Teatre Talia
Villa Puccini
María Luisa Merlo y Emilia Onrubia
Estreno: 6 de marzo
Hasta el 15 de marzo
Valencia
C / Caballeros, 31
Por Salva Torres
Villa Puccini. Relato en un acto para actriz y soprano. La actriz: María Luisa Merlo. La soprano: Emilia Onrubia. Ambas valencianas y ambas, aunque encarnando a una gran estrella de la ópera en la víspera de su último concierto, ajenas al divismo que se les supone por su brillante trayectoria profesional, incluso dilatada en el caso de la actriz. Villa Puccini, que desde el 6 y hasta el 15 de marzo se representa en el Teatre Talia de Valencia, es eso: un espectáculo a dos bandas (tres, si contamos el piano de José Madrid); el examen de conciencia de una diva a la que Merlo pone su cadenciosa voz dramática y Onrubia simplemente su magistral voz.
Alexander Herold dirige la obra, escrita junto a Miguel Ángel Orts. De nuevo la duplicidad para poner en pie a esa diva que le ajusta las cuentas a su vida. Duplicidad que sirve para hacerse cargo del cuerpo y del alma de esa estrella a punto de retirarse. Quizás por eso María Luisa Merlo pone el cuerpo textual, dejando que sea Emilia Onrubia quien se encargue del alma lírica. Actriz y soprano, juntas y por separado, poniendo los cimientos de una Villa Puccini habitada por los ecos de sus voces.
María Luisa Merlo: “Emilia y yo somos la misma persona, sólo que ella es mi recuerdo. Cada vez que yo rememoro mi vida, ella canta, aportándome una emoción que me pone los pelos de punta, y una envidia espantosa por la voz que tiene”.
Emilia Onrubia: “Para cantar tengo que dramatizar y María Luisa me aporta ese cariño hacia el texto, al que le saca maravillosa punta; le da vida al texto”.
Dos divas (por dentro) que prefieren la naturalidad (por fuera) al boato. Por eso coinciden ambas en señalar que el divismo, en todo caso, se lleva sobre el escenario, pero que fuera de él lo mejor es seguir siendo María Luisa Merlo y Emilia Onrubia.
Merlo: “Yo soy antidiva, porque se sufre mucho siéndolo, además de que es incomodísimo, y eso que soy de familia de actores. El divismo lo llevo por dentro, creciéndome en el escenario. Yo cuando me despida lo haré por la puerta de atrás, sin meter ruido”.
Onrubia: “Yo el divismo lo gestiono exteriormente de manera sencilla e interiormente, creyéndome el papel que voy a interpretar, porque necesitas como un bastón firme a la hora de crear”.
Villa Puccini, de ahí el título del espectáculo, es el lugar donde la diva se retira para rememorar su existencia, próxima a apagarse profesionalmente. Lugar donde el compositor Giacomo Puccini pasó buena parte de su también agitada vida: fumador compulsivo, amante de la velocidad y testigo del suicidio de su joven aya, dicen que por culpa de los celos obsesivos de su esposa Elvira Bontuni. Toda esa agitación fue luego a parar a sus óperas: Masnon Lescaut, La Bohème, Tosca, Madama Butterfly o la inacabada Turandot.
Merlo: “La diva que yo interpreto es una mujer espontánea, napolitana, tal y como piensa, habla. Sus grandezas y miserias saltan a la vista. Me imagino que los autores se han inspirado en Puccini por su vida pasional”.
Onrubia: “Hay un aria, Sola, perduta, abbandonata [de Masnon Lescaut], que cuando la canto me toca mucho, porque la soledad está ahí por muy acompañada que estés. Y en Nesum dorma [Turandot], ese Vincerò final nos recuerda que la música siempre vence, aunque uno se apague”.
Como se viene apagando la cultura, de tanto incrementarle el IVA y de tanto restarle recursos. Debe de ser el triste signo de un país con poca ciencia (¡que sigan inventando ellos!) y escasa conciencia cultural. María Luisa Merlo y Emilia Onrubia dicen que Villa Puccini es un espectáculo “anticrisis”, porque con dos voces hacen sentir muchas voces sobre el escenario.
Merlo: “El palo del 21% es tremendo. Se hizo en Holanda y lo tuvieron que quitar, y a Merkel la hubieran pegado de hacerlo, porque los alemanes aman la cultura. Aquí, como siempre, tendremos que sacar esto adelante la gente de la cultura”.
Onrubia: “Hay un paralelismo entre la crisis y la vivencia de la propia diva, en el sentido de cerrar un ciclo de vida. ¿Para qué un gran escenario si ahora está en el declive de su existencia? Este es un espectáculo anticrisis, porque siendo tan sólo dos personas nos dirigimos a mucha gente”.
Villa Puccini. Relato en un acto para actriz y soprano. María Luisa Merlo y Emilia Onrubia: solas, perdutas y abbandonatas. Ahí están, en el Talia de Valencia hasta mediados de marzo. Vincerò.
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