#MAKMAEscena
Yoann Bourgeois & Patrick Watson
Creadores: Yoann Bourgeois, Patrick Watson, Marie Bourgeois, Olivier Mathieu, Emilie Leriche, Fanny Sage y Jérémie Cusenier
Yoann Bourgeois Art Company
Sala Margehra
La Biennale Danza | Biennale di Venezia
31 de julio de 2025
En terrible contraste con la belleza histórica de Venecia está Marghera, parte fundamental de la estructura económica e industrial de la región en la parte continental. La perfecta dicotomía entre el pasado y el presente. De los canales a las naves industriales y su energía cruda. Un lugar de belleza tóxica.
Curiosamente, vista desde la distancia, y cuando todas las luces se encienden en la noche, emerge un panorama majestuoso. Futurístico.
Ir desde Venecia a Marghera no es simplemente cruzar un puente; es una travesía hacia el abismo entre lo que fue y lo que será. Un viaje a un lugar en el que las máquinas gritan su verdad. El escenario perfecto para un espectáculo tan contrastante como el que allí programó la Biennale Danza 2025 a finales de julio, en el que se combinaba la música en directo del cantautor Patrick Watson y las coreografías de Yoann Bourgeois.
Una propuesta escénica resultado del diálogo surgido durante la pandemia. Una exploración de las sensaciones sobre un mundo herido, compartiendo las preocupaciones por una situación insostenible y el examen sincero de la lista cada vez más larga de las crisis actuales.
Dos artistas unidos por la creencia compartida en el poder de la poesía más radical, los hechizos, las evocaciones mágicas y las ideas más audaces.
La música de Patrick Watson, con su calidez e intimidad etérea, crea una atmósfera de suspenso emocional, donde cada acorde flota en el aire, guiando al oyente en un viaje sonoro lleno de contrastes delicados y expansivos. Nos envuelve en un paisaje sonoro que invita a la introspección, una meditación profunda sobre la vulnerabilidad, el anhelo y la belleza oculta en las emociones más sinceras.
En Marghera, se creó un universo sonoro en escena en el que los bailarines se rompían una y otra vez para dejarse arrastrar por la corriente de la vida. La representación física de la batalla interna de la condición humana, en la que intentamos recomponernos sin poder lograrlo, cayendo y levantándonos, en un ciclo perpetuo en constante repetición.
Y es lo que plantea la reflexión sobre si, en momentos de abrumadora impotencia, no será más sabio aceptar la caída en lugar de intentar levantarse una vez más con la esperanza de recuperar el control.
Una obra que nos plantea si a veces, más que resistir la tormenta, lo importante es aprender a navegar dentro de ella, ajustando nuestra dirección cuando las emociones, la vida o los desafíos nos empujan hacia un lugar incierto. Ningún lugar mejor que Marghera para comprobarlo.