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Musée National de la Photographie de Rabat
Musée Mohammed VI (MMVI) d’Art Moderne et Contemporain de Rabat
Marruecos a través de sus museos (II)
Visit Morocco
Un reportaje de Merche Medina y Jose Ramón Alarcón
“Hay triunfos estrictamente deportivos, otros más transversales, pocos tan intergeneracionales como este Mundial”, escribe Bernat Coll en El País como motivo de la reciente victoria de España en la Copa Mundial Femenina de 2023. De este modo, “el camino recorrido por la selección consolida el crecimiento del fútbol femenino”.
Sin embargo, no es menester que la consumación del éxito precise de un trofeo que compulsar en el palmarés para que aquel triunfo alcance semejante dimensión social, incluso aunque la hazaña culmine a las puertas de la gloria deportiva. Porque, en ocasiones, el empíreo aguarda, rezagado, en el epicentro mismo de la superación de expectativas.
Una mayúscula conquista, tan disímil en sus fundamentos políticos como análoga en su combustión social, que tomó sin condecoraciones las calles de Marruecos durante el Mundial de Catar 2022, en el que los Leones del Atlas alcanzaron las semifinales del campeonato, erigiéndose en la primera selección africana en lograr un cuarto puesto que impelió a “sacar a las calles al mundo árabe, desde Doha a Rabat”, tal y como concluía su análisis el periodista Orfeo Suárez en las páginas de El Mundo.
Una algarabía colectiva de tales dimensiones que ha logrado mudar el objetivo en intención artística entre los muros de hormigón armado del Musée National de la Photographie de Rabat, cuyo espacio expositivo junto al mar, ubicado en el Fuerte Rottermbourg –una fortificación militar de finales del siglo XIX– fue inaugurado en los albores de 2020 con la pretensión de exhibir la obra de fotógrafos marroquíes de consumada proyección internacional –como Kilito M’Hammed o Benzaquen Déborah, entre otros–, junto con los proyectos de artistas emergentes.
Una joven nómina como la que protagoniza la muestra ‘Kourtna’ (‘Nuestro fútbol’), en la que quince artistas marroquíes procuran alumbrar una radiografía celebrativa a través de diversas fotografías domésticas y citadinas; vitrinas en la que descansan inopinados objetos cotidianos –como cangrejeras para golpear el balón y viejos esféricos cubiertos de arcilla– con los que reflejar “el alma de la práctica del fútbol local”–; y composiciones instalativas –entre las que destaca la ‘Memoria suspendida’ de Yussef Ouchra–.
Un florilegio futbolístico y social, encapsulado por el paisaje sonoro de la hinchada marroquí, con cuyos principales acentos cambiar “las ideas preconcebidas que la gente tiene sobre los habitantes de los barrios desfavorecidos”, tal y como anhelaba el artista Achraf Zaman.
‘Modernités arabes’. Los hematomas y esperanzas frente al peso de la historia
Un modo de eviscerar la epidermis del convencionalismo social, bajo la que, igualmente, bullen las inquietudes que orientan el pulso de la creación contemporánea en el mundo árabe. Así lo solidifica ‘Modernités arabes’, una exposición colectiva e itinerante que, tras su paso por el Musée Mohammed VI (MMVI) de Rabat, recalará en el Museo de la Kasbah de Tánger y en el Musée des Confluences Dar El Bacha de Marrakech.
120 obras de artistas procedentes de 16 países –Marruecos, Argelia, Túnez, Arabia Saudita, Jordania y Líbano, entre otros–, fruto de la donación al Instituto del Mundo Árabe (IMA) de casi 2.000 obras de arte contemporáneo y moderno de los coleccionistas Claude y France Lemand, con las que adentrarse en los orígenes del cosmos creativo y geopolítico de la Liga Árabe –fundada en 1945– hasta la actualidad.
«Este proyecto muestra, con una visión decolonial, a estos artistas que se han afirmado, que se han emancipado y que pertenecen a la historia del arte global», afirmaba Natalie Bondil, comisaria de la exposición y directora del museo y exposiciones de la IMA.
De este modo, de la pintura instalativa marroquí de Fouad Bellamine, pasando por el simbolismo argelino de Ahmed Cherkaoui, a la narración visual de la artista belinesa Moufouli Bello, ‘Modernités arabes’ perfila –a través de obras pictóricas, esculturas, fotografías y obra gráfica– los territorios plurales de la abstracción, los hematomas y esperanzas frente al peso de la historia y las incógnitas humanistas ante al futuro incierto e ideológico de una “humanidad en movimiento”.
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