Fotogràfica
MuVIM
C / Quevedo, 10. Valencia
Hasta el 28 de mayo de 2017

Carlos Pérez, entonces coordinador de exposiciones del MuVIM y hoy tristemente fallecido, avanzó en la tercera edición de Fotogràfica celebrada en 2010 que el certamen estaba “consolidado”, superando la treintena de exposiciones. Lamentablemente, se tuvo que retractar poco tiempo después, dándolo por finiquitado: “Nadie ha tomado el testigo”. Siete años después, la nueva dirección del MuVIM toma ese testigo, recuperando un certamen fotográfico que arranca con tres exposiciones en el propio museo y otras cuatro repartidas por diferentes instituciones y espacios de Valencia.

Rafael Company, director del MuVIM, también se lamentó de que el proyecto fuera abandonado por sus antecesores en el cargo. El jefe de Programación de Exposiciones, Amador Griñó, suavizó la crítica aunque reconoció que, efectivamente, “no fue una cosa que interesara”. Ahora sí. De manera que Fotográfica vuelve, eso sí con menos muestras que cuando se abandonó, y con carácter no bienal sino “trienal o uno por legislatura”, avanzó Griñó, quien también se desmarcó de las comparaciones con PhotoEspaña: “Somos Valencia”.

Vista de una de las exposiciones de Fotogràfica en el MuVIM.
Vista de la exposición de Leonardo Kossoy en Fotogràfica  del MuVIM.

En cualquiera de los casos, Fotogràfica arranca con fuerza, inaugurando tres exposiciones de gran calado protagonizadas por Agustí Centelles, Leonardo Kossoy y Bernardo Tejeda. De Centelles se muestran 116 fotografías de la colección particular de su hijo Octavi Centelles y de la Fundación Pablo Iglesias, además de publicaciones y revistas de la época que incluyeron trabajos del artista valenciano. Como señaló José Aleixandre, comisario de Tot Centelles, “Agustí fue uno de los primeros en utilizar la cámara Leika y el introductor de la fotografía moderna en España”.

Trece de esas fotografías se verán por primera vez en edición facsímil, mostrando el conjunto una visión de la España que va de 1934 a 1939, con muchas de las imágenes tomadas en plena efervescencia bélica. “En su primera etapa de free lance estaba a pie de campo y cuando silbaban demasiado cerca las balas se agachaba”, recordó su hijo Octavi durante el recorrido expositivo. En su repaso por las fotografías más señeras, se detuvo en la que recordaba a la de El beso de Robert Doisneau (“ésta de mi padre fue anterior”), o esa otra que también se asemejaba “a la de la niña del Vietnam quemada por el napalm”, mientras subrayaba algunos de los personajes famosos que aparecían en ellas, como Robert Capa o George Orwell.

El hijo de Agustí Centelles en la exposición de su padre.
Octavi Centelles, hijo de Agustí Centelles, en un apartado de la exposición de su padre.

La famosa fotografía de los guardias de asalto disparando detrás de una barricada de caballos, emblema de la fotografía de prensa de la Guerra Civil española, junto a la del miliciano muerto de Capa, “estuvo preparada”, señaló Octavi Centelles, recordando cómo su padre compuso la escena poco después de que sucediera, con los propios guardias escenificando lo sucedido segundos antes.

Imágenes de la exposición.
Imágenes de la exposición de Leonardo Kossoy en Fotogràfica del MuVIM.

También impactantes son las fotografías de estudio de Leonardo Kossoy, en las que muestra en gran formato los cuerpos desnudos de una pareja. “Planteo los miedos, las dudas, los deseos y la lucha por acercarse al otro”, explicó el artista. El también fotógrafo Pedro Hernández criticó la ausencia de erotismo en la exposición, cosa que tanto Griñó como el propio Kossoy reconocieron: “Me limité pensando hasta dónde podía llegar de cara al público”, indicó el artista, quien afirmó extrañado cómo su obra fue prohibida en Brasil. “Me gustaría hacer una exposición más pornográfica, porque yo veo poesía en el acto amoroso”, agregó.

Y ya puestos, es sin duda la de Bernardo Tejeda la que más se aproxima a ese carácter erótico lindando con lo pornográfico. “No sabría decir cuál es la diferencia”, sostuvo Kossoy. En [una] trilogía de la conducta Tejeda utiliza las tecnologías de edición para ampliar el cuerpo desnudo fragmentado en imágenes porosas. Escorzos, pliegues de la piel, vello de asombrosa nitidez e incluso dientes hurgando en el sexo, componen esa coreografía bacanal de gran impacto visual. El Centre del Carme, con la obra del artista Giancarlo Cauteruccio; Railowsky, con María Antonia García de la Vega; la Biblioteca Pública de Valencia, exhibiendo fotografías de Joaquín Collado, y la sede de Agfoval, reuniendo a José Gresa y al propio Collado, completan el retorno de Fotogràfica.

Vista de la exposición de Leonardo Kossoy en Fotográfica del MuVIM.
Vista de la exposición de Leonardo Kossoy en Fotográfica del MuVIM.

Salva Torres