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‘Nunca se sabe’, del artista urbano Escif y el taller de Manolo Martín
Falla Mossén Sorell-Corona 2023
El artista urbano Escif y el taller de Manolo Martín plantarán en 2023 las dos fallas de la comisión de la Falla Mossén-Corona, inspiradas por un cuento popular chino sobre la buena y la mala suerte. En líneas generales, el proyecto se centra en un enorme gato negro, símbolo universal de la buena o la mala suerte en diferentes culturas, que se ubicará en el cruce de la calle Corona con Guillem de Castro.
La comisión fallera de Mossén Sorell-Corona vuelve a ofrecer su plaza para marzo de 2023 a uno de los artistas que ya pasaron por la demarcación del Carmen y abrieron nuevos senderos de innovación fallera. Fue en 2015 cuando Escif, ayudado por la propia comisión y varios colaboradores, recreó todo lo que no era una falla y cohabitaba el espacio público durante las Fallas (coches, bicicletas o contenedores de basura) bajo el título ‘Todo lo que sobra’.
Ocho años después de su paso por Corona, la comisión apuesta nuevamente por un proyecto del artista. Cabe recordar su popularidad durante las Fallas 2020, primero ser el autor de la falla municipal, y segundo por no poder rematar la obra y tener que quemarla «a puerta cerrada» debido a la declaración de pandemia mundial en aquellos días. La denominada «Meditadora», figura central de la falla, pasó al recuerdo colectivo por esta circunstancia de «mala suerte».
La futura Mossén Sorell-Corona de 2023 está inspirada en un cuento de tradición popular china que habla de acontecimientos que se desean y luego ocurren, o no. La buena y la mala suerte dan como conclusión una premisa irrefutable: ‘Nunca se sabe’.
Este lema ha aparecido durante los últimos meses en pinturas murales que el propio Escif ha plasmado en la ciudad, hilando el proyecto que culminará con la falla Corona, y que tendrá forma de gato negro. “Porque en diferentes momentos de la historia y culturas el gato se ha asociado con la suerte, y ese es en sí el proyecto: un enorme gato negro a punto de atravesar la calle Guillem de Castro en el preciso instante en el que va a cruzarse con nuestro camino”, señala Escif.
Esta idea fue pensada por Esfic inicialmente para optar a la falla municipal de 2018, pero resultó finalmente descartada sustiyéndose por la meditadora. Seis años después, el proyecto verá la luz en la que es considerada la plaza más vanguardista de la fiesta, y que en los últimos años ha contado con trabajos de Estudio Yinsen, Miguel Hache, Isidro Ferrer, Fermín Jiménez Landa, Ibán Ramón, Dídac Ballester o Javier Jaén, entre otros.
Por su parte, la falla infantil será un maneki-neko, uno de los famosos gatos nipones. Siguiendo con la idea de falla integral, que unifica falla grande e infantil, Escif propone un cadafal infantil que hable de lo contrario a la mala suerte: un maneki-neko articulado, como juguete e icono de la buena fortuna de diversas clases según su color.
“Precisamente el negro es el gato que atrae la felicidad y ahuyenta las malas energías”, explica Escif. Por lo tanto, ambas fallas serán negras, con simbolismos contrapuestos, entre la buena y la mala suerte. El gato, adoptará dos posiciones mediante un brazo móvil, que hará las veces de oráculo ante las preguntas que puedan hacer los visitantes.
Escif es una artista valenciano, activo en el arte urbano desde la década de los 90. Sus pinturas murales ironizan con los desafíos del capitalismo, las transformaciones sociales y la justicia social. En los últimos años ha intervenido en ciudades como París o Shanghái y en proyectos tan prestigiosos como Dismaland (Inglaterra) junto a Banksy, un artista urbano de gran renombre en el mundo.
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