#MAKMAEscena
5º Via Escènica
Russafa Escènica – Festival de Tardor
Julio de 2025
Las salas teatrales bajan el telón y echan el cierre con la llegada del verano y las vacaciones, pero la actividad teatral no cesa y se desarrolla, a veces en los lugares más insospechados. Desde La Barraca de Lorca a Escena Erasmus de la Universitat de Valéncia, es tradición que las compañías ambulantes refresquen los pueblos con una lluvia benéfica de autores clásicos.
También existen iniciativas más innovadoras que involucran a los habitantes de ciertas localidades en el proceso de creación de un montaje dramático, como los que se llevan a cabo en diez pueblos de la provincia de Valéncia en los que se desarrolla la 5ª edición de Via Escènica, programa de residencias creativas y participación ciudadana vinculado a Russafa Escènica – Festival de Tardor. Un vivero de creadores tanto consagrados como emergentes que intercambian experiencias.
Se trata de gestar un puñado de piezas breves que se representarán en espacios no convencionales dentro de la programación del festival valenciano, que ofrece a los artistas nuevas oportunidades de contactar con el público más allá del concepto pasivo de espectador. Alboraya, Aldaia, Alfafar, Almussafes, Alzira, Benifaió, Foios, Quart de Poblet, Rafelbunyol y Alaquàs son los municipios participantes.
«Estamos muy agradecidos a los pueblos que han decidido apoyar la creatividad escénica sin saber todavía si otras instituciones superiores, provinciales o autonómicas aportarán alguna inversión. La vida cultural no se debe detener, al albur de los constantes retrasos en la burocracia y las decisiones de las Administraciones pública», dice Marta García, responsable de mediaciones y coorganizadora de Via Escènica junto con Santi Ribelles y Aurelia Díaz.

El programa es deficitario y se mantiene gracias al entusiasmo, voluntad y vocación de quienes se dedican a organizarlo, implementarlo y gestionarlo. Una situación insostenible a largo plazo pero que, de momento, resiste por el apoyo de los municipios participantes y la necesidad de acompañamiento que tienen los creadores que han logrado sacar adelante esta quinta edición.
Además de facilitar a los artistas un puesto de trabajo a lo largo de la residencia creativa en julio, los pueblos organizan ‘Grupos de Observación’ donde se inscriben entre cinco y quince vecinos. «Los forman gente muy variada y muchas personas repiten año tras año», dice García. «Les encanta, porque aprenden mucho al tener la oportunidad de involucrarse en el proceso creativo de espectáculos muy diversos, desde la danza al teatro de texto, la ficción o la autoficción, el teatro de objetos y el documental. De hecho, funcionan como una suerte de escuela de espectadores».
En las primeras sesiones de mediación, el público comparte sus experiencias y opiniones sobre el tema principal de la obra. «En Rafelbunyol, por ejemplo, vamos a montar una pieza sobre la memoria y la primera actividad consiste en dar un paseo por el pueblo para que los vecinos cuenten a la artista los recuerdos, las experiencias vitales que asocian a ciertos espacios públicos. Así, la obra nace marcada y vinculada al municipio». Más adelante, se celebran varias sesiones en las que podrán ver extractos de escenas para comentar cómo avanza la creación del espectáculo y compartir sus impresiones como espectadores.

Otro tipo de participación ciudadana es el trabajo con grupos poblacionales específicos. «En Alfafar, se va a desarrollar un proyecto de danza contemporánea y artes en movimiento que habla de la soledad de la tercera edad. Con ayuda de la Concejalía de Bienestar Social, vamos a involucrar a beneficiarios de residencias de día y programas para mayores, acercándoles al arte y animándolos a compartir sus vivencias para enriquecer y ver cómo funciona el material que trabaja la creadora de la obra», apunta Marta García.
Cuando las piezas que se cuecen este mes se estrenen en Russafa Escènica – Festival de Tardor el próximo septiembre, cinco miembros del ‘Grupo de Observación’ acudirán a verlas todas, excepto la que ha acogido su pueblo en residencia creativa. Y tendrán que elegir dos espectáculos más para programarlos en su municipio en 2026, teniendo en cuenta algunos de los criterios que muchas veces tienen que valorar los técnicos y gestores culturales cuando se dedican a conformar una oferta cultural. Esto permite establecer un circuito provincial donde se representan los espectáculos que forman parte del programa.
La popularidad del programa de piezas cortas en espacios no convencionales de Russafa Escènica atrae a compañías emergentes y también a intérpretes y creadores consolidados, que se arriesgan a experimentar y mostrar nuevas facetas en este formato.
Después de treinta años de trayectoria especializada en teatro de objetos y títeres para la primera infancia, Elisa Matallín se lanza al vacío de dirigirse por primera vez al público adulto con ‘Remembrança’, acogido en residencia creativa en Rafelbunyol e inspirado por el libro de memorias de la poeta y defensora de la lengua Carmelina Sánchez, ‘Matèria Bretanya’.

También es veterana la creadora Amparo Vaya, autora y directora de ‘Un segle de abismes’, producción propia del festival junto al CCCC en 2021. Ahora prueba este formato breve con ¡Un altre dia diví!¡, una comedia sobre una actriz madura confrontada a una vieja gloria de la dirección de escena interpretados por Laura Useletti y Toni Misó, que tendrá su residencia creativa en Almussafes.
Otro nombre asentado de la escena valenciana es Mertxe Aguilar. La directora, autora y actriz se postuló en el programa Via Escènica para poder llevar a cabo el montaje de ‘Sapiens’, comedia con la que ganó el VIII Torneig de Dramatúrgia 2024 del IVC y que trabajará en Quart de Poblet. Aldaia vivirá el proceso creativo de ‘A qué sonaremos cuando ya no estemos’, que se convertirá en la tercera pieza de Vivirei Teatro, proyecto personal de la actriz, dramaturga y directora de escena Iria Márquez. Una propuesta que muestra las dificultades de los músicos para desarrollar profesionalmente sus inquietudes, al tiempo que bucea en la memoria sonora colectiva.
En el apartado de emergentes, la bailarina Marta Sofía Gallego creará en Alfafar la pieza de danza contemporánea ‘Dolores, Remedios y Consuelo’, donde tiene un especial protagonismo el folclore textil como hilo conductor y la soledad en la edad madura como temática. Ángel Lara, también desde la danza y las artes en movimiento, investigará en Alboraya el mundo del juego como herramienta de construcción de la identidad en la infancia para plasmarlo en el espectáculo ‘Relé’.
Las jóvenes creadoras Paula López Collado y Candela Herrero hablan con humor e ironía sobre el vértigo de crecer y formular un deseo frente el pastel de cumpleaños en ‘two girls one cake’, con residencia creativa en Alzira. Mientras que Tània Fortea y Mauro Cervera se lanzan a escribir, dirigir e interpretar ‘Dutxa’, una comedia sobre la posibilidad (o no) de sobrevivir a los propios recuerdos y errores cuando la vida parece que se va. Un proyecto que llevarán a cabo durante la acogida en Alaquàs. Y Maria Covadonga propone una distopía sobre apagones y personas que trabajan como generadoras de energía en ‘Una vida para vivir’, que tendrá su proceso creativo en Benifaió.
Por último, la ópera y el teatro independiente se cruzan en ‘No-Diva’, un micromusical que retrata la experiencia de la propia creadora e intérprete, Marta Estal, al tratar de llevar adelante una carrera dentro de la lírica, a la vez que impulsa proyectos propios para acercar la música clásica al público general. Una parodia autobiográfica que acoge en residencia creativa Almussafes.
