney Cox y otros
123′, Estados Unidos | Paramount Pictures, Project X Entertainment, Spyglass Entertainment, 2022
Cines Lys València
Paseo de Russafa 3, València

‘Scream VI’ respeta su máscara y a sus fans con una nueva y muy sólida entrega capaz de seguir sorprendiendo –y divirtiendo– 27 años después. Rehúye la línea de exprimir hasta la desidia productos exitosos y alarga con naturalidad (pero con algo de impaciencia) las cuchilladas de Ghostface. Corred.

Tan solo un año después de su predecesora ‘Scream’ (2022), Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillet continúan narrando las tormentosas vidas de las hermanas Carpenter (Melissa Barrera y Jenna Ortega). Después de sobrevivir a la masacre de Woodsboro, las supervivientes huyen a Nueva York en busca de estabilizar sus vidas y cerrar cicatrices. No obstante, un nuevo peligro con rostro conocido les acecha desde su círculo más cercano.

En camino a consagrarse como el título más taquillero y rentable de toda la franquicia, ‘Scream VI’ –aún en cartelera en los Cines Lys València– se atreve sin temor y con decisión a continuar con una saga que puede pesar más que las buenas intenciones. Sexta entrega suena de por sí a reboot recalentado en el microondas, mas la nueva película logra con fluidez y solvencia ofrecer un elemento consistente, novedoso y respetuoso con su legado. Fresca, pero sin inmutar su esencia. Ghostface en Tinder da el mismo terror que a través un teléfono fijo, le pese a quien le pese.

Scream VI

El guion se ve inflido, en ocasiones, por la prisa y acarrea tras de sí decisiones cogidas con pinzas, como la resurrección de Kirby (Hayden Panettiere). Un personaje sin pena ni gloria de ‘Scream IV’ que vuelve, doce años después, en forma de agente del FBI con una historia de superación que no puede dejar más indiferente al público. Un intento de fan service innecesario que no conecta con la historia actual.

Este incoherente accidente con el pasado queda pronto eclipsado por las figuras de Jenna Ortega y Melissa Barrera. Las protagonistas tenían ante sí la encomiable tarea de sostener la primera película de Scream sin Sidney Prescott (Neve Campbell). ¿Se imaginan ‘Halloween’ sin Jamie Lee Curtis? Bien, la obra, en lugar de flaquear con este vacío, se incorpora con elegancia y nueva fragancia gracias a unas actrices carismáticas y ligeras que se desenvuelven por este universo como si llevaran en él desde que Wes Craven lo creara en 1996. Sidney, descansa, ya tuviste bastante.

El nuevo Ghostface, brutal, imparable y demoníaco, es un acierto total y absoluto. Alejado del torpe enmascarado al que este conglomerado nos tenía acostumbrados, el asesino arranca de cuajo la puerta del armario en el que estamos escondidos y acaba con nosotros de forma desmedida y violenta. Esta agresividad al más puro estilo Michael Myers eleva el tono serio y crudo del largometraje respecto a sus predecesoras, pero a la vez mantiene su autocrítica, sátira y humor negro. Consigue proyectar oscuridad y tinieblas sin dejar de regocijarse en sí misma y transpirando diversión a raudales. Un botellón en el castillo de Drácula.

Con desparpajo y horror, ‘Scream VI‘ alberga asesinatos originales y sangrientos que harán las delicias de los amantes del cine slasher. Las escenas de tensión han aumentado su calidad respecto a anteriores títulos a través de nuevos escenarios y, por ende, nuevas reglas. El salto a Nueva York es un éxito que amplía la imaginación y las posibilidades de este macabro y entretenidísimo universo. En una ciudad con millones de habitantes, nadie puede oírte gritar.

Su ansiedad narrativa puntual evita que la nueva obra de Matt Bettinelli- Opin y Tyler Gillet le pise los talones a la criatura original. A pesar de ello, el mundo cinematográfico está de celebración. En los últimos años no cesan de aparecer nuevos y revitalizantes objetos de terror (‘X’, ‘Pearl’, ‘Barbarian’, ‘Maligno’…) que vuelven a colocar al horror en el sitio que merece.

 ‘Scream VI’ es una construcción compacta y coherente que contribuye a consagrar su género. Con cariño y nuevas ideas, retorna a las salas un nuevo misterio repleto de guiños cinéfilos y giros de guion. Ghostface ha vuelto. Y esperemos que por mucho tiempo.