Dalí. Metamorfosis

#MAKMAArte
‘Dalí-Metamorfosis’
Comisario: J. Óscar Carrascosa
Museo de Bellas Artes Gravina (MUBAG)
Gravina 13-15, Alicante
Hasta el 5 de mayo de 2024

En toda su singularidad, la figura de Dalí, siempre problemática, creó un punto de inflexión que reflejaba los cambios que se venían produciendo en los artistas del siglo XX. Uno de esos cambios más singulares es, quizá, el hecho de no dejarse llevar por la representación del natural, sino en querer ir más allá de aquello que simplemente puede observarse. Esto lo demuestra en sus conocidas pinturas, pero también en el resto de sus creaciones.

Según Ernst Gombrich, “el procedimiento de Dalí de dejar que cada forma represente varias cosas a la par concentra nuestra atención en los muchos sentidos posibles de cada color y cada forma, de manera muy semejante a la del feliz equívoco que nos hace advertir la función de las palabras y su sentido.”

No es de extrañar que las corrientes freudianas hicieran mella en aquellos jóvenes surrealistas que en 1924 firmaban su ‘Primer manifiesto’. Coincidiendo con la celebración de su publicación, el Museo de Bellas Artes de Alicante (MUBAG) presenta una muestra que se centra en la transformación dada en los trabajos más literarios y en referentes de su contexto histórico.

Esta muestra podría ser singular por ser la única que se ha celebrado con obra exclusivamente de Dalí en la provincia, pero, en realidad, lo es por el ambiente conseguido y la capacidad de establecer un diálogo con la ciudad, gracias a la serie de imágenes de la entrevista que Pirula Arderius realizó a Dalí y que documentó el fotógrafo Perfecto Arjones.

Dalí-Metamorfosis’ ha sido posible gracias a la cesión temporal de obras por parte de centros como la Fundación María José Jove, el Museo de Montserrat o la Fundación Amyc-Fran Daurel, entre otros. Además, ha sido fundamental la colaboración del Museum of the City of New York, la British Library o la Fundación Archivo Manuel de Falla. Un total de 250 originales componen una exposición monográfica comisariada por J. Óscar Carrascosa, cuyo montaje ha sido especialmente diseñado adaptándose a la temática y a los espacios del museo.

La muestra se divide en diferentes secciones y comienza con ‘La belleza oculta’, que incluye los óleos ‘Madonna con Rosa Mística’ y ‘Las pirámides de Gizeh’. Esta sección continúa con una serie de obras de la colección privada de Josefina Cusí, hija del célebre farmacéutico Joaquín Cusí (tío y protector del artista). Numerosos bocetos y dibujos preparatorios nos ayudan a hacernos una idea de su proceso, sobre todo en aquellos trabajos relacionados con el papel: xilografía, acuarela o grabados de punta seca. Un gran bastidor nos acerca a esa sensación de taller, de construcción…

Mientras, nos vamos adentrando en el mundo más profundamente surrealista del autor, donde una gran Alicia nos da la bienvenida. A través de este personaje y de su contextualización centrada en la recuperación que Breton hizo de ‘Alicia en el País de la Maravillas’, de Lewis Carroll, Dalí sitúa a su personaje como paradigma de la representación de la metamorfosis.

No es de extrañar, por ejemplo, que aquellos surrealistas quedaran fascinados con los audiovisuales que se pueden ver en la sala, en concreto el de Cecil Hepwoth y Percy Stow, de 1903, y la posterior adaptación del clásico de Edwin S. Porter, fechada en 1910. Siguiendo con la temática, los grabados de John Teniel se contraponen con las xilografías de Dalí, fechadas casi todas alrededor de 1969. También se pueden observar litografías de Max Ernst que revelan esa influencia de Carroll en el conjunto de los surrealistas.

Continuando con la guía literaria, Dalí interpreta ‘La Divina Comedia’, al principio gracias a un encargo y, más tarde, por su propia cuenta. Dibujos y estampas se suceden reflejando su forma de aunar clasicismo, misticismo e interpretación de los textos. El color rojo de las paredes nos lleva a ese infierno, a esa obra revolucionaria que explicó una nueva forma de pensamiento que surgía en aquel momento.

Hacia el final de la muestra, las dudas que pudieran quedar sobre su interés hacia la literatura se despejan con ‘Amores de Casandra’. Con 12 años, Dalí dibujaba cuentos para su hermana enferma y, solo dos años más tarde, ilustraba en el semanario infantil más popular de Cataluña. Esta ágil facilidad se debe a su formación académica con el profesor Juan Núñez en la Escuela Municipal de Dibujo de Figueres, a cuyas clases volverá en 1923, tras haber sido expulsado de la Academia de San Fernando.

Aunque el dibujo parece ser el medio que dominaba y que hacía servir para sus experimentaciones, el conjunto de grabados a punta seca que interpreta de la obra de Ronsard o los derivados de ‘El Sombrero de los Tres Picos’, de Pedro Antonio de Alarcón, demuestran la capacidad para generar una imagen visual muy personal que siguió desarrollando en otras publicaciones. Por ejemplo, al ilustrar libros como ‘La verdadera historia de Lidia de Cadaqués’, de Eugeni d’Ors, o ‘Balada del sabater d’Ordis’, de Carles Fages de Climent, cuyo epílogo también escribió el autor.

Así, ‘Dali-Metamorfosis’ se fundamenta en la obra plástica del artista para que nos adentremos y comprendamos mejor su manera de entender el arte. Desde una amplia visión de las artes plásticas, esa que aplicaba a cualquier mínima acción de su día a día, inferimos en una parte de su capacidad de análisis, de observación y, sobre todo, de jugar con los elementos a su alrededor. Independiente de si su figura es controvertida o no, queda patente la calidad artística que desprende en casi todas las facetas de su vida, no siendo extraño que, como buen representante surrealista, también nos desconcierte a la par que nos asombre.