Makma ISSUE #02
Habla la leyenda de un personaje llamado Titivillus (o Tutivillus), un demonio que trabajaba en nombre de Satanás y cuya maldad provocaba primero errores en el trabajo de los escribas, y años más tarde en imprentas, autores y editores. Está claro que a este demonio no le gustaba que el pensamiento humano se pudiera custodiar sobre el papel, así que se dedicaba a robar palabras y letras con el fin de tergiversar significados, generar dudas, y crear confusión al lector, provocando a la vez trifulcas entre escritor, editor y transcriptor del texto. Cuanto más daño hiciera al mundo de las letras, más satisfactoria su malvada labor.
Destacan de él interpretaciones gráficas medievales muy características, identificándolo como un ser con zarpas de demonio en plena huída con un saco en la espalda repleto de “tipos” (letras) hurtadas de cualquier texto, o con un hatillo con libros en ristre dándose a la fuga.
La primera referencia de sus fechorías está datada en 1285, concretamente en el Scrirptorium de Tractatus de Penitentia, de John Galensis (Juan de Gales), aunque con posterioridad, aparece en diferentes manuscritos con imágenes dignas de un Bestiario conforme a lo descrito. Tras el invento de Gutemberg, Titivillus traslada su campo de batalla a cualquier imprenta, importante o humilde, donde se le atribuyen todas las erratas detectables. Ya en el s. XX el autor e ilustrador Marc Drogin, señala en su manual Medieval Calligraphy: Its history and technique (1980, Allanheld, Osmun & Co. Publishers, Inc. y Abner Schram, Ltd.) lo siguiente:
“Durante el último medio siglo, todas las ediciones del Oxford English Dictionary han incluido alguna referencia de página incorrecta con una primera mención a Titivillus a pie de página”.
Pero ni Cervantes, ni Lope, Quevedo o Góngora, se libraron tampoco de Titivillus en las respectivas ediciones de sus obras, sobre todo en las primeras, que son como es natural, las que más erratas contienen.
Ya más recientemente (2015), este legendario ser se convirtió en protagonista al dar nombre a la Revista Internacional sobre Libro Antiguo (prensas de la Universidad de Zaragoza) que no es otro que: Titivillus (ISSN-0915, 1 2015).
Así las cosas, aunque era impensable que la bestia hubiera desaparecido por completo, (se la creía más bien adormecida debido a la proliferación de lo digital) no podríamos habernos imaginado que Titivillus podría atacar a la revista MAKMA ISSUE #02. Pero lo hizo. Y se valió de la consecución de diversos hechos, como ocurre en los peores accidentes, aprovechando que estaba lanzada la fecha de la fiesta de aniversario MAKMA, con los invitados convocados, y todo en marcha para presentar la revista en papel, para cuya realización, maquetación e impresión, se disponía de un espacio de tiempo muy reducido.
Así Titivillus, debió perpetrar varios ataques sin ser descubierto. El primero con la intención de suprimir la firma de la fotógrafa con mayor presencia en el Palau de la Música (Valencia) en los últimos años, -un total de 25 según las palabras de la propia Eva Ripoll- para arrebatar su firma de la magnífica imagen de la página 81, y de la que MAKMA, da fe de errata en este artículo sobre el 250 aniversario de Bethoven a celebrar en el indicado Palau de La Música de Valencia en 2020.
El trabajo de Eva Ripoll en fotografía es conocido y reconocido, pero no el de escultura, (Art i Natura, Dones Creadores. Casa de la Cultura, Alzira, Valencia). MAKMA, sigue buscando el momento de la cadena en el que se coló Titivillus para arrancar la firma de Eva Ripoll del pie de foto, precisamente, golpeando donde más duele a MAKMA, que es justo en el merecido reconocimiento a la propiedad intelectual y el respeto a los derechos de autor.
No conforme con esto, Titivillus comete otro ataque con saña en la página 43, (entrevista a Sara Joudí, realizada por Merche Medina, robando una “S” del titular que desapareció como por arte de magia). “Durante este tiempo hemos podido ganar la confianza de los coleccionistas” debería figurar en el texto de la entrevista a la gerente de la Galería Shiras (Valencia).
En la página 94, último párrafo, 5ª línea, en lugar de ¨entre el anarquismo racional y el poliamor» debería leerse ¨entre el anarquismo relacional y el poliamor». Y en otro aspecto, es importante comentar que el papel escogido para imprimir el citado número MAKMA ISSUE #002 parece haber sufrido cambios en su morfología, al menos se ha detectado una menor capacidad de absorción, aunque mínima, y esto cambia sensiblemente algún matiz que puede ser imperceptible para la mayoría, pero nunca para un editor.
Damos fe de estas erratas y errores, y solo nos queda el consuelo de que libros, revistas, sellos, y carteles míticos, se convirtieron en objeto de deseo por la presencia de este tipo de erratas, y cuanto más grandes mejor. Y precisamente por ser imperdonables los citados casos, en unos años ya se encargarán de darle valor al ejemplar de MAKMA ISSUE #002 coleccionistas de rarezas y casas de subastas. Ojalá el tiempo pueda resarcir a Eva Ripoll y Sara Joudí lo que el demonio de los errores les haya podido restar.
Con tantos siglos de leyenda, mencionar las fechorías de Titivillus y mantener viva la historia de sus andanzas nos ayudará a crecer con la humildad que exigen nuestros papeles.
Vicente Chambó
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