Juana la Loca

#MAKMAEscena
‘Juana la Loca’, de Pepe Cibrián Campoy
Intérprete: Nicolás Pérez Costa
El Tío Caracoles Production Company
Teatro Principal de Alicante
Plaza Chapí, Alicante
30 de septiembre de 2023

El ambiente del Teatro Principal de Alicante, con su mantenido estilo neoclásico, atrae al tipo de obras de corte clásico, pero que se hallan en continua renovación. Así es la ‘Juana la Loca’ que presenta la compañía El Tío Caracoles, una auténtica pieza de dramaturgia de estilo unipersonal en el que un único actor, en este caso Nicolás Pérez Costa, interpreta el texto de un ya más que célebre Pepe Cibrián Campoy. El director, actor y dramaturgo es muy conocido en el mundo teatral argentino por obras musicales como ‘Drácula’ o ‘Calígula’. 

‘Juana la Loca’ lleva representándose en Madrid desde hace cuatro años, pero fue estrenada en Argentina. Allí ha sido interpretada por Patricia Palmer y, en otras ocasiones, por María Seghini. Se trata de una pieza teatral multipremiada y cuyo éxito en cartelera no sorprende, quizá por su puesta en escena sencilla, por la calidez de un texto contundente o por la magnífica interpretación del que ahora es el encargado de traernos a este fascinante personaje histórico: Nicolás Pérez Costa.

Resulta extraño que a veces las artes escénicas subviertan el género del actor o actriz que se pretende llevar al escenario. En este caso, es curioso que un solo actor, hombre, represente a este personaje histórico femenino. Aun así, hemos visto otros ejemplos en la escena teatral reciente, como por ejemplo las ‘Siete reinas’ de Arden Producciones.

‘Juana la Loca’, de Pepe Cibrián Campoy, interpretado por Nicolás Pérez Costa. Imagen cortesía de Teatro Principal de Alicante.

En el lado contrario, destaca el trabajo de Blanca Portillo, que suma grandes interpretaciones de personajes del sexo opuesto, como el inquisidor Bocanegra en la película ‘Alatriste’, ‘Hamlet’, de Tomaz Pandur, o el Segismundo de ‘La vida es sueño’. Al final, parece que el objeto es hacer que desaparezca el género y que solo creas en el personaje, un hecho que logra con creces Pérez Costa.

Aun así, no cabe olvidar que Juana I de Castilla, nombre con el que debería haber pasado a la Historia, fue machacada por el sistema patriarcal de su contexto: casada muy joven y llevada a una corte extranjera, desdeñada por su padre y por aquellos políticos que rodeaban la corte y, que, ansiando el máximo poder, seguramente liberaron los primeros rumores de su locura. El mal de amores se entremezclaba con la ponzoña de vivir en una corte, que imagino como un cóctel de alianzas envenenadas, donde toda relación tenía segundas intenciones.

El tratamiento de esta figura histórica fascinante se desarrolla de una forma muy original ya que podremos apreciar no solo a una Juana adolescente, casi niña, sino a su versión anciana y a su adultez poderosa. Además, sus vivencias se generan a través de conversaciones con personajes allegados: su madre la reina Isabel, su marido Felipe el Hermoso, su hijo primogénito Carlos V, e incluso alguna de sus sirvientas.

‘Juana la Loca’, de Pepe Cibrián Campoy, interpretado por Nicolás Pérez Costa. Imagen cortesía de Teatro Principal de Alicante.

Esta reina tuvo uno de los reinados más largos, a pesar de que su título era nominal y regían en su nombre su padre y su hijo, pero según varias investigaciones, algunas de sus acciones, tachadas como excéntricas, podrían haber servido a propósitos muy inteligentes. Y es que, una persona criada y educada para tener un papel secundario bastante relegado (ser mujer de, y dar descendencia) y que, en un principio, jamás llegaría a reinar, acaba siendo una mujer relevante en la Historia de nuestro país.

Así es como la Juana de Cibrián se desvela al espectador: fuerte y contradictoria. A través de un texto en verso, también descrito como monólogo en algunas sinopsis, la obra se resuelve como una serie de conversaciones en las que el personaje recuerda (e interpreta) momentos clave de su vida. Un ejercicio genuinamente clásico reinventado que hace destacar los elementos más básicos del teatro: una iluminación clave, un escenario austero y una interpretación que soporta bajo su peso cada uno de los minutos de la pieza.

Denominado drama unipersonal, es aquí la palabra la que transforma, guía y atraviesa al actor. El desgaste de una experiencia así no se nota en el actor, sino que, aunque la vida de esta reina se despliegue a través de saltos en el tiempo, tiene su culmen escénico hacia el final, con su propia muerte y consecuente final de la evocación.

Juana la Loca
‘Juana la Loca’, de Pepe Cibrián Campoy, interpretado por Nicolás Pérez Costa. Imagen cortesía de Teatro Principal de Alicante.