Jaume Policarpo. Edipo

#MAKMAEscena
Èdip rei‘, de Sófocles
Adaptación y dirección: Jaume Policarpo
Bambalina Teatre Practicable
Intérpretes/manipuladores: Àngel Figols, Àgueda Llorca, Pau Gregori, Jorge Valle, Arianne Algarra, Maribel Bayona, Carmen Pérez y Vera Gaya
Dirección musical: Gonzalo Manglano
Músicos: Alberto Escartí (fagot i instruments de vent), Christian Berejano (percusió), Gonzalo Manglano (teclats i guitarres), Coro de cámara Ad Libitum de la Escola Coral Veus Juntes dirigido por Francesc Gamón
40 Sagunt a Escena
Teatro Romano de Sagunto
Jueves 3 de agosto de 2023

La trágica historia del rey Edipo que escribió Sófocles el año 442 a. C. ha llegado hasta nosotros gracias a una larga cadena de artistas –dramaturgos e intérpretes– que la han transmitido, generación tras generación, a lo largo de más de veinte siglos.

Jaume Policarpo se considera un eslabón de esa larga cadena por aportar su propia visión, ‘Èdip rei’, el montaje de la compañía Bambalina Teatre Practicable que dirige, función inaugural del Festival Sagunt a Escena en su cuarenta aniversario. «Resultaría pretencioso afirmar que mi obra vaya a dejar una impronta especial», dice con modestia. «Solo pretendo ser un eslabón en esa cadena que hace que la historia siga vigente: una historia tan potente que nos continua conmoviendo miles de años después de haber sido escrita».

En principio, la idea de montaje se concibió alrededor de la adaptación textual en la línea de las últimas creaciones de la compañía, como ‘La Celestina’ y ‘Hamlet’. «Pero las características del texto de Sófocles nos condujeron a unos planteamientos estilísticos muy diferentes, tanto en lo que se refiere a la puesta en escena como en el código interpretativo», señala el director.

«Hemos querido investigar las posibilidades expresivas de los títeres en un contexto trágico donde las fuerzas que mueven a los personajes proceden de su conciencia íntima, pero también de la acción superior de los dioses».

«De la obra –prosigue– se desprende una visión poética cargada de ambigüedad, pues el secreto de la vida y el futuro se deposita en manos de unos personajes mágicos dotados de una percepción privilegiada que los sitúa más allá de nosotros mismos, más allá de los otros personajes que los interpelan. La creación de esos personajes superiores nos lleva a un campo inédito en nuestra trayectoria».

Los títeres ayudan a representar esa dualidad «entre el plano mítico y el real, entre los inconos simbólicos y la parte más humana», añade Policarpo. «El personaje controlado por el manipulador refleja las fuerzas que nos controlan y da un sentido especial a la propuesta del lenguaje escénico haciéndolo más accesible al público».

Sófocles recrea un mundo donde la fuerza del destino se impone de una manera funesta y la grandeza del héroe nace del afán inquebrantable para sobreponerse y enfrentarse con nobleza a lo que le viene dado sin explicación. La fuerza del destino del que el hombre es incapaz de escapar, el poder del oráculo, la culpa y la expiación, el estigma del incesto… En Edipo confluyen temas esenciales que mantienen incólumes su significado.

La obra de Sófocles empieza cuando la peste asola la ciudad de Tebas y sus ciudadanos se concentran en el ágora en busca de un remedio con intervención divina. Curiosamente, este proyecto se inició en la pandemia de la covid. «Revisité la obra, vi la película de Pasolini y se me quedó en la cabeza. Tuve claro la necesidad de trabajar una versión actualizando el lenguaje».

La primera versión de este montaje, estrenado en noviembre de 2020 en el TEM de València, se ha enriquecido con más intérpretes en escena, la música en directo y la intervención del coro de cámara Ad Libitum de la Escola Coral Veus Juntes, integrado por veinticinco voces y dirigido por Frances Gamon. «La música y las voces tienen un papel muy importante como parte del ritual, de la catarsis que abre otra dimensión a la conversación con los dioses y a la comunicación con el público».

El propio Teatro Romano constituye una majestuosa escenografía que lo contiene todo: el ágora, el pueblo (el público) y los personajes que deambulan sobre el escenario provistos de una doble máscara: la de la magia teatral y la del títere.

A lo largo de estos años consagrado a hacerlo revivir en el siglo XXI, Policarpo ha llegado a conocer muy a fondo al hombre que hay tras el poderoso mito. «Como Odiseo y otros héroes griegos, Edipo, pese al poder que ostenta, se muestra como un ser vulnerable, incluso algo cándido, que expresa sus sentimientos libremente, no reprime las lágrimas y mantiene una actitud honesta basada en la franqueza y la búsqueda de la verdad».

«Es un personaje claro, sincero, directo –define el director–, un rey que toma decisiones en consonancia con su pueblo. Este principio ancestral se ha perdido, y se opone claramente a la dinámica actual de nuestros líderes. Edipo da muchas lecciones con su manera de ser y de hablar, por su forma de enfrentarse a los peores sucesos. Todo lo que dice lo pronuncia en la plaza pública, delante de la gente. Se muestra tal y como es, de manera descarnada».

Un instante de ‘Èdip rei’. Foto: Vicente A. Jiménez cortesía del IVC.

«Me parece muy interesante como lección para nuestros políticos, que deberían liderar de manera noble a sus ciudadanos. En este sentido, su matiz político marca un enorme contraste con nuestros representantes democráticos, que nos han habituado a sus mentiras, incluso a las más absurdas».

Su admiración por el personaje se extiende, lógicamente, a su creador, Sófocles, un gran innovador del teatro de su tiempo, autor de una gran tragedia «que pervive en el imaginario del hombre actual de una manera clara y evocadora. Conseguir que un personaje trascienda al tiempo y a la historia de esa manera es un enigma encerrado dentro de la sabiduría sosegada y sencilla con la que Sófocles supo erigir estas figuras de carne y hueso agitadas por las pasiones más violentas y por los sentimientos más tiernos. Figuras llenas de una grandeza orgullosa y heroica, de una humanidad verdadera, tan parecidas a nosotros y al tiempo tan dotadas de una nobleza incuestionable».

Según el director valenciano, el secreto de Sófocles «emana del abandono de todo lo superfluo y fortuito para dirigir su mirada a los procesos más íntimos de donde irradian los misterios de la ley que articula las relaciones humanas. ‘Èdip rei’ es, en definitiva, una obra conmovedora que conserva intacta su capacidad para conducir al espectador a un ámbito mítico donde los hombres y los dioses interactúan de una manera misteriosamente solidaria. Una obra que nos conecta con un sentido mitológico de la existencia que aún hoy continúa expandiendo nuestros sentidos y aporta una emoción metafísica difícil de explicar», concluye Jaume Policarpo.