Broker

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Broker
Escrita, dirigida y editada por Hirokazu Kore-eda
Premio al mejor actor en el Festival de Cannes 2022, Song Kang-ho
Intérpretes: Lee Ji-Eun, Song Kang-ho, Gang Dong-won, Bae Doona, Lee Joo-Young
Corea del Sur (2022)
129 minutos

A veces, cuando la vida nos golpea más fuerte de lo que esperamos, llegamos a plantearnos muchas cosas. Es entonces cuando se nos ocurre pensar qué hubiera sido de este mundo si nuestra existencia no hubiera ocurrido, tal y como sucede en la película de Frank Capra ‘¡Qué Bello es Vivir!’ (1946). En esos instantes, nuestra poderosa mente nos hace la pregunta clave: ¿Debería haber nacido?

‘Broker’ (2022), de Hirokazu Kore-eda, no nos hace evaluar nuestras vidas, ni plantearnos lo que nos espera fuera de la sala de cine, simplemente nos muestra la crudeza de una realidad tan cotidiana como escuchar el camión de la basura o los petardos en las semanas navideñas.

No es plato de buen gusto el tema del abandono de bebés y el consabido mercado negro que existe a la hora de la venta de seres humanos. En esta cinta, no se nos muestra ese lado sórdido y deshumanizado, aunque en la primera secuencia de la película pueda parecer que vaya en esa dirección, ya que nos muestra una ciudad vacía de gente, unas escaleras y una tormenta que desata la lluvia de forma torrencial- todos los elementos para que el drama arranque-.

Fotograma de ‘Broker’, de Hirokazu Kore-eda.

Así, una mujer con la cabeza cubierta deja un bebé a la puerta de una ‘baby box’ (un lugar para el abandono de bebés) de una iglesia. De esta manera, observamos y nos integramos en el espacio que el director Hirokazu Kore-eda (1962) abre ante nuestros ojos para que nos sumerjamos en la historia que nos pretende relatar.

Y lo consigue a la perfección. Con la ayuda de un guion sólido, que no se resquebraja a lo largo de la cinta, hace que el espectador –sin querer- empatice con esos personajes que, al fin y al cabo, lo que andan buscando es dinero a cambio de vender un recién nacido.

Por otro lado, vemos la otra cara de la moneda, la investigación policial. Una inspectora y su joven compañera persiguen a los traficantes de bebés por toda Corea, dando lo mismo si van a la vuelta de la esquina o a la otra punta del país; la persecución es parte fundamental de la historia, pues sin ella no tendríamos el aliciente necesario y el espectador jamás vería correr un peligro real a esos delincuentes.

Pero a medida que la historia avanza y vamos conociendo más a cada uno de los traficantes, no podemos desearles ningún mal, aunque en el fondo de nuestras almas sepamos perfectamente lo que están haciendo.

Y es en este punto donde la magistral dirección de Kore-eda envuelve cada situación en un aura espiritual, donde el bien y el mal tan solo son unas palabras que apenas poseen un significado propio en el universo en el que nos estamos moviendo.

Esta no es una película en la que se deba juzgar. Como dice Hirokazu Kore-eda, “quería que el mensaje de la película fuese: es bueno haber nacido. Por eso, ‘Broker’ es una película sobre la vida”.

La cámara y el guion no juzgan a los personajes, tan solo nos muestran cómo, con esa humanidad que tan solo el director japonés sabe poner encima de la mesa, es capaz de involucrar al espectador de tal manera en la cinta que este sea partícipe en la historia sin ser un personaje más. Sin olvidar, no obstante, que el papel es el de mero observador, haciéndolo desde todos los prismas posibles. De esta forma, el director nipón nos hace entrar en la cinta siendo observadores, pero a la vez viviendo la historia del bebé y sus acompañantes.

Song Kang-ho, en un fotograma de ‘Broker’, de Hirokazu Kore-eda.

No podemos pasar por alto la interpretación del trío protagónico, puesto que pasan de ser extraños a formar una familia, sin apenas darse cuenta de lo que les está ocurriendo. Les seguimos en sus vivencias mientras buscan a esos candidatos perfectos para ser los padres de la criatura, sin enterarse que son ellos los que deberían criar, educar y vivir con el bebé que, en cada momento de la cinta, llevan en brazos, o le cambian el pañal, o le dan de comer.

Y por la interpretación del personaje de Sang-hyeon, al surcoreano Song Kang-ho (1967) -que recordaremos de la multipremiada ‘Parásitos’ (Bong Joon-ho, 2019)-, le valió el premio a mejor actor en el pasado Festival de Cannes. En fin, siempre es difícil encontrar la familia perfecta, pero más difícil es decir adiós a la familia que se crea de la nada.

Broker
Fotograma de ‘Broker’, de Hirokazu Kore-eda.