Ernesto Casero, "Micropaisaje II", 2011 lápiz carbón sobre papel 120x200 cm. Imagen cedida por pazYcomedias.

Colectiva. Ernesto Casero, Ruth Morán, Fernando M. Romero y Anna Talens

Galería pazYcomedias
Pl. Colegio del Patriarca,Valencia 5 bajo  dcha.
Inauguración: martes 26 de marzo a las 20 h.

 

La obra que Ernesto Casero (Valencia, 1977) nos muestra en esta ocasión, aborda
una serie de cuestiones en las que viene trabajando los últimos años. Los límites
entre las habituales distinciones orgánico/inorgánico, natural/artificial,
realidad/ficción, representación/representado o entre los diversos medios expresivos
se abordan como permeables, provocando diferentes interpretaciones llenas de
matices que indagan en la relación de la obra con el espectador. La exploración
formal de estos trabajos, por otro lado, se diversifica por ramificaciones en
las que resuenan otro tipo de alusiones paralelas, como la representación de lo
infinitamente pequeño (microfotografía), la pintura abstracta más reciente o la
ciencia-ficción.

Fernando M. Romero (Cordoba, 1978) es pintor de una belleza llena de suspense,
incluso se podría decir que es un pintor de lo decorativo, algo que en su arte
no queda relegado a un mero ornamento – al contrario, la decoración forma en sus
cuadros la excusa para llegar a construcciones con contenido y significado
complejos. De esta forma se convierte en parte integral de una forma de razonamiento
visual que seduce al espectador a interpretar lo representado como el punto de
partida de un juego sensual e intelectual. Este juego – también se podría hablar
de una performance o representación – parece desarrollarse en una especie de
escenario o ante un telón de fondo que Romero construye mediante un uso metódico
del montaje pictórico. El guión de este juego o representación se centraría así
sobre todo en los fenómenos de percepción y realidad, de representatividad espacial
y pictórica y en sus cualidades ilusionistas.

En la obra de Ruth Morán (Badajoz, 1976) la sutileza gráfica y el gesto personal
se esconden bajo una estructura sólida de carácter, a priori, insondable. No
obstante, ese hermetismo es un espejismo que puede desvelar, no sin dificultad,
la intensa complejidad de estas obras que irradian un caos ordenado, una
determinación compositiva que aboga por transmutar en el rectángulo bidimensional
dos líneas de actuación divergentes, de un lado un expresionismo vital, donde
el trazo compulsivo evoluciona en un recorrido aparentemente arbitrario…, y de
otra parte la consolidación de una geometría no visible que soporta el entramado
irregular de las formas.Un estudio concienzudo que no posibilita la obra espectacular
y única, por el contrario, su obra es coral…, debemos observar detenidamente el
discurso completo de su identidad creativa en la totalidad, pues la artista se
rige por la práctica metódica del análisis estructural, y no por la anécdota
sensaciona lista del efecto casual.

La obra de Anna Talens se mueve entre el poder expresivo del propio material y
la evocación de emociones y sentimientos cotidianos. Sus esculturas resultan de
la unión de objetos encontrados con partes manufacturadas. Los materiales escogidos
cuidadosamente, ya sea por su antigüedad o por su procedencia, se encuentran en
el espacio del estudio de la artista. Los híbridos resultantes de este juego
emanan, gracias a su ligereza, delicadeza y sutileza, una sensación de paz que
atrae al espectador que, inmerso en un mundo que se mueve velozmente, se reencuentra
con un extraño sosiego. En sus piezas recurre a la utilización de tejidos de
seda, cobre o vidrio, entre otros materiales, siendo cada uno de sus objetos el
resultado de la construcción de un lenguaje propio que va definiéndose con cada
experiencia.

Anna Talens "Criatura abisal pequeña (dorado-cava)", 2012 cristal y cobre 13x30x25 cm. Imagen cedida por pazYcomedias.