‘Macho Man’, de Àlex Rigola
Una coproducción de Heartbreak Hotel, Titus Andrònic S.L, Temporada Alta 2018, Teatros del Canal y Festival 10 Sentidos
‘Bestias’. Festival 10 Sentidos
Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC)
Museu 2, València
Hasta el 19 de mayo de 2019

El Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) acoge, hasta el domingo 19 de mayo de 2019, ‘Macho man’, del dramaturgo Àlex Rigola, propuesta que forma parte de los contenidos del Festival 10 Sentidos, cuya octava edición se formula a través del lema ‘Bestias’, tal y como sus directoras, Mertixell Barberá e Inma García, avanzaban en nuestros Desayunos MAKMA del pasado 1 de mayo.

La coreógrafa Alicia Herrero y el director de escena Àlex Rigola durante la presentación a los medios de ‘Macho Man’ y ‘Mujeres que bailan’. Fotografía: Merche Medina.

Tras implementar obras como ‘Who is me. Pasolini (Poeta de las cenizas)’, ‘Vania’ o ‘Un enemigo del pueblo’–entre otras propuestas de su dilatada y fecunda trayectoria– el director catalán recala en Valéncia con la pieza ‘Macho Man’, una pujante instalación escénica que ya hubo cobrado morfología en los Teatros del Canal de Madrid o en el Teatro Municipal de Girona, con motivo del Festival Temporada Alta 2018, cuya premisa y pretensiones procuran situar el acento sobre el machismo extremo y su consiguiente violencia homónima, con el fin de solidificar una radiografía y exhortar a una toma de conciencia de hombres y mujeres, en tanto que testigos individuales y subjetivos frente a una problemática social y transversal, ramificada en todos los ámbitos del universo consuetudinario personal y profesional.

El caso de La Manada protagoniza uno de los habitáculos de ‘Macho Man’. Fotografía: Merche Medina.

Para ello, ‘Macho Man’ –cuyo espectáculo-instalación de teatro-documento será ultimado el próximo domingo 19 de mayo con el proyecto de danza social y comunitaria ‘Mujeres que bailan’, de la coreógrafa y pedagoga Alicia Herrero, protagonizado por víctimas de violencia de género– propone un recorrido dirigido por doce salas o habitaciones sucesivas, por las que un grupo de seis personas (tres mujeres y tres hombres) deben transitar y ser, en determinados momentos, sujetos activos, bien registrando respuestas ante una interrogante judicial o interactuando, vis a vis, frente a otro espectador (habitalmente del sexo opuesto) en una sala que emula los locutorios penitenciarios (principal y más reseñable hallazgo de la instalación).

Diversos espectadores participando vis a vis en una de las salas de ‘Macho Man’. Fotografía: Merche Medina.

De este modo, aquellos que participan en su devenir escénico –cuyo espacio ha sido perfilado por el escenógrafo Max Glaenzel– deben situarse frente a piezas de arte, objetos/testimonio, veredictos epatantes, transcripciones judiciales, turbadores dibujos infantes, iracundos y sanguinolentos clips de videojuegos, retratos anónimos de víctimas y locuciones de mujeres damnificadas, datos estadísticos y penumbra; una composición inspirada en las casas de muñecas decimonónicas, cuya estructura contemporánea se torna horizontal y discursiva y cuyos mimbres estilísticos pueden otearse desde un punto elevado del itineriario (cuestión que auxilia a refrendar el notable e interesante montaje).

‘Love me’ sobre la techumbre instalativa de ‘Macho Man’. Fotografía: Merche Medina.

‘Macho Man’, que cuenta con el asesoramiento de la psicóloga experta en violencia machista Alba Alfageme Casanova, solidifica gran parte de su apuesta proposicional mediante la visita concertada de numerosos IES, cuyos alumnos (mayores de 15 años) serán quienes deban dotar o rubricar, verdaderamente, las razones y objetivos de esta instalación escénica, en tanto que jóvenes en plena formación y, por tanto, susceptibles de enfrentarse emocional y reflexivamente a un tema tan delicado como precariamente tratado en profundidad desde los fundamentos y léxicos artísticos, es decir, más allá del epidérmico discurso admonitorio o las someras fórmulas bienintencionadas.

Proyección audiovisual dentro del recorrido de la instalación ‘Macho Man’. Fotografía: Merche Medina.

Jose Ramón Alarcón