Sala Sant Miquel. Fundació Caixa Castelló

#MAKMAArte
Jornadas Formativas RELACIONAr’T
AVALEM
‘De la memoria a la propuesta: el camino transformador de un espacio con vocación de presente’, de Alfredo Llopico
Sala Sant Miquel
Fundació Caixa Castelló
Programación expositiva 2025-26
Enmig 17, Castellón

Con motivo de las Jornadas Formativas RELACIONAr’T: Educación Artística y Patrimonios, organizadas por AVALEM (Asociación Valenciana de Educadores de Museos), MAKMA asistió a la Sala Sant Miquel de la Fundació Caixa Castelló. Allí, su responsable de actividades culturales, Alfredo Llopico, impartió la mediación artística ‘De la memoria a la propuesta: el camino transformador de un espacio con vocación de presente’.

Con amplia trayectoria en gestión cultural, coordinación de equipos y mediación, Llopico presentó la evolución del proyecto curatorial de la Sala Sant Miquel. Explicó cómo se han abordado procesos de adaptación arquitectónica, gestión presupuestaria y planificación de exposiciones interdisciplinarias, transformando un edificio histórico en un espacio abierto al diálogo con la comunidad.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de AVALEM (@avalemvalencia)

Este proceso ha reforzado su papel como motor cultural activo, generando sinergias que trascienden el ámbito local y fomentan la implicación de diferentes colectivos mediante proyectos artísticos con especial atención al territorio valenciano.

De iglesia a espacio cultural: repensar el patrimonio

La transformación de la Sala Sant Miquel se inscribe en un fenómeno más amplio: la reconversión de edificios históricos, como iglesias, en centros culturales. Llopico subraya que esta adaptación responde tanto a la necesidad de preservar el patrimonio arquitectónico como a un cambio profundo en la percepción social del uso de edificios emblemáticos.

Convertir estas construcciones en espacios culturales permite darles nueva vida, incorporando infraestructuras contemporáneas sin comprometer su esencia arquitectónica. La Sala Sant Miquel constituye un ejemplo singular de cómo un edificio histórico puede redefinirse como ámbito de creación y colaboración comunitaria, adaptando el patrimonio a las necesidades culturales actuales sin perder su identidad.

La Sala Sant Miquel: de templo histórico a espacio de experimentación

La Sala Sant Miquel ha transitado de espacio ceremonial a un ámbito de investigación estética y pensamiento crítico. La coordinación de Alfredo Llopico, junto con el respaldo de la Fundació Caixa Castelló, ha consolidado una línea curatorial que combina programas educativos, mediación con público y gestión operativa.

A partir de las exposiciones producidas en los últimos años, de artistas como Carles Santos, Hugo Martínez-Tormo, Moisés Mahiques, María Llopis, Chema Alvargonzález, Pilar Beltrán o Àlex Francés, se han desarrollado procesos de logística para instalaciones complejas, captación de artistas emergentes y evaluación del impacto en distintos públicos.

Llopico subraya que este proceso no ha estado exento de desafíos: la adecuación técnica de un edificio patrimonial o la limitación de recursos han exigido planificación constante y visión flexible. “Cada exposición implica reinventar el espacio y el equipo”, señala, destacando que el aprendizaje operativo ha sido tan valioso como los resultados expositivos.

Como ejemplo práctico de esta filosofía, en la salase organizan talleres artísticos, sesiones de performance, cine o danza contemporánea y encuentros con artistas en cada exposición; además de proyectos colaborativos con colectivos locales y programas educativos diseñados para centros escolares, colectivos LGTBIQ+ o personas migradas. Estas iniciativas permiten que la experiencia artística trascienda la visita, fomentando la participación y consolidando un modelo en el que la creación se conecta con la comunidad.

Resultados medibles y alcance

En los últimos cinco años, la Sala Sant Miquel ha recibido más de 300.000 visitantes a los 20 proyectos expositivos producidos por la Fundació Caixa Castelló. Cada exposición incluye actividades de mediación que integran talleres vinculados a las artes escénicas –danza, teatro, arte de acción o coloquios– dirigidas a público general y centros educativos.

La Sala ha establecido colaboraciones con instituciones nacionales e internacionales como GlogauAir Art Residency (Berlín), el Sofia Arsenal del Museo de Arte Contemporáneo de la Galería Nacional de Sofía y la Academia de Bellas Artes de Sofía a través del Instituto Cervantes, el Museo Casa Natale di Raffaello (Urbino), el Instituto Goethe (Barcelona) o Casa Asia (Madrid).

Paralelamente, ha impulsado proyectos colaborativos e itinerancias en municipios del interior de la provincia –Cinctorres, Tírig, Sueras, Villamalur o les Coves de Vinromà– y con entidades provinciales como la Fundació Caixa Vinaròs, el Ayuntamiento de Onda o de la Vall d’Uixó. Estos resultados muestran que la Sala no solo plantea ideas, sino que las traduce en una práctica cultural tangible, integrada en su contexto y reconocida internacionalmente.

Un espacio en transformación constante

Actualmente, la Sala acoge la exposición ‘Terra Eixuta: una lectura de la creació contemporània de la Ribera a l’Horta‘, abierta hasta el 29 de noviembre de 2025. La muestra traza una cartografía de la creación surgida en un territorio marcado por la fragilidad y la resiliencia tras la DANA, reuniendo obras de Monique Bastiaans, Ángeles Císcar, Cristina Guzmán Traver, Àlex Marco, Juan Carlos Nadal, Rebeca Plana, María José Planells, Pepe Sanleón, Carlos Sebastià, Marc Martínez, Hugo Martínez-Tormo, Rubén Tortosa y Regina Quesada.

Las piezas, desde la instalación, pintura, cerámica o experimentación mediática, convierten el territorio en agente activo de creación y reflexión.

Tras esta exposición, la programación continuará con ‘Més enllà del carrer: trajectòries de l’art urbà a Castelló’, una revisión del arte urbano desde los orígenes del grafiti, y con ‘El llindar’, de Fermín Sales, una instalación inmersiva que reinterpreta los imaginarios del mundo rural castellonense a través de un archivo visual y sonoro donde confluyen memoria, resistencia y mirada crítica.

Más que una sala de exposiciones, la Sala Sant Miquel se ha consolidado como un entorno activo de creación compartida, donde artistas, comisarios y público experimentan proyectos artísticos y educativos. Entre las iniciativas más representativas destacan laboratorios de experimentación con jóvenes artistas, talleres de arte urbano y sesiones de crítica con comisarios, así como participación en residencias internacionales.

Así conviven arte contemporáneo, talleres, programas educativos y proyectos participativos que conectan la tradición local con los lenguajes actuales, consolidando un modelo de práctica cultural sostenible, evaluable y replicable.