Museu d'etnologia

#MAKMAArte
‘Univers d’Imatges. Col·leccions fotogràfiques de L’Etno’
Museu Valencià d’Etnologia
C / Corona, 36. València
Del 27 de octubre de 2020 al 13 de febrero de 2022

El símbolo de la Sankofa, del pueblo akan, nos muestra un pájaro que vuela pero que tiene el cuello girado hacia atrás, que representa metafóricamente la importancia de aquello que está detrás, el pájaro vuela y sigue su camino sin perder de vista lo que deja detrás. Aspiramos a una sociedad que pueda volar como el pájaro de Sankofa, siempre con un ojo mirando hacia atrás.

La exposición ‘Univers d’Imatges. Col·leccions fotogràfiques de L’Etno’, que acoge el Museu Valencià d’Etnologia hasta el 13 de febrero de 2022, presenta al público por primera vez una parte de su archivo fotográfico. La exposición muestra un total de 250 fotografías pertenecientes a 12 colecciones de los fondos del museo y se ha planteado con el objetivo de separarse de los formatos clásicos de este tipo de exposiciones de ámbito histórico y archivístico.

La exposición está planteada con dos objetivos. Por un lado, reflexionar sobre la memoria, en un sentido antropológico, de construcción, de uso y de necesidad para el fortalecimiento de las comunidades. “Nos acerca a los valencianos a épocas distintas, nos permite valorar, vivir y sentir mediante la imagen esas sensaciones de épocas pasadas de nuestro territorio, de su configuración y de las actividades que hemos desarrollado”, apunta Pau Monteagudo, comisario de la exposición.

Un hombre observa algunas de las fotografías de la exposición ‘Univers d’Imatges. Col·leccions fotogràfiques de L’Etno’. Imagen cortesía del Museu Valencià d’Etnologia.

Por otra, trabajar la idea de archivo como servicio capital para construir memoria colectiva, y más concretamente, la memoria visual. En este sentido, el archivo se convierte en herramienta de resistencia en un mundo donde las comunidades luchan constantemente para definir y redefinir sus identidades, dentro de un marco cultural más amplio, donde a menudo corren el riesgo de quedar diluidas por otras más potentes.

La muestra propone una aproximación de análisis antropológico a las fotografías fijando la atención en el contexto de creación, uso y difusión, elementos que nos ayudan a entenderlas mejor. En cada una de las 12 colecciones expuestas se pueden encontrar unas motivaciones diferentes que nos permitirán analizar cómo la fotografía es una herramienta dúctil al servicio de usos e intenciones muy diferentes. Analizar el contexto de creación ayuda a una lectura antropológica que implica examinar esta relación triangular entre el productor de las imágenes, los sujetos representados y el público que las observa.

El archivo fotográfico de L’Etno está compuesto de diferentes colecciones que representan varias temáticas, habituales en la historia de la fotografía: la fotografía científica (etnográfica en nuestro caso), la profesional, la de las instituciones, la de los aficionados y la fotografía doméstica y familiar. Un conjunto de aproximaciones que genera un gran tejido compartido que forma parte de nuestra memoria colectiva. “Reivindicamos la fotografía como un objeto cultural situado en un plano intermedio entre el arte y el documento”, señala Monteaguado.

El diputado de Cultura, Xavier Rius, observando una de las vitrinas de la exposición. Imagen cortesía de L’Etno.

La exposición se organiza en estos 5 apartados, con una introducción previa referida a la memoria donde se exponen las aportaciones artísticas de José Manuel Bellido e Isabel Bonafé, así como una breve presentación del Archivo del Museu Valencià d’Etnología.

El archivo de L’Etno que ahora se muestra nació con el propio museo en 1982, y ha incorporado a lo largo de los años material de fotógrafos profesionales conocidos y reconocidos como Paco Jarque o José Cabrelles Sigüenza, así como otras colecciones con unas especificidades diferentes, como el material de trabajo de campo del personal de conservación del muso o las interesantísimas colecciones de imágenes que crearon personajes nada conocidos como fotógrafos, como José Soler Carnicer.

La exposición está comisariada por Pau Monteagudo, técnico del archivo de imagen de L’Etno y cuenta con las aportaciones de dos artistas jóvenes que están desarrollando su trabajo a partir de la fotografía, en tanto que contenedor de memoria individual y también colectiva: José Manuel Bellido e Isabel Bonafé.

Un espacio que invita a reflexionar e imaginar como la memoria de estos usos de todo aquello que fue fotografiado continúa escondido de forma latente dentro de la materialidad misma de los soportes fotográficos antiguos. Una instalación que nos lanza preguntas sobre nuestro lugar en la inmensidad del universo y que nos invita a reflexionar sobre el misterio de la existencia.

Una pareja, contemplando algunas de las fotografías de la exposición. Imagen cortesía de L’Etno.