#MAKMAEscena
‘La vida es breve’
Antonio de Verónica y Saray Cortés
Teatro Castelar
Jardines 24, Elda (Alicante)
Sábado 4 de octubre de 2025, a las 20:00
“La vida es breve…, pero el arte lo remedia”, proclaman Antonio de Verónica y Saray Cortés en la presentación de su nuevo espectáculo, un homenaje a clásicos de la música de muy distintos estilos y procedentes de épocas diferentes. Está el flamenco de raíz, por descontado, pero también recreaciones pop como la pieza ‘Los gitanos’, de Paul Mauriat, el virtuosismo de Sarasate y su zapateado, tan afín al estilo de los bailaores flamencos, o Falla y su ‘Vida breve’, que da título a la propuesta.
El espectáculo, que la compañía flamenca presenta este sábado 4 de octubre en el Teatro Castelar de Elda, combina piano, cante y baile. Del teclado se encarga el malagueño Juan Carlos Carranque, con una destacada trayectoria dedicada a la fusión entre flamenco y jazz.
Del cante se ocupa Rosana la Debla, que también se marca algún número de baile, pero el grueso de la función recae sobre Antonio de Verónica, intenso en el zapateado y el manejo de las piernas, Saray Cortés, que es una fuerza de la naturaleza en todos los frentes, y su hijo Azael Cortés, quien, pese a su corta edad, da buenas muestras de seriedad, rigor, intensidad y presencia escénica.
“Entre todas las artes, la música y la danza son dos disciplinas que tienen la capacidad de emocionar sin idiomas ni tiempos”, explica la compañía. Pero dentro de la música, el flamenco destaca como un “lenguaje universal que traspasa culturas y fronteras”.

“El flamenco es la música más rica y más poderosa, la más completa. Puede hacer cualquier cosa y fusionarse con todo”, explica Antonio de Verónica en conversación con MAKMA. Y esa idea de fusión está en la raíz de un espectáculo como ‘La vida es breve’. Junto a otra: la de homenaje a los maestros de los que hemos aprendido y que tanto han contribuido a lo que somos.
“Se trata de rescatar a los grandes clásicos para que los nuevos artistas no se olviden de sus raíces”. Y entre esas raíces están Falla, Lorca, Morente, Sarasate…, que integran el repertorio que da cuerpo al último espectáculo de la compañía.
“El baile es una forma de vida que nos lleva a los espacios más bonitos y nos hace sentirnos libres”, explica Antonio De Verónica. “Tú no eliges el flamenco. El flamenco te elige a ti. En el momento en el que te llega el mensaje de la música al corazón, eres capaz de comunicarlo y transmitirlo al público”. Porque, a su juicio, “en el arte no hay fronteras, hay corazones y afinidades”.
La trayectoria de la compañía que forman Antonio de Verónica y Saray Cortés acredita una constante labor de búsqueda y el afán de adentrarse en territorios nuevos, sin renunciar nunca a la base del flamenco de raíz tradicional. “Siempre estoy en busca de algo diferente, de nuevos campos de expresión”, explica el bailaor malagueño. Prueba de esa inquietud fue también su espectáculo dedicado a Miguel de Molina “porque la copla es algo muy importante y no debemos dejar que se pierda”.
“Cada artista es una inspiración”, asegura. Y, así, de Lorca destaca “la libertad” y de Sarasate “la afinidad que he encontrado con él en el zapateado. Esas teclas que se te clavan en el alma”.
De hecho, esa pieza, el ‘Zapateado’, que brinda a De Verónica una oportunidad para el lucimiento en uno de sus mejores registros, pero también es destacable la recreación de ‘La vida breve’ de Manuel de Falla, con protagonismo de Saray Cortés, como en ‘Los gitanos’ de Paul Mauriat, probablemente la obra que más se aleja de la musicalidad flamenca clásica, y la más pop del programa. Una especie de excursión turística a un mundo idealizado que evidencia la gran influencia que esta música tiene en el mundo.
La fuerza de Saray Cortés, su intensidad torrencial, la elegancia de su gesto y el virtuosismo de su arte merecen ser destacados. Especialmente impactante es un número en el que, a la dificultad propia de un taconeado ambicioso y exigente, suma la maestría en el manejo de las castañuelas de forma simultánea.
Pero en el repertorio aparecen también el ‘Anda jaleos’ y ‘La leyenda del tiempo’, de Federico García Lorca, unas alegrías de Cádiz que buscan evocar a Chano Lobato, una malagueña o algunos temas del repertorio de El Sali y La Salinera, patriarca y matriarca del clan familiar y figuras motivacionales. “La Salinera era mi suegra y ha sido una luz inspiradora. Pureza, arte, belleza… Una mujer poderosa que lamentablemente nos dejó hace un año”, explica Antonio de Verónica.

La dimensión familiar del flamenco, la fuerza del clan, es muy visible en este espectáculo, y muy especialmente en el ‘Fin de fiesta’, que evoca a las zambombas navideñas y esos bailes colectivos que se improvisan en la calle y en los que todo el mundo participa jovialmente y con la mayor naturalidad.
En esa misma línea familiar hay que destacar la presencia de Azael Cortés, la joven promesa de la familia, que participa en varios bailes y en todos ellos demuestra temple, control, rigor, seriedad y un notabilísimo nivel de autoexigencia. Sin duda, el futuro del clan está garantizado.
En el espectáculo que ofrecieron en Valladolid la semana pasada contaron con la colaboración especial de la bailarina vallisoletana Cristina Redondo, que protagonizó un vistoso y eficaz número con pañuelos junto a seis de las alumnas más aventajadas de su escuela en el inicio de la representación.
Una colaboración local que no se dará en la actuación de Elda el día 4, a las 20:00, en el Teatro Castelar, y que se ofrece al público bajo un lema que es casi un mandato y una filosofía de vida: “Si la vida es breve, bailemos hoy, que ya vendrá mañana quien lo siga haciendo por nosotros para darle eternidad a la vida… en el arte”.
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