Óscar Bento. Chocolate
Sala de exposiciones del Palacio Provincial
Avda de la Estación 6. Alicante
Hasta el 20 de septiembre de 2015
Desde que contemplé por primera vez la obra de Óscar Bento un verano en la Galería Isabel Bilbao, de Moraira (Alicante), descubrí a un artista minucioso, pulcro, sosegado, con una trayectoria sólida, consolidada, prolífica, con cerca de cuarenta años entre pinceles, óleos, lienzos, acrílicos…, y también entre moldes, fundiciones, cámaras, objetivos y otros materiales, pues su producción no solo es pictórica; abarca también la escultura y la fotografía de paisajes en los que se aprecia su amor por el mar, por el Mediterráneo que baña Xàbia, su tierra de adopción.
Si volvemos la mirada a su evolución pictórica y a través de su búsqueda personal, de su prisma de artista, podemos ver su dominio de la luz, el color y la atmósfera, su interés por los paisajes y costumbres de los lugares por los que Óscar ha vivido y viajado. Lejanos y diferentes, nos acercan a sus vivencias y sensaciones, a sus sabores y colores; en definitiva, a todos los matices que conforman su mundo creativo y que desembocan en esta serie actual dedicada al chocolate -y que da nombre a esta exposición-, esa riquísima mezcla que nace del árbol del cacao, de origen milenario. Semillas de cacao, manteca de cacao y azúcar, junto con otros ingredientes, permiten deliciosas mezclas, sabores, texturas… y algo así sucede en esta serie pictórica en la que líneas y colores, densidades y composiciones nos trasladan desde la percepción visual a la sensorial.
Óscar Bento trabaja en esta serie desde el 2011, en la que predominan los marrones, junto a otras gamas pictóricas, en mayor o menor intensidad, en las que a veces aparecen los dorados que recuerdan los envoltorios del chocolate. Son obras con volumen, con un grosor denso de materia, que el artista compone minuciosamente, línea a línea, con rigor, predominando la recta en el equilibrio visual. La aplicación de la materia, de los acrílicos, junto al formato grande, cuadrado, en el que trabaja, contribuye a que el resultado sea sorprendente y que, junto a sus composiciones horizontales o verticales, en las que la dirección y el grosor de la línea y la sombra que proyectan, aportan profundidad, riqueza y fuerza expresiva a la obra de Óscar Bento.
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