Eduard Grau
World Watchers. Semana Internacional de Sostenibilidad
Encuentro con Eduard Grau
Moderador: Manuel Millán, fotógrafo y profesor del CEU-UCH
Universidad CEU Cardenal Herrera
Lluís Vives 1, Alfara del Patriarca (València)

“Ser director es muy difícil. Debes tener mucha energía y pasión”. Así lo cree Eduard Grau, director de fotografía de películas tan sobresalientes como ‘A Single Man’ (2009), de Tom Ford; ‘Quién te cantará’ (2017), Carlos Vermut; ‘Boy Erased’ (2018), de Joel Edgerton, o el videoclip de Lady Gaga ‘Born This Way’ (2011), de Nick Knight. Tras la reproducción de tres fragmentos de sus diferentes trabajos, Grau fue desgranando algunos aspectos de su trayectoria fílmica en una conferencia en la Universidad CEU Cardenal Herrera, dentro de su semana de la sostenibilidad.

Desde la temprana edad de 12 años, Grau supo que se quería dedicar al cine, aunque no fue hasta su primer rodaje cuando notó que ser director no le interesaba, porque no deseaba trabajar con “tanta bullshit”, haciendo referencia a la carga emocional y de trabajo que suele tener ese rol en la profesión cinematográfica.

Eduard Grau. Imagen cortesía de Manuel Millán.

No obstante, al mismo tiempo, él notaba cómo su interés por la figura del director de fotografía crecía. Y lo explicó así: “Es el eje vertebrador. La cámara siempre está en el centro. Es el principio de todo”. Teniendo en cuenta sus palabras y su trayectoria, podemos llegar a la conclusión de que su mirada posee una delicadeza especial, al tratar los planos con cariño y sumo cuidado, y donde una luz es más que una mera iluminación.

Tenía 18 años cuando comenzó sus estudios profesionales en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC): “Donde más he aprendido”, destacó. Cuando menciona su experiencia allí, se escucha en su voz el afecto que siente por aquella época de su vida. “Trabajar con un grupo de personas con afiliaciones parecidas, que además tienen ganas, te marca”. Fue donde descubrió su amor por el cine, la idea de hacer que un proyecto crezca, ayudar al director, al tiempo que entendió que nunca podría llevar un trabajo de oficina.

De estos años surgió uno de sus mejores cortometrajes (“perfecto en su concepción”, recuerda), ‘La ruta natural’(2004), de Álex Pastor, debido al cual fueron nominados como Mejor Cortometraje en los premios Goya de 2006.

Eduard Grau. Imagen cortesía de Manuel Millán.

Su siguiente paso fue ingresar en la Escuela Nacional de Cine y Televisión (NFTS) de Inglaterra, donde no encontró la misma esencia que en su anterior institución, pero sí halló la posibilidad de ser escogido para trabajar en un piloto de una serie de la BBC. Este fue uno de los primeros desencadenantes de su larga trayectoria.

Aunque el acontecimiento que más le cambio la vida fue la experiencia de trabajar con Tom Ford. “Es curioso cómo fue”, dice entre risas. La anécdota que cuenta se resume en la conocida frase de que hay que estar en el lugar correcto y en el momento oportuno.

Y así fue. Lo que comenzó como un encuentro espontáneo en la cola de un cine con una mujer, terminó siendo su mejor vivencia. Al tiempo de conocerla, le llegó una llamada de la productora de Ford, desesperada en busca de un director de fotografía que tuviera algo diferente a lo que podían ofrecer aquellos que se encontraban en Hollywood. Alguien con esencia de cine europeo. Grau, en este sentido, comentó que para combatir sus nervios utilizó como lema la exclamación: “¡Edu, ve a por ellos!”.

La experiencia con Tom Ford fue genuina. Su forma de tratar en ciertas ocasiones lo llevó a algunos enfrentamientos, porque Eduard Grau le hablaba sin tapujos y de manera honesta: “Es alguien que está acostumbrado que le digan a todo que sí”. También explicó que el director de ‘A Single Man’ es “un visionario” y que sus proyectos son “una maravilla”.

Eduard Grau, en pantalla, durante su encuentro en la Universidad CEU Cardenal Herrera, moderado por Manuel Millán. Imagen cortesía de la institución universitaria.

Cuando comenzó la ronda de preguntas, la naturaleza de su personalidad salió a relucir: “Yo soy un tío un poco loco y un poco cuerdo”, asociándolo con la vitalidad que le obliga a tener su profesión. En el momento en que le preguntaron por cuál había sido la película que más problemas le había dado a la hora de plasmar la atmósfera deseada por el director, respondió que prefería perder el pelo a no arriesgar: “Cuando arriesgamos solemos ganar”.

Aunque puestos a mencionar alguna, se decantó por ‘Buried’(2010), de Rodrigo Cortés, la cual transcurre en un ataúd. En ella utilizaron película de 35mm y rodaron con dos cámaras en un espacio muy reducido. No es solo eso lo impactante, sino que las únicas fuentes de luz que vemos en el largometraje son un móvil y un mechero.

Al final del día, una película es la unión de la creatividad y el esfuerzo de muchas personas: “Para hacer un buen plano tienen que coincidir 100 buenas decisiones”, resaltó. Otra de las preguntas que surgieron fue acerca del cambio que había ejercido Internet y las plataformas en la forma de hacer cine. A su juicio, se estaba perdiendo el carácter poético de la creación cinematográfica. No obstante, subrayó que era hasta un milagro que, después de 120 años, se continuara viendo cine. Asimismo, señaló, con cierto aire cómico, la obsesión que tienen las plataformas de streaming por la calidad de imagen, el 4K.

Ser director de fotografía es una profesión que requiere la pasión aludida por el propio Eduard Grau, además de una mirada detallista y sensible de la vida, que, sin duda, adornan su trabajo. Como espectadores reconocemos en su cine una mezcla de sensaciones, y en el que, hasta las imágenes más simples, dan cuenta de la historia. 

Eduard Grau, en primer término, durante un rodaje. Imagen cortesía de Manuel Millán.

Luna Rotelle