Harterofilias domésticas | Estado de alarma (VI)
Erigido en título imprescindible del ensayismo de entreguerras y –por su prevalente presencia en el orbe literario del pasado y del presente siglo– pieza fundamental de la literatura filosófica (que no ficción filosófica) contemporánea, ‘Elogio de la sombra’, del escritor japonés Junichiro Tanizaki (1886-1965), se revela en un deleitoso compenido de reflexiones estéticas en torno de la sombra (in’ei) y su influyente papel en el ámbito consuetudinario de la tradición arquitectónica, escénica, espiritual y costumbrista nipona, progresivamente sometida por la injerencia aséptica y refulgente de las predilecciones occidentales.
De este modo, Tanizaki refrenda la virtud de contemplar la turbiedad de los rudimentos domésticos, los objetos no bruñidos, que dejan de resplandecer, y encomia la pátina del tiempo, el sólido “lustre de las cosas manoseadas”, el shutaku (brillo de manos) –”la elegancia es roñosa (…) esa forma de elegancia que tanto nos gusta lleva en sí algo en cierta medida sucio, poco higiénico. Frente a los occidentales, dispuestos siempre a exponer a la luz la mugre y eliminarla de raíz, los orientales la atesoramos, la idealizamos en sí misma (…) y la fatalidad nos lleva a amar las cosas que portan esa mugre humana”–.
Quizás por ello, sumidos en un horizonte antiséptico y desinsectante, resulte tan tentador proceder con un desnortado inquirimiento de la belleza entre los acicalados fangales que configuran el envés de todos los dioramas.
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LI) | Domingo 3 de mayo 2020
“Nunca un reportaje sobre un acontecimiento cualquiera en un periódico cualquiera causará tanto impacto como una película. Las catástrofes sólo les ocurren a los otros, a gente que uno no conoce. Una pantalla hace entrar en contacto inmediatamente con el asesino, con su víctima, por la que uno pasa miedo, ya que se ha convertido en alguien a ojos de esa persona. Accidentes de automóvil hay miles todos los días. Si su hermano es la víctima, entonces comienza a interesarle. Un héroe de cine debe convertirse en nuestro hermano o en un nuestro enemigo si la película está conseguida” (Alfred Hitchcock).
Así que para aquellos que, por fortuna, observamos, desde la aséptica afectación domiciliaria, el acontecer epidémico transmutado en abúlica estadística, deba seguir siendo la ficción la que refugie nuestros esterilizados y narcisistas desasosiegos, antes o después de asomarnos, acrofóbicos, a la desinfectada sustantividad.
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LII) | Lunes 4 de mayo 2020
(Alice) –“Mira”.
(Karl) –“¿Cuáles son los síntomas?”.
(Alice) –“No es que se conviertan en zombis. Creo que los infectados cambian de manera imperceptible. Se sienten felices, pero no es el tipo de felicidad que queríamos crear. Las consecuencias podrían ser desastrosas”.
(Karl) –“¿Sí?”.
(Alice) –“¿No sería terrible que la gente perdiera sus sentimientos auténticos y solo fingiera ser como antes, pero no lo fuera porque no le importa nadie excepto una planta?”.
(Karl) –“Mientras sean felices”.
Lucubrar en torno de los confines éticos de la ciencia. Acreditar la venturosa dicha sintética como utilitarismo teleológico que extingue las aflicciones, el suplicio, la existencia. Edificar un páramo objetivo de bienestar ecuménico.
‘Little Joe’ (2019), de Jessica Hausner.
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LIII) | Martes 5 de mayo 2020
–“Dicen que ese oscuro poder nos matiene encerrados en un espejismo que nos hace creer que existimos de verdad… Pero ya nadie recuerda nada”.
Respirar la etiología poblense de los matorrales del sur, arbustal montano henchido de mártires, limosnas y misticismo.
‘Los páramos’ (2019), de Jaime Puertas.
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LIV) | Miércoles 6 de mayo 2020
“Apoyados en las barras, mirando el prodigioso manantial del agua y la frasca del mollate, nos hemos confesado muchas veces con el tabernero. (…) Siempre decíamos en las redacciones que la noticia estaba en los bares, pero los bares fueron algo más para los que llegábamos con gazuza. Fueron el cuarto de estar, la oficina de colocación, el sitio donde ligar y dar sablazos (…). Solo quedan los espectros” (Raúl del Pozo | ‘Las barras’).
Tornar con diligencia a los enmudecidos bares, las cantinas, el mesón vernáculo y la tasca regional; regresar, asépticos, a los silenciados cafés de cacofonías vespertinas, la cervecería uniformada de gambas y gabardinas de domingo, el enmoquetado pub y el ambigú…
‘El último pistolero’, de Raúl del Pozo (Círculo de Tiza, 2017).
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LV) | Jueves 7 de mayo 2020
–“Futaki parece estar preocupado por algo. Temprano, por la mañana, asustado, miraba por la ventana… Futaki está aterrorizado, tiene miedo de morir”.
Elefantiásica crónica del ocaso, encenagada de reses, cigarrales y llanuras panónicas. Tango satánico de compases postreros, alegorías y ebridades.
‘Sátántangó’ (1994), de Béla Tarr.
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LVI) | Viernes 8 de mayo 2020
“Iba cruzándose con muy poca gente. La tradicional animación callejera de las noches de Madrid había desaparecido desde el comienzo del asedio franquista. Regía el toque de queda y los vecinos se refugiaban en sus domicilios a la caída del sol” (Javier Valenzuela | ‘Año Nuevo’).
Trazar un perforado mapa de la urbe a retazos de plomo, credenciales y anarquía. Madrid escollera y malecón, espigón machadiano de todas las prosapias, abolengos y linajes.
‘Pólvora, tabaco y cuero’, de Javier Valenzuela (Huso, 2019).
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LVII) | Sábdo 9 de mayo 2020
“Si bien todos los caminos llevan a Roma, esos caminos se inician en lugares apartados como Rímini. La primera imagen de ‘Roma’ muestra a unas campesinas de la Romaña pedaleando con dificultad a través de la nieve. Un mojón de piedra erosionada por las inclemencias del tiempo anuncia: ‘Roma 340 km’. En el horizonte se vislumbra claramente un San Marino amenazante. ‘Ha escrito desde América’, dice una mujer. ‘¿Y?’, se pregunta otra. ‘Allí toda la comida la venden en latas’. Y siguen avanzando en las bicicletas hasta desaparecer de la imagen; son las que no consiguieron marcharse” (John Baxter | ‘Una ciudad que se llama así misma eterna: ‘Roma’).
Recuerdos híbridos, promiscuos y heteróclitos de usanzas eclesiásticas, asfixias de provincias e interiores corrientes. Gran vestíbulo infante de memorias expansivas, turbulentas y ruidosas a las que retornar con una exorbitante impresión de lejanía.
‘Fellini’, de John Baxter (Ediciones B, 1994).
‘Roma’ (1972), de Federico Fellini.
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LVIII) | Domingo 10 de mayo 2020
“Mucho puede cacarearse en favor de las reglas; casi lo mismo que en alabanza de la sociedad civil. Un hombre formado según las reglas jamás producirá nada absurdo y absolutamente malo, así como el que obre con sujeción a las leyes y a la urbanidad nunca puede ser un vecino insoportable ni un gran malvado; sin embargo, y dígase lo que se quiera, toda regla asfixia los verdaderos sentimientos y destruye la verdadera expresión de la naturaleza” [‘Las cuitas del joven Werhter’ (1774), de Johann Wolfgang von Goethe].
Migrar, expatriarse, huir para oxigenar la coyuntura y converger los infortunios en destierro clausurado y ostracismo.
‘Los lobos’ (2019), de Samuel Kishi.
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LIX) | Lunes 11 de mayo 2020
“No, ya no deambulan por las lóbregas callejas del ‘Barrio Chino’ aquellos tipos de infra-humano pintoresquismo. Ni ‘Marieta enfarinada’, ni ‘el gran Gilbert’, ni ‘la Moños’, ni ‘la Bertini’, ni Ivonne ‘la francesa’… Los tenderetes y puestos al aire libre han desaparecido de allí para siempre. Y los garitos. Y los lupanares. Y las sórdidas tabernas. (…) Por ellas ya no corre ahora la sangre ni lucen las navajas. (…) Allí ahora ya no hay misterio alguno que pueda atraer la trasnochada curiosidad de nadie” (Augusto Parquer).
Fisonomía de apocadas semblanzas por un tiempo de cal nocturna, tahúres y peristas insomnes. Melancolía de camastros y mercados, de pensiones y casas de comidas, folclorismos y absenta portuaria.
‘Historia del Barrio Chino de Barcelona’, de Augusto Parquer (Ediciones Rodegar, 1962).
Harterofilias domésticas | Estado de alarma (LX) | Martes 12 de mayo 2020
(Albert) –“Hola. ¿Estás leyendo otra vez? No es una biblioteca. Lo único que puedes leer aquí es el menú. Estás insultando al chef. Leer provoca indigestión, ¿sabías? No leas en la mesa. Yo acabo de leer unas cosas que ponen los pelos de punta. Allí en el servicio. Es el tipo de cosas que lee la gente, no esto. ¿No te sientes aislado? ¿Esto da dinero? ¿Sabes? Seguro que eres el único hombre que ha leído este libro. Pero fijo que todos los hombres aquí han leído lo que hay en el servicio y eso da que pensar, ¿no crees? Supongo que lees porque no tienes con quién hablar”
Hálito sórdido de urinarios pantagruélicos y sadismo de licores y antropofagia. Profusión de desórdenes y copiosos desafueros, aspavientos y churriguerismos.
‘El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante’ (1989), de Peter Greenaway.
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