2T4: Sergio Peramato, Carlos Ortí, Amparo Babiloni, Irene Dávia, Elba Díaz, Amanda Aguado, Florencia Fergnani, Gil Gijón, Marta Guerrera, Javier Mujica, Judith Salafranca, Marian Moreno y Yasmina Olivas
Espai d’Art de La Llotgeta
Plaza del Mercado, 4. Valencia
Hasta el 29 de mayo
“Las palabras dicen menos de lo que querríamos expresar con ellas…”. La cita utilizada por Sergio Peramato para explicar su proyecto Augurios sitúa muy precisamente el conjunto expositivo que, bajo el título de 2T4, se presenta en el Espai d’Art de La Llotgeta. Un total de 12 proyectos, realizados por 13 jóvenes de la Facultad de Bellas Artes de Valencia, atravesados por ese deseo de transmitir sensaciones que escapan a la lógica comunicativa del lenguaje. Proyectos que vienen a llamar la atención acerca de ese hecho nuclear de nuestra experiencia: que los discursos de la razón instrumental se muestran refractarios a la subjetividad humana, y que sólo el arte –vaciada de contenido la religión- ofrece ya un lugar donde articular esa interrogación que nos constituye.
Sergio Peramato, cuyo proyecto Augurios encabeza la muestra, Amanda Aguado, Amparo Babiloni, Irene Davia, Elba Díaz, Florencia Fergnani, Gil Gijón, Carlos Ortí, Marta Guerrera, Marian Moreno y Yasmina Olivas, Javier Mujica y Judith Salafranca son los jóvenes que conforman la exposición 2T4. Propuestas todas ellas que hurgan en la herida abierta por esas palabras cortantes de la razón instrumental, pragmática, disciplinada. Augurios, por ejemplo, ya nos convoca, desde la entrada misma de la 2T4, a esa terminal audiovisual que Sergio Peramato relaciona con “los mecanismos que tejen y mueven nuestra memoria”. Mediante un video, una figura con mono rojo y mascarilla de gas, y una caja con cierto chip sumergido en líquido, Peramato remueve el cúmulo de sensaciones que se agitan en torno a esa idea de las palabras evanescentes. Sonidos desarticulados, vivencias, emociones: la vida fluyendo a trompicones.
Luego hay propuestas que toman al cuerpo como protagonista: Amparo Babiloni, con Autoconcepto, Elba Díaz, con Writing the End, y Florencia Fergnani, con La piel, el mundo. Babiloni retrata en las partes del cuerpo que más agradan o desagradan a cada uno de los retratados, pulsando de un modo real sus sensaciones acerca del cuerpo que habitan. Díaz dado un paso más, interrogándose por la muerte mediante fotografías en blanco y negro que remiten a la amniótica desnudez de los orígenes. Nacimiento y muerte, como extremos que se tocan. Fergnani superpone cuerpos con superficies matéricas, de manera que el híbrido digital manifieste la piel rugosa, rocosa muchas veces, que nos protege y aísla de ese exterior amenazante. De la muerte también habla Amanda Aguado en Los últimos días. Una serie de personas responden a la siguiente pregunta: ¿qué harías con tu tiempo si fueras a morir en 10 días? Esa toma de conciencia se suele diluir en medio del ajetreo diario. Aguado la rescata.
De la memoria hablan Irene Dávia, con Inventario de casualidades, Marta Guerrera, con Mirada al Cabanyal, y el propiamente dicho Memoria, de Gil Gijón. Davia se sirve de la fotografía para mostrar instantes fortuitos que den pie a imaginar diferentes historias. La destrucción programada del barrio del Cabanyal permite a Guerrera vincular la memoria personal con la de los edificios. Gijón aprovecha el polvo que sin apenas darnos cuenta se acumula a nuestro alrededor, para hacer con ello singulares objetos y álbum de vida.
Marian Moreno y Yasmina Olivas utilizan el cartón corrugado para montar un espacio doméstico en el interior del espacio público. Diálogo entre el adentro y el afuera, entre lo íntimo y lo externo, como vías de una intrigante comunicación en su proyecto titulado S/n. Javier Mujica se apoya en la física cuántica para sus peculiares Inventos; extraños artefactos que remiten a la ciencia ficción. De los sabores se hace cargo Judith Salafranca en Dolces Experiencies, dejando volar su imaginación hasta los espacios más ignotos de la memoria.
Carlos Ortí se apoya en el concepto de sociedad líquida acuñado por el sociólogo Zugmunt Bauman, para un proyecto que pretende mostrar precisamente la progresiva liquidación de lo sólido. El sujeto de una pieza cede su lugar al individuo fragmentado hasta la extenuación de la sociedad posmoderna. 2T4 viene a ser en el fondo un compendio de esa liquidez, una vez constatado que las palabras “dicen menos de lo que querríamos expresar con ellas”.
Salva Torres
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