#MAKMAEscena
XX edición del Circuito de Creación Escénica Contemporánea
Red de Teatros Alternativos en València
Compañía Vaques, La Bella Otero y Múcab Dans (Catalunya), Diego Anido y Vacaburra (Galiza), Bárbara Bañuelos (Illes Balears), Escena Miriñaque (Cantabria), Marcat Dance (Andalucía) y Yarleku Teatro (Navarra)
Sala Ultramar, Sala Off, Teatro Círculo, La Màquina Teatre, Espai Inestable
Del 1 al 28 de diciembre de 2022
Jacobo Pallarés, presidente de la Red de Teatros Alternativos y codirector de Espai Inestable, se refirió a “la fortaleza” del Circuito de Creación Escénica Contemporánea “que lleva 20 años y al que se han presentado en torno a 800 propuestas”, de las que han salido las 22 seleccionadas en esta última edición. Lo dijo en Artea Espai, la última sala en incorporarse a dicha Red y en la que ya hay nueve salas valencianas, la mayor representación a nivel estatal, después de Madrid.
Fortaleza del Circuito y de una Red de Teatros Alternativos, nacida a su vez hace 30 años, que contrasta con la problemática derivada de lo que el propio Pallarés denominó “burocratización de la Administración valenciana”. “Creo que hemos perdido el tiempo en estos años de pandemia y post pandemia. Tenemos ahora grandes ayudas en la Comunidad Valenciana, pero la burocratización está haciendo que nos puedan colocar en mal sitio”, subrayó.
“Ese cambio de paradigma del que se hablaba no ha ocurrido y estamos exactamente igual en la Comunidad Valenciana, con más sensibilidad por parte de nuestros gobernantes, que han triplicado el presupuesto de cultura, y eso es un hecho, pero con una burocratización que lo dificulta todo”, añadió.
Eduardo Escartí, responsable de la recién incorporada Artea Espai; Sendo Klein, de Teatro Círculo; Pedro Giménez (Sala Off), y Gretel Stuyck, que, junto a Rafa Cruz, comanda La Màquina Teatre, corroboraron las palabras de Pallarés, ofreciendo sus propias experiencias en torno a esa burocratización excesiva que viene a dificultar la labor de quienes deberían centrar sus esfuerzos en la creación.
“Esa burocratización”, con lo que significa de “papeleo y trámites para rellenar una ayuda, nos ha llevado la vida y los agentes culturales nos burocratizamos porque la Administración nos obliga a ello. Dedicamos muchas más horas a la gestión, que a la creación artística”, resaltó Pallarés.
“Nosotros, por todo el papeleo del IVC (Institut Valencià de Cultura), hemos tenido que dejar de ensayar una semana la producción que estrenamos en enero y eso repercute directamente en la obra. Y luego hay administraciones y administraciones, porque el Ayuntamiento de València facilita bastante el papeleo, pero el IVC no”, abundó Stuyck.
Giménez quiso destacar la importancia de la gestión y el marketing a la hora de sacar adelante las propuestas escénicas: “Hay muchos carpinteros que son buenos carpinteros, pero que tiene que cerrar su carpintería porque no ha sabido gestionar su negocio. En el mundo artístico pasa lo mismo. Yo he visto nacer propuestas con muchísimo arte, pero a las que les faltaba conocimiento de gestión o personas que llevaran esa parte de gestión. Un artista solo con ser artista sale al mundo y se lo comen”.
Pallarés, para cerrar el asunto, apuntó en la dirección del nombre mismo del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, donde la cultura queda subsumida dentro de las otras dos grandes áreas: “En el IVC te dicen siempre que no tienen personal, que van cambiando y que parece que nadie quiere ser el técnico de las ayudas, porque es un sector muy complejo, tirano y super crítico. Necesitamos que haya una Conselleria exclusivamente de Cultura y no, como ahora, incluida en la de Educación y Deporte, de manera que no tiene la fuerza suficiente y con su propio presupuesto”.
Con respecto a los espectáculos seleccionados en la vigésima edición del Circuito, que Teatro Círculo, Espai Inestable, La Màquina Teatre, Sala Off y Sala Ultramar acogerán del 1 al 28 de diciembre, Pallarés destacó la “amplia panorámica” que ofrecen acerca de esa creación contemporánea de la que vienen haciéndose eco en cada una de las 20 ediciones.
Hay teatro y hay danza, para el público adulto y el familiar. Y las temáticas, variadas: desde las que plantean los claroscuros del éxito (‘El dios del pop’, de Diego Anido, en La Màquina, 3 y 4 de diciembre), a las que se inclinan por los objetos como depositarios de cierta memoria (‘Inventario, memoria de una aspiradora’, de Bárbara Bañuelos, en Ultramar, días 1 y 2).
También las hay que transitan por la incertidumbre de los refugiados (‘La casa más pequeña’, de Yarleku Teatro, en Círculo); el amor (‘Loco amoris’, de La Bella Otero, en Inestable); las fronteras (‘Del otro lado’, de Escena Miriñaque, en Off); el espectáculo circense (‘Ye Orbayu’, de Vaques, en Círculo); la magia y el mundo de la fantasía (‘Burbujas de papel’, de Múcab Dans, en Inestable), y la danza, mediante el programa doble ‘Adama y Duet Alanda’, de Marcat Dance, en Off.
Temáticas todas ellas que vienen a ser un escaparate privilegiado para observar las inquietudes de los creadores en tiempos siempre convulsos. A este respecto, Pallarés adelantó que tienen previsto hacer un catálogo, que saldrá en enero o febrero, con los 22 espectáculos que están en la Red de Teatros Alternativos y con una o dos propuestas de las 58 salas para poner en ese catálogo.
“De esta forma, podremos hacer un análisis de las temáticas, estilos, cuánta gente está en escena, si hay música en directo, etcétera. Servirá de análisis acerca de lo que está ocurriendo en la creación contemporánea. Tras 20 años, tienes un patrimonio y ese patrimonio está bien poder analizar”, concluyendo, en todo caso, que en una primera aproximación se puede percibir que “hay mucho trabajo de género y mucho trabajo de memoria histórica”.
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