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‘El cuco’, de Mar Targarona
Con Belén Cuesta, Jorge Suquet, Marta Nieto, Marina Gatell, Hildegard Schroedter, Rainer Reiners, David Selvas, Chacha Huang
Guion: Alfred Pérez Fargas y Roger Danès
Preestreno en Cines Kinépolis de Paterna (València)
Martes 12 de septiembre
Estreno: viernes 15 de septiembre de 2023

El currículo de Mar Targarona se remonta hasta la década de los setenta, cuando inició su andadura en el mundo del teatro como miembro fundador de la conocida compañía Dagoll Dagom. De ahí, saltó al audiovisual y, en concreto, a la realización publicitaria, para luego desarrollar una amplia carrera como guionista, directora y productora de largometrajes.

Como productora, la catalana ha cosechado no pocos éxitos con títulos recientes como ‘El habitante incierto’ (Guillem Morales, 2004), ‘El orfanato’ (J.A. Bayona, 2007), ‘Los ojos de Julia’ (Guillem Morales, 2010), ‘El cuerpo’ (Oriol Paulo, 2012) o ‘Elisa y Marcela’ (Isabel Coixet, 2017). En su labor como realizadora, Targarona derrumba no pocos prejuicios como responsable de una filmografía muy pegada a los géneros con trabajos como ‘Muere, mi vida’, ‘Ojo por ojo’, ‘Secuestro’, ‘Dos’ o ‘El fotógrafo de Mauthausen’.

Con estas credenciales, Targarona llegaba a Valencia para presentar su última producción tras la cámara, ‘El cuco’, una propuesta de corte muy clásico que mezcla los géneros del thriller y terror fantástico.

‘El cuco’ nos presenta a Anna y Marc, una pareja en los treinta que está preparando sus próximas vacaciones. Por aquello de hacer algo diferente (y que el viaje les resulte más barato), Anna se ha inscrito en una web de intercambio de viviendas. Al principio, todo va bien.

Fotograma de ‘El cuco’, de Mar Targarona.

En un encuentro en el aeropuerto con Hans y Olga, la pareja de ancianos alemanes que ocuparán su modesto apartamento en la ciudad, Anna y Marc despejan todos sus recelos. Además, la casa que Hans y Olga les ofrecen en el espectacular paisaje de la Selva Negra es un auténtico lujo, muy lejos de sus posibilidades económicas. Pronto surgirán los problemas y Anna y Marc descubrirán que las verdaderas intenciones de sus anfitriones son más escabrosas de lo que parece a simple vista.

Bajo la apariencia de un thriller ligero, ‘El cuco’ nos propone una interesante reflexión sobre algunas cuestiones que afectan de lleno a la sociedad contemporánea. Una sociedad celosa de su intimidad, pero que, al mismo tiempo, muestra una gran ingenuidad a la hora de entregarla al primero que pasa por delante cuando le interesa.

“Vivimos en una cultura de la confianza. Es algo que nos pasa a todos, que somos un poco ingenuos. Yo lo he visto. Te vas a países más pobres y los niños son muchísimo más pícaros que los nuestros, entre otras cosas porque tienen que espabilarse para comer. Yo creo que nuestra sociedad es una sociedad un poco bien pensante”, señaló la directora en el encuentro con periodistas en los cines Kinépolis de València.

Pero esta no es la única cuestión que aborda la película. Al comienzo del relato, descubrimos que Anna, enfermera de profesión, está esperando su primer hijo. Un hecho que va a trastocar la vida de la joven pareja, que ahora tendrá que enfrentarse a nuevas responsabilidades, lo que provoca las primeras fricciones entre ellos.

Fotograma de ‘El cuco’, de Mar Targarona.

En palabras de Mar Targarona: “Para mí la película habla del paso del tiempo, un reloj de cuco implacable que bate su «tictac», y cómo el tiempo nos va devorando a todos. Un día te miras al espejo y ya no eres la persona que querías ser. Otro tema es la maternidad desde un punto de vista femenino”.

Pero si por algo resulta reseñable esta película es por el empleo consciente de las herramientas del cine. En ‘El cuco’, el juego entre espacios y personajes deviene, de esta forma, en pieza clave del desarrollo de la trama. Había que escoger bien un escenario que combinara, física y dramáticamente, los elementos psicológicos necesarios para sostener la cadena de misterios que demandaba la propuesta.

“Antes de empezar a rodar, decidimos que la película tendría una estructura de cuento. Esto iba a condicionar con quien iban a compartir la casa los personajes principales. Pensamos en Escocia, un país que nos llamaba mucho la atención, con esas piedras ennegrecidas y ese cielo tan gris. Pero queríamos que fuera una película muy luminosa, no la típica película oscura y en Alemania encontramos el lugar perfecto en este pueblecito maravilloso que vemos en pantalla. Encontramos una casa maravillosa, la Selva Negra, y decidimos que las personas con las que hubiera el intercambio tenían que ser alemanes”, comentó la directora.

Con ‘El cuco’, Targarona coloca al espectador en el centro de la historia. Espectador que responde, no solo a lo que cuenta la película, al relato, sino que se reconoce en muchas de las situaciones que viven los personajes. Así, cuando Hans y Olga invaden la intimidad de Anna y Marc, nosotros también nos sentimos igualmente abordados en nuestra propia intimidad, lo que produce una cierta incomodidad que, al mismo tiempo, nos involucra de manera muy activa en la película.

Fotograma de ‘El cuco’, de Mar Targarona.

“Bueno, es que ese es el tema”, apuntó la realizadora, claramente satisfecha de las reacciones del público asistente a la presentación. “Conocemos a dos personas encantadoras en una cafetería que te dan la llave de su casa, te regalan un reloj, te dejan conducir su súper coche de lujo y, de repente, los vemos destrozar toda tu casa. Yo quería molestar mucho al espectador para decirle: cuidado, que estos no son lo que parecen. Y quería ponerlo todo al principio, para no caer en aquello de que al final el malo es… Yo quería enseñar al principio quiénes eran los malos y que la película, aun así, tuviera interés y no se deshinchara”.

Reto conseguido. Y, al fondo, encontramos al maestro del misterio, Alfred Hitchcock, del que Targarona se declara una gran admiradora y que, sin duda, ha sido una inspiración para esta producción. Hitchcock aparece aquí, no solo como un mero homenaje, evidente, descarado, explícito, sino en la consistencia y solidez de un guion de corte clásico en el que todas las piezas quedan perfectamente articuladas.

“Bueno, no tan clásico”, bromeó Targarona ante los medios. “El reto era el cambio. De repente, [Anna] desaparece y aparece una señora mayor. ¿Cómo lo va a aceptar eso el público? ¿Le va a gustar o va a decir: esto ya no me interesa? Esto quizás es ‘Psicosis’. En ‘Psicosis’ [Hitchcock] mata a la protagonista en mitad de la película y también fue una cosa muy chocante en su día. De momento, estoy viendo que el público le gusta y que asimila muy bien la tercera parte de la película”.

Fotograma de ‘El cuco’, de Mar Targarona.

Aparte de la construcción dramática, Targarona toma del maestro británico otros elementos que ella encuentra menos reconocidos de su obra, pero que forman igualmente parte de su estilo.

“A mí, Hitchcock me gusta, no solo por el suspense, también me gusta mucho por las historias de amor que retrata. En todas sus películas hay una historia de amor, aunque no se diga. Y después, el humor, que me parece un ingrediente básico para acabar de relajarte. Esta es una película en la que te vas a encontrar con muchas emociones. Tienes esa especie de mosqueo, que es una sensación previa al miedo y al suspense; cuando no hay suspense, pero algo no acaba de gustarte. Sentir todas estas emociones que te hacen vibrar, esta es la gracia del cine”.

Targarona elude los subrayados para poner al espectador en la obligación de exigirse a sí mismo. “Bueno, creo que también esto forma parte del placer del espectador, que te sirvan una película en la que no todo está masticadísimo, sino que tengas un poco la inteligencia viva”, afirmó.

En el contexto del actual estado de la industria cinematográfica española (y mundial), ‘El cuco’ llega a las pantallas como una rara avis. Frente al mercado de los efectos especiales y los monstruos, la cinta viene para decirnos que lo verdaderamente monstruoso, lo terrorífico, se encuentra en lo conocido, lo cotidiano.

“Tú estás en tu casa tranquilamente y, de repente, viene un vecino raro y puede ser una pesadilla. Es que el mundo cotidiano es el mundo donde tenemos más miedo. Sí, el mundo cotidiano me parece que puede ser muy terrorífico”, subrayó la directora.

Ante el claro predominio del relato costumbrista en el cine español, ‘El cuco’apuesta y defiende abiertamente las posibilidades de los géneros como plataforma para abordar cuestiones de hondo calado social.

”Dentro de la ficción se pueden contar grandes verdades; disfrazadas, es verdad, porque no puedes aburrir al público o no debes. O si acaso yo, como productora, me siento obligada a hacer películas que el público vaya a ver. El problema es que se consiga, pero me parece que esto es esencial. Hacer películas solo para su auto-satisfacción, no me parece interesante. Creo que, dentro de la magia del cine, de la ficción, puedes contar grandes verdades y creo que es interesante desentrañarlas”, explicó la realizadora al respecto de estas cuestiones.

Cine que cuenta historias. Cine que habla de cine, sin trucos. La cámara como único intermediario entre el relato y el espectador que asiste impaciente al espectáculo, dispuesto a dejarse seducir.

“Bueno, es que eso es el cine, contar con los planos. Tal como se mueve una cámara, estás contando una sensación, una emoción. Si yo me acerco muy rápido a ti con una cámara, eso va a generar una emoción. Si me separo lentamente, va a generar otra. Es que el cine está hecho de detalles”, destacó la directora, claramente satisfecha de la que, sin duda, es una de las propuestas más sólidas de su ya larga trayectoria.

Mar Targarona
Mar Targarona (izda) y Belén Cuesta, en la presentación de ‘El cuco’, en Cines Kinépolis de Paterna (València). Foto: Gerardo León.