Pep Fajardo

#MAKMAArte
‘Cor – catálogo de objetos y reflexiones’, de Pep Fajardo
Galería Alba Cabrera
Joaquín Costa 4, València
Hasta el 31 de mayo de 2023

Cuando vemos una escultura, nuestra mente puede escoger dos caminos: o nos dejamos llevar por su estética, cayendo en juicios adjetivalmente simples, o damos un paso más, planteándonos el propósito, el porqué, la idea que nos quiere transmitir el artista. Cuando dejamos ese pensamiento estético tan marcado y encaminado al espectáculo visual, surge algo nuevo en la obra, una nueva narrativa, otra forma poética, un discurso convertido en escultura.

Bajo este planteamiento, Pep Fajardo juega con las dimensiones, los espacios vacíos, hace uso de metales oxidados… Una combinación tanto de materiales como de disposición y dinamismo, que en algunas partes parece acercarse a una crítica hacia el sistema y la constante obsesión por el inmovilismo, la practicidad y la seguridad. Mientras que otra parte se relaciona con los cuerpos astrales, encaminándola hacia lo onírico, y desentendiéndose mucho más de la realidad.

‘Semilla voladora de tres alas’, de Pep Fajardo. Imagen cortesía de la galería Alba Cabrera.

Gracias a la exposición de la galería de arte contemporáneo Alba Cabrera ‘Cor – catálogo de objetos y reflexiones’, tenemos la oportunidad de entrar en este rompecabezas, del cual, para entender mejor, debemos de irnos a uno de los textos del escritor Vázquez Montalbán.

En el escrito ‘Las máquinas y las ruinas’, Montalbán consigue desentramar la obra de Fajardo. En él nos habla del curioso paso de una forma de arte, basada en el progreso hacia un solo camino, a un arte sin ningún tipo de predisposición o finalidad. Se trata de observar, de leer esta poesía arquitectónica que no tiene ninguna clase de función.

‘Floating city’, de Pep Fajardo. Imagen cortesía de la galería Alba Cabrera.

Pero, ¿cuál es la poesía que nos muestra Fajardo en sus exposiciones? ¿Será porque el tiempo todo lo lleva, y no existe propósito alguno en intentar crecer sin medida y progresar lo máximo posible, por lo que las obras de Fajardo son formas de grandes ciudades o edificios envueltos en metal oxidado, queriendo crear algo que está en mitad del camino entre la máquina y la ruina?

Desde luego, es un planteamiento bastante antisistémico, pero muy interesante, incluso se puede quedar como un recuerdo de que, aunque grandes personajes a lo largo que la historia se han obsesionado por crear algo inamovible, todos los imperios acaban cayendo y a cada emperador le llega su hora.

De qué nos sirve querer aferrarnos a algo, cuando lo único que permanece es el tiempo. Vamos a sentarnos, respirar, mirar al cielo y relajarnos en medio de esos edificios voluminosos rodeados de metal oxidado en los que vivimos.