Ramon Tebar

#MAKMAMúsica
‘A la lluna de València’
Ramón Tebar (piano), director artístico
Joseph Calleja (tenor), Marina Monzó (soprano) y José María Cano, con piezas de su ópera ‘Luna’
Concierto benéfico para el colegio Nuestra Señora de los Desamparados de Nazaret (València) a favor de los niños en riesgo de exclusión social
Plaza de la Virgen, València
Aforo: 1.100 personas
Precio de la entrada: 10 euros
Jueves 28 de julio de 2022, a las 22.00h

“Esperemos que sea el primero de muchos conciertos de este tipo, sacando la música a la ciudad”, comienza diciendo Ramón Tebar, pianista y director artístico del proyecto ‘A la lluna de València’. Música clásica y popular dándose la mano en un escenario de potente arquitectura y simbolismo como es la Plaza de la Virgen de la capital del Turia, convertida para la ocasión en un gran lienzo lumínico donde se reflejarán imágenes del concierto benéfico que tendrá como protagonistas al propio maestro valenciano, al tenor Joseph Calleja, a la soprano Marina Monzó y a José María Cano, con piezas de su ópera ‘Luna’.

“En principio estaba pensado para hacerlo solo con el tenor Joseph Calleja -que está entre los cinco mejores del mundo- y yo al piano. Pero poco a poco he ido añadiendo otros artistas, como Marina Monzó, soprano valenciana joven con una gran proyección internacional y a la que conozco desde hace muchos años, porque le dimos una beca para que fuera a estudiar a Estados Unidos a la academia que fundé en Naples con Renata Scotto [Renata Scotto Opera Academy]”, apunta Tebar.

Con respecto a José María Cano, su inclusión atiende a motivos que ligan lo personal y lo profesional. Tebar colaboró con él hace más de 20 años, cuando se hizo su ópera ‘Luna’ en Valencia: “Yo era el pianista para los ensayos de esta ópera, en la que estaban Ainhoa Arteta, Plácido Domingo y Montserrat Caballé, que es la que me puso en contacto con él”. Luego le perdió la pista, porque él se fue a Estados Unidos a dirigir y José María había dejado Mecano y se puso a pintar con gran éxito. Fue por medio de Joseph Calleja, que estaba con Cano en Malta, cuando volvieron a establecer contacto justo durante la pandemia.

Ramón Tebar, explicando en qué consistirá el concierto ‘A la lluna de València’, en un video promocional.

“Como el tema del concierto es ‘A la lluna de València’, de manera que la mayoría de las arias y canciones está relacionada con la luna y la noche, pues me venía perfecto lo de presentar el aria ‘Luna’, de José María Cano. Y como también estaba Marina, pensamos que, a su vez, cantara un par de temas de su ópera: ‘Arrorró, arrorró’ -la canción de cuna- y el ‘Epílogo’”, explica Tebar.

La ópera ‘Luna’, que el músico de Mecano creó animado por Montserrat Caballé, tras la grabación de ‘Hijo de la luna’ en 1992, no ha podido todavía ser representada en ningún escenario operístico y teatral. De hecho, el Teatro Real de Madrid la desechó en su momento tras denegarlo el Patronato del Real en medio de un ambiente contrario a esa ópera firmada por un músico pop.

Ramón Tebar sale en su defensa aportando argumentos estrictamente profesionales. “A mí José María Cano me ha parecido siempre un músico extraordinario, a pesar de que se le ha conocido viniendo de la música pop y con el grupo Mecano, donde era su genio musical. Dentro de esa música pop siempre he pensado que era el músico con más talento, no solo del pop español, sino a nivel mundial. Su invención melódica es fantástica. Yo desde lo clásico he estudiado la composición, el contrapunto y sé el valor que tiene la música popular, y, más en concreto, la de Cano que, en el conjunto del panorama pop español, ha sobresalido”.

A su juicio, como pasa con otros artistas cuando se meten en géneros distintos, “su personalidad siempre aflora”, pero, en su caso, sostiene que “la fama que obtuvo con Mecano ha generado muchos prejuicios hacia él dentro de la música clásica”. Y abunda en ello, precisando algunas cuestiones relacionadas con el propio ámbito de ese clasicismo.

El pianista y director artístico el proyecto ‘A la lluna de València’. Foto: Antonio Martínez Cattaneo.

“Yo creo que la música clásica -y vengo de ahí- es un mundo con muchos prejuicios. Es un mundo que, a veces, es bastante clasista e, incluso, elitista, pero mal entendido. Soy de los que piensan que me gustaría para las artes un mundo elitista, en el sentido de que toda la gente pudiera pertenecer a una élite intelectual; que tuviera educación suficiente para poder valorar las artes y no sean unos temas tabúes o inalcanzables. El problema es que las artes y las humanidades están cada vez menos presentes en nuestra educación”, resalta Tebar.

“Se ha pensado” -continúa diciendo- “que la música clásica es solo para gente pudiente, para la tercera edad, música aburrida. Es decir, se han creado una serie de prejuicios en torno a esa música que no son para nada ciertos: por ejemplo, que es muy cara, cuando una entrada para un partido de fútbol o para la Fórmula 1 es más cara que para escuchar un concierto en el Palau de les Arts o el Palau de la Música. Y hay gente humilde, de la clase trabajadora, que empeña su dinero para el abono de un club de fútbol y después se queja de que un concierto es caro. Son prejuicios que vienen de hace mucho tiempo y no se han terminado de subsanar”.

Reconoce que también dentro de los músicos clásicos hay “demasiado purista”, al igual que por parte de algunos directivos de los grandes teatros, “que se giran cuando alguien aplaude entre los movimientos de una sinfonía o cuando alguien hace ruido con un caramelito”, exclamando finalmente Tebar: “¡Basta ya! La música clásica no ha sido nunca eso; nunca se ha sido tan purista como en este siglo, en el que uno va a una sala de conciertos y es un ritual tan marcado por esta gente que ha querido convertirlo en una élite -pero, en ese caso, otro tipo de élite- que, claro, da miedo a los jóvenes entrar”.

Como consecuencia de todo ello, y recuperando a José María Cano, ese mundo de la música clásica ha puesto, a juicio del pianista, “un parón a ciertos géneros de música, sobre todo a la música popular. Y eso es, de nuevo, un error. Son cosas que ni Mozart ni Beethoven se planteaban”.

Y se extiende: “Cuando Mozart escribe variaciones para piano o incluso ‘Las bodas de Fígaro’, cuya primera aria es un minueto -una danza, un fandango popular-, o las mismas escocesas que escribe Beethoven, en ese momento no había una línea tan marcada entre lo popular y lo culto. Luego, como en todas las músicas, las hay buenas y malas, de manera que no se trata de abrir las compuertas a todo tipo de música, pero sí hacer una criba sensata. Y Mecano ha pasado la criba del tiempo de una forma palmaria. Yo aún escucho muchos de sus discos”.

Ya centrados en el concierto de carácter benéfico para el colegio Nuestra Señora de los Desamparados de Nazaret (València), a favor de los niños en riesgo de exclusión social, está dividido en cuatro bloques. En el primero, habrá temas de ‘Tosca’, ‘Romeo y Julieta’, ‘Rigoletto’, “todas obras operísticas muy populares que giran alrededor de la noche y de la luna”, señala Tebar.

Plaza de la Virgen, escenario del concierto benéfico ‘A la lluna de València’, en una imagen extraída del video promocional.

El segundo bloque estará compuesto por “canciones populares líricas italianas y españolas, con zarzuelas como ‘La tabernera del puerto’”, mientras que el tercer bloque será destinado a la mencionada ópera ‘Luna’, con temas como ‘Arrorró, arrorró’, ‘Epílogo’, ‘Te quiero morena’ e ‘Hijo de la luna’. “El ‘Epílogo’” -subraya el director artístico del proyecto- “lleva un celo y para ello tenemos un artista invitado, Rafal Jezierski, solista de la Orquesta de la Comunidad Valenciana del Palau de les Arts, que aporta el color especial que quería José María Cano”.

El cuarto y último bloque estará compuesto por “la música más popular, digámoslo así, con canciones de películas: así, tenemos el ’Moon river’, ‘La vie en rose’, ‘Somewhere’ y ‘Tonight’, de ‘West side story’, una ópera fantástica que el mismo Leonard Bernstein no la quería llamar musical de Broadway, sino teatro musical”.

El propio Bernstein llegó a decir que a través de la música se podía “dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido”, aspectos estos vívidamente relacionados con esa luna y esa noche en torno a las cuales pivotan todas las propuestas musicales. “En la luna y la noche pasa todo, desde las relaciones de amor a los dramas y los asesinatos. Entonces, el hecho de hacer un concierto al aire libre le da un significado especial, porque no es lo mismo escucharlo con las luces del auditorio -en el que la noche y la luna no se ven-, que hacerlo en la Plaza de la Virgen con ese marco histórico tan fantástico y donde las luces de la plaza y de la fuente estarán apagadas para no manchar el escenario con esas otras luces”, explica Tebar.

Dice que al ser el pianista y el director artístico de ‘A la lluna de València’ lo que no quería es que fuera un concierto al aire libre tradicional, sino que quería utilizar la ciudad de Valencia “como lienzo, como escenario real”. En este sentido, se va a poner el escenario enfrente de la Basílica, sobre cuya fachada se proyectarán luces y mapping. “No va a ser solo videomapping, sino paisajes con proyecciones de luz inspirados en diferentes espacios valencianos, pero muy minimalista, porque no es que la gente vaya a ver la Albufera representada, sino algo más artístico con formas triangulares y rectangulares, sin quitar de ninguna manera el protagonismo a los artistas”.

Ramón Tebar, en la Plaza de la Virgen, escenario del concierto benéfico ‘A la lluna de València’, en una imagen del video promocional.

Valencia es, a juicio de Tebar -apelando a cierta visión generalizada-, “la ciudad de la música en España, aunque fuera no lo tengan tan claro”. Por eso él, durante sus responsabilidades al frente de la Orquesta del Palau de la Música o de la del Palau de les Arts, no ha dejado de profundizar en ello. “La Unión Musical del Centro Histórico de Valencia será otra de las sorpresas del concierto benéfico con una pequeña intervención, pero que viene a ser un guiño con relación a esta idea de potenciar nuestro patrimonio y nuestro talento, pero ampliándolo con figuras de nivel internacional como las que estamos trayendo, en este caso, Joseph Calleja o el propio José María Cano, que es uno de los compositores españoles que más ha vendido a lo largo de la historia”.

‘A la lluna de València’ es una iniciativa totalmente privada, asunto que da pie a Ramón Tebar a precisar las diferencias que observa con respecto a lo público. “Yo he trabajado con la Orquesta de València en el Palau y en Les Arts, regidos por el Ayuntamiento y la Generalitat, es decir, dentro del ambiente político que siente la necesidad de proteger nuestro patrimonio y de ofrecer a la sociedad, por medio de los impuestos, una oferta cultural. Hasta ahí, fantástico”.

Sin embargo, al haber trabajado igualmente en Estados Unidos, donde el apoyo a la cultura funciona de otra forma, Tebar ofrece una visión contraria que puede ser perfectamente complementaria: “Allí, la política no se mete en la cultura, para bien o para mal. Allí son grandes sponsors que con su dinero contribuyen a su comunidad, y esto también tiene un valor incalculable, porque es la propia sociedad la que asume la responsabilidad de acercar la cultura a los ciudadanos. No se puede depender 100% de la política, porque cambian de curso y cambian sus prioridades”.

Ramon Tebar
Ramón Tebar, pianista y director artístico de ‘A la lluna de València’. Foto: Antonio Martínez Cattaneo.