El Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí, museo estatal gestionado por el Ministerio de Cultura y Deporte, comunicó esta mañana el fallecimiento de Felipe Vicente Garín Llombart. El valenciano fue director de este centro entre 1972 y 1987, cuando también lo era del Museo de Bellas Artes de Valencia (1968-1990), institución que también lamentó su pérdida a través de un mensaje en Redes reconociendo su aporte «a las bases para transformar el Museo en un centro moderno de gestión del arte valenciano».

Felipe Garín fue una figura de enorme relevancia en el ámbito cultural, que asumió la dirección del Museo Nacional de Cerámica -ubicado en el palacio del Marqués de Dos Aguas- tras el fallecimiento de su fundador, Manuel González Martí. Cabe señalar que por aquel entonces dicho museo era el más visitado de Valencia.

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Felipe Garín. Foto: Miguel Lorenzo

Con la entregada colaboración de Enrique Domínguez González, sobrino del fundador y conservador del Monumento, transformó el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí en aspectos básicos como avanzar en su organización profesional -incorporando personal cualificado de los cuerpos de facultativos de museos-, dar relevancia a la colección como parte de los fondos de un museo que tenía la consideración de nacional o crear una biblioteca especializada.

También en avanzar en la documentación exhaustiva de su colección a través de la fotografía y del registro, aumentar la información accesible para el público para facilitar la comprensión de lo expuesto, crear un taller de restauración, incrementar el personal de vigilancia y la protección de los bienes expuestos.

Bajo su dirección se actualizó el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí, creado en 1947, a las necesidades de su tiempo, con rigor y también con los escasos medios existentes por entonces. En 1987, Garín cedió la dirección a María Paz Soler Ferrer, conservadora de museos, incorporada al centro como parte de su acción profesionalizadora.

A partir de entonces se centró en la dirección del Museo de Bellas Artes de Valencia y asumió nuevos retos en el ámbito de la cultura. Gran experto en la gestión de instituciones culturales, en conservación y restauración y en la obra de Joaquín Sorolla.

Desde el Museo Nacional de Cerámica destacan que era una persona «de trato franco, entregado a su profesión y humano, que dejó una profunda huella entre quienes tuvimos el honor de trabajar con él». Desde el Museo deseamos expresar nuestro profundo pesar a sus familiares y allegados. Descanse en paz.»

Por su parte, el Museo Nacional del Prado destacó en su mensaje de pésame la importancia de la figura de Felipe Garín, director de la pinacoteca de 1991 a 1993, como «un ejemplo de dedicación, conocimiento y pasión por el arte y su divulgación».