El Luchador, Saúl Sellés
Mustang Art Gallery en JustMad6
Mustang Art Gallery nos ofrece la oportunidad de ver el trabajo del artista plástico y performer Saúl Sellés (Cocentaina, 1986), galardonado con la Beca Puénting MAG / UMH 2013, que tras su exposición en la sala MAG hace solo unos meses, ha realizado una performance en JustMad6. La Beca Puénting busca establecer puentes de conexión entre la formación impartida en la Facultad de Bellas Artes de Altea (UMH) y la profesionalización artística a través de la exhibición de proyectos expositivos en Mustang Art Gallery.
En la muestra pudimos ver performances en barra americana, sacos de boxeo de polipiel, imaginería deportiva y animales de poder con estética bakala. Una propuesta artística que habla del fracaso trazando un paralelismo entre la competición deportiva y la competición dentro del mundo del arte. La necesidad de ser visto, aplaudido y vitoreado con coronas de laurel, hace al artista exhibir su propio cuerpo en una neurosis de fracaso escenificada y vivida. Para llevar a cabo El Luchador, el artista aprendió poledance, un deporte acrobático realizado en las alturas de una barra de aluminio.
Saúl Sellés entrenó en esta práctica de la seducción, que está más cerca del show escénico que de la competición deportiva, además compitió en la I Copa Pole Style de Alicante (ganando la Medalla de Bronce) y finalmente se convirtió en profesor de esta disciplina. Ahora, para la performance realizará el 26 de febrero de 2015 en JustMad6, el artista ha utilizado el poledance como medio y la recitación de textos acerca del fracaso.
El conjunto expositivo lo completaba una serie de sacos de boxeo animalizados y totémicos, unas banderolas que abordan las anti-cualidades del fracasado (expresión de una masculinidad cuestionada), videos del propio artista entrenando y otras piezas escultóricas llenas de referencias iconográficas al boxeo.
Para Saúl la competición empieza por uno mismo, por ello sus trabajos anteriores giran en torno a la resistencia, mediante la realización de performances deportivas, donde ejecutaba rutinas físicas hasta llevar el cuerpo al agotamiento. Mientras tanto recitaba textos que hablaban sobre los cánones de la belleza, el culto al cuerpo y el homoerotismo.
Es una competición consigo mismo en la que no existe un final, no se producirá la dicotomía ganador-perdedor, el fracaso está asegurado. El único fin más claro es el propio agotamiento. De esta manera el performer se somete a un entrenamiento interminable y la obra se convierte en un proceso constante.
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