#MAKMAArte
‘Relatos Visuales’, de Ángel Izquierdo
Comisariado: Jesús Alberto Pérez Castaños
Biblioteca Central de Cantabria
Centro Cultural Los Arenales
Ruiz Zorrilla 17, Santander
Hasta el 8 de diciembre de 2025
El punto medio entre la luz y la oscuridad es ese espacio entre sombras donde los rostros se esconden, las miradas se escapan entre una cortina neblinosa y las palabras se pierden en un vacío casi etéreo. El pintor Paul Cézanne lo resumió muy bien cuando dijo: “La sombra es un color como lo es la luz, pero menos brillante. La luz y la sombra son sólo la relación de dos tonos”.
Con esas sombras difuminadas que esconden miradas tras una cortina de humo, rostros desdibujados por el desenfoque e incluso paisajes que podrían pertenecer a cualquier lugar, se genera, junto con las piezas geométricas de colores vivos y cálidos, el contraste idóneo para las 30 obras abstractas que el pintor cántabro Ángel Izquierdo ha reunido en el Centro Cultural Los Arenales de la Biblioteca Central de Cantabria para la exposición ‘Relatos visuales’.
Cada una de las obras otorga a la exposición una vida propia, pues se trata de imágenes estáticas que parecen moverse dentro del propio cuadro. Esta energía indómita es la que Ángel Izquierdo induce en cada una de sus pinturas, haciéndolas tener una personalidad única. El propio artista describe su trabajo en el vídeo que acompaña a la muestra: “Son obras cinéticas (…), que se van moviendo y dan una sensación de profundidad con sus figuras geométricas”.
Izquierdo, como escribe Jesús Alberto Pérez Castaños, comisario de la exposición en el catálogo que acompaña a la misma, “asume el riesgo de nombrar lo extremo de sus hallazgos y la evidencia esencial de sus datos: el color, los signos, la velada figuración, la indefinición conceptual, la abstracción constructiva. Con ello señala un territorio de independencia autoral donde buscar esos tesoros estéticos tan próximos a los abismos de la duda compositiva”.

Cada obra de ‘Relatos visuales’ esconde un segundo plano donde se pueden observar figuras, rostros o miradas huidizas, lo que permite al propio espectador buscar más mensajes escondidos en un tercer plano de la obra.
Un ejemplo de esto se da en el cuadro ‘Discurso interrumpido 1’ (2012), en el que Izquierdo, como señala el comisario de la exposición en su texto del catálogo, “despliega una combinación de imágenes emisoras de mensajes con una poderosa carga simbólica, que contienen letras y fotos ensambladas para surgir como una yuxtaposición de collages”.
Y añade: “Una temática a modo de tratado barroco y múltiple, reconocible e inherente a las sociedades acuciadas por la dispersión del pensamiento actual y su problemática consumista, saturada e instrumentalizada en sus recursos virtuales”.
Una característica en la obra general de Ángel Izquierdo es su hincapié en ese aspecto social, dando a su trabajo un punto de vista más singular, reivindicativo y más humano en el que el propio individuo es el protagonista de la acción, pero también esta misma tiene su peso en el resultado final. Es el propio Izquierdo quien recalca su lado más exigente con esa sociedad que lo rodea, declarando en el vídeo que acompaña a la muestra: “La mayoría de mis obras reflejan el acto social más que el artístico”.
Ese aire urbano que capta Izquierdo en sus obras, como si de un collage o un mural se tratara, muestra ese grado de inconformismo con cuanto le rodea, dando rienda suelta a su creatividad.

Pérez Castaños lo describe así: “A modo de poderosos fotogramas, perfilan escenarios por donde recorren historias que sugieren modos sociales, tránsitos urbanos o diagramas enigmáticos de carácter psicológico, combinados en un entramado radical y a la vez sutil”.
Y prosigue el comisario: “Tanto como para advertir en ellos la frenética existencia que nos rodea y el estrépito de su pálpito alienante, reflejados en una combinación documental y artística vibrante”.
En contraste con la rapidez a la que avanza la sociedad, el proceso de creación de Ángel Izquierdo es “lento, pausado y conceptual”, subraya el propio comisario de la exposición. De manera que lo que encierran sus cuadros es el resultado de un proceso metódico y planificado que puede llevar meses de trabajo.
“Yo no busco, encuentro”, aseguró Pablo Picasso en una ocasión, y para Ángel Izquierdo esta máxima es ley. Él trabaja en el taller todos los días en busca de ese error que lo conduzca, como dice el pintor, al triunfo en forma de cuadro.
Este trabajo artístico, que recuerda al mundo del cine o la publicidad, es tan solo la pequeña punta de un gran iceberg, bajo el cual se esconde aquello que la mirada debe captar tras ser detenida, pausada y pensada para dar cabida a esos detalles que Ángel Izquierdo quiere hacernos llegar en cada pincelada del universo polidimensional creado en su mente y compartido en sus cuadros.
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