El Museo de Bellas Artes se viste de diseño, seda y flores para conmemorar el arte valenciano

#MAKMAArte
Exposición ‘Diseño, seda y flores’
Museo de Bellas Artes de València
Sant Pius V, València
Hasta el 11 de septiembre de 2022

Llega al Museo de Bellas Artes de Valencia la exposición ‘Diseño, seda y flores’ sobre la relación que durante los siglos ha habido entre la pintura de flores y los tejidos de seda que tan populares son en tierra valenciana. La sala de exposiciones del museo se llena de exquisitos bodegones a rebosar de flores, naturalezas muertas, sedas, espolines y vestimentas históricas.

La exposición busca poner en valor el trabajo artesanal que, ya en los siglos XVIII y XIX, gracias al excelente trabajo de los artesanos y los diseñadores de las flores hizo de las sedas valencianas un referente en todo el mundo. A día de hoy el proceso continúa prácticamente invariable siendo casi por completo manual.

A lo largo del recorrido vemos cómo evoluciona la representación de las flores y ornados tanto en lienzo como en la tela, desde su representación por separado hasta el modo en que se fusionan. La exposición llega este año por el deseo del museo de contribuir a la capitalidad mundial del diseño a través de un arte valenciano poco conocido y que, sin embargo, es inmensamente importante en la historia de Valencia.

El director del Museo de Bellas Artes de València y comisario de esta exposición, Pablo González Tornel, ha indicado que “el Museo de Bellas Artes de València ha querido contribuir a la capitalidad mundial del diseño a través de esta exposición, que ofrece al público una parte de la historia del arte valenciano poco conocida y, al mismo tiempo, permite enlazar las obras de arte con la cultura material y las artesanías que forman parte de nuestro patrimonio cultural”.

Además, la exposición tiene por objetivo difuminar la relación entre arte y artesanía. Busca defender esta representación como arte frente a aquellos que opinan que una obra sencillamente por el hecho de ser múltiple, artesanal y distribuirse deja automáticamente de ser arte, etiquetado como baja cultura y desplazado a un lado. Según González Tornel: “No hay que distinguir entre qué manifestaciones de arte son mejores o peores como para exponerse en un museo, sino qué criterios hacen que una obra tenga cabida en uno, su calidad”.

La exposición se concibió en torno a los cuadros que se pensaban emplear y, con estos, se escogió las demás piezas, vestidos de la colección de Victoria Liceras, polisones del taller Garín de Moncada y estudios en papel de los dibujos que se llevarían más adelante a la seda.

Entre los lienzos hay ejemplos de pintura flamenca de los siglos XVI y XVII, bodegones y floreros valencianos del Barroco con una altísima calidad, el cuadro de ‘Figuras de casacas jugando en un jardín’ de Sorolla y ‘Floreal’ de Pinazo, cedido por el museo del Prado, en el que se muestra a cinco figuras ataviadas con trajes típicos valencianos. Y es que esta es una exposición con capacidad para apelar a los valencianos mostrando la evolución que han tenido las vestiduras tradicionales que aún pasean por sus calles durante sus fiestas.

Asimismo, si por algo se caracteriza el Museo de Bellas Artes de Valencia es por el cuidado que ponen en los discursos que acompañan a las piezas y guían las exposiciones. Al fin y al cabo, la democratización del arte no viene con lo que se cuenta sino con cómo se cuenta y por ello desde el museo se intenta siempre que sus exposiciones puedan ser comprendidas por todo tipo de personas.