Vicente Arlandis. Obra Pública

#MAKMAEscena
‘Obra Pública’
Dirección: Vicente Arlandis
Autoría y dramatúrgia: Vicente Arlandis i Paula Miralles
Intérpretes: Arantxa Pastor Aguilar, Aris Spentsas, David Mallols, Gloria March, Héctor José Arnau, Hipólito Patón, Lucía Jaén i Rosana Sánchez
Producción: Institut Valencià de Cultura (IVC)
Teatre Rialto
Plaza del Ayuntamiento 17, València
Hasta el 12 de marzo de 2023

Viértase en el contenedor escénico idóneo un cuarto de arte dramático y cuarta y mitad de arte vivo: performance, audiovisual, música, danza… Añádanse a discreción unas cuantas gotas de osadía, improvisación y originalidad. Agítese la mezcla con una batidora de creatividad y tras una cocción a fuego lento de ocho semanas: ¡voi là! El plato está listo. Se llama ‘Obra Pública‘, montaje dirigido por Vicente Arlandis, y se representa en el Teatre Rialto de València hasta el 12 de marzo, para girar luego por Castellón y Alicante.

«’Obra pública’ es una reflexión sobre el teatro y, como su nombre indica también sobre lo público», explica Vicente Arlandis. «La gente en general está dispuesta a salir a la calle y a manifestarse en defensa de la sanidad o de la educación pública, sin embargo, nadie lo hace por la justicia, que es patrimonio de todos los ciudadanos ni de la cultura, que sigue siendo minoritaria».

La idea de esta función surgió en los almacenes del Institut Valencià de Cultura, donde desde finales de los ochenta se han ido acumulando escenografías, vestuarios y otros muchos elementos del atrezzo de los montajes estrenados en las últimas décadas. «Muchos de ellos se han perdido o deteriorado, así que hicimos una selección para llevarlos al escenario y convertirlos en protagonistas que interaccionan con los intérpretes, que hablan de sus trabajos, de sus desengaños y de sus sueños, construyendo así su propios espacio».

Vicente Arlandis. Obra Pública

Ocho actores y actrices manipulan objetos y los ordenan en escena: telones, maquetas, cajas, pelucas, maletas, sillas, pañuelos, escaleras, telas, capas, barbas, capas, tocados, textos, mantas, pozales, pinceles, naranjas, pistolas y otras muchas cosas. Cada uno cuenta una historia y en su conjunto relatan la evolución del teatro público valenciano que se puede narrar desde infinitas perspectivas.

Más que un lugar polvoriento y olvidado, el archivo representa la memoria colectiva de las artes escénicas a lo largo de estos últimos años. «Más allá del concepto de archivo como registro del pasado, lo que ‘Obra Pública’ pone en juego tiene que ver con el futuro. Relacionar esta colección de objetos vinculados a la escena teatral nos da la oportunidad de preguntarnos de dónde venimos y, sobre todo de imaginar dónde podemos ir».

Arlandis tiene cierta propensión a largos títulos narrativos –’Cuerpo gozoso se eleva ligero’ o ‘El esfuerzo constante de ganarse la vida’–, sin embargo, en esta ocasión le ha bastado un par de palabras. «Hay dos tipos de títulos –pontifica–:, los destilados con mucho tiempo y trabajo al final de la producción y los que nacen de su propia dinámica como es el caso».

«’Obra pública’ en principio no parece decir nada –prosigue–, pero al mismo tiempo nos gustó por su ambigüedad. Es un montaje con muchas imágenes pero con poca trama, porque lo que nos interesa no es lanzar mensajes concretos sino abrir espacios para que la imaginación del espectador haga su propia lectura».

También la ambigüedad se plasma en el cartel, que representa un par de cascos de trabajo medio fundidos, una referencia explícita al mundo laboral, uno de los leit motiv de Arlandis inspirado en el ambiente de su Ibi (Alicante) natal, donde creció en contacto directo con las empresas jugueteras.

Desde sus orígenes profesionales, Arlandis se mueve como pez en el agua en el llamado arte vivo. Se autodesigna performer y creador escénico, lo que marca su forma de trabajar. «En el teatro convencional los modos de producción son muy rígidos y cerrados», comenta. «Por una parte, está el dramaturgo, responsable del texto, y, por otra, el director, los intérpretes, escenógrafo, etcétera. Lo que nosotros hacemos no está tan codificado, los métodos son flexibles, se adaptan a las necesidades de cada proyecto de forma que cada uno de ellos es una especie de experimento».

La versatilidad de este artista se pone también de manifiesto negro sobre blanco, pues es coautor de varios libros: ‘Sumario 3/94’, reproducción de un caso judicial que afectó a su familia; ‘El mejor libro de danza del mundo’, escrito con un grupo de coreógrafas; y ‘El libro agotado’, viculado a un performance del mismo título.