REIGNING SOUND, Shattered

La corona de la portada sobre dos corcheas cruzadas a modo de escudo de armas podría tener más sentido de lo que aparenta. Visto lo visto, o mejor sería decir que oído lo oído una y otra vez, “Shattered” está llamado a ser uno de los mejores discos del 2014 y su portada resulta a tal efecto toda una declaración de intenciones. Quede claro que ha sido el disco del verano para el que suscribe, de esos que no son un coñazo que suenan en cualquier chiringuito o antro de moda y, en consecuencia, habrá que ver si definitivamente es coronado en lo más alto al finalizar el año en curso.

Cuando en abril del presente año escuché en casa de mi amigo Jesus “Falling rain”, el adelanto del inesperado regreso de los REIGNING SOUND con el organillo y el deje vocal dylanita a lo The Band que lleva consigo, quedaba prendado ipso facto de ese pelotazo de canción. Por aquel entonces my Lord del Cierzo habló “del instante mágico de las canciones de Grez Cartwright, de la puntería melódica y rítmica que lo convierten en un arreglista de sentimientos contradictorios no exentos de coherencia, de la fascinante fibra agridulce que contiene las virtudes de este excelente y ninguneado grupo musical, de cómo la piel de Cartwright muda constantemente como en una poliédrica absorción de la mejor y más directa expresión del rock ‘n’ roll, de la euforia y la ternura de una auténtica delicatessen de órgano y guitarras omnipresentes como previo piscolabis de lo que prometía ser un gran disco”. Y con las eruditas meditaciones en voz alta que mi apreciado amigo nos tiene acostumbrados a los suficientes se arriesgaba a dejar en el aire algunas preguntas y alguna pista a modo de respuesta: “¿garage psicodélico? ¿power pop? ¿punk pop?… todo y nada, qué mas da.”

En concierto
En concierto

El actual sonido de REIGNING SOUND posee algunos parámetros lógicos de Memphis, un lugar legendario del que son originarios aunque con un resultado final bastante difícil de clasificar dentro de una peculiar evolución que se iniciaría con aquellas melodías de country alternativo en el excelentísimo debut “Break up, break down” del 2001, y que seguiría con el pop y rhythm&blues del “Time bomb high school” en el 2002, con el más psicodélico, guitarrero y garagero “Too much guitar” en el 2004, etc.

El nuevo y sexto álbum “Shattered” no solamente me parece buenísimo, es que creo que quizás sea el mejor de una discografía bastante coherente. Encierra probablemente la vertiente de mayor pop de orfebrería, con detalles que lo acercan al folk alternativo de Nashville y con cierto saborcillo a rhytmh&blues blanco o al mersey beat sixtie pero también con un abundante poso de soul, probablemente el que consigue insuflarle ese salto cualitativo que poseen las canciones que nacen del alma.

En la onda de la mencionada “Falling rain” están «North cackalacky girl», “You did wrong” o “My my”. Buff, me atrapa ese organillo sixtie y esa sensación de pop garagero revivalista independiente de determinadas bandas americanas.

De todo el exquisito popurrí “Never coming home” me enamora con esa voz y esos arreglos de violín acompañante, me recuerda alguna lindeza popera australiana de los ochenta. Bonitas, pero bonitas del todo son medios tiempos como “If you gotta leave” u “Once more” que en cierto modo me hacen recordar las positivas sensaciones que tuve el año pasado con algunos temas del excelente «Stay true» de Danny & The Champions of The World.

Por su parte los coros celestiales de “Starting new” llevan consigo mucho soul blanco y como otra brillante melodía del alma se podría citar “In my dreams”. Además “Baby, it’s too late”, versión del tema sixtie de Shaden & The King Lears, evoca por ejemplo casi tanto a los Remains como a los Them de Van Morrison y, precisamente el espíritu del León de Belfast con su legendaria banda irlandesa es quien más podría acercarse a ese final maravilloso de ’i’m tryin“ (to be the man you need)».

Dicho lo cual ya podemos celebrar y brindar con excitación por un disco de la talla de “Shattered” que apunta alto para los suficientes que sepan apreciar su magnificencia. A Reigning Sound les sienta muy bien coronarse entre corcheas, quizás el punto de partida para dejar de ser unos grandes olvidados, unos grandes malditos, aunque eso ahora es lo de menos. Disfrutemos de aquellas intuitivas reflexiones que nos sopló el viento del Cierzo y que tan bien iban encaminadas.

JJ Mestre

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